Llamados autistas
(Reseña de seminario dictado por M. C. Thomas sobre el Autismo. Llevado a cabo en la ciudad de Córdoba entre el 26 y 27 de octubre de 2006.)
Gabriel Guerrero

I

La lectura psicoanalítica de la serie de fenómenos agrupados por Kanner dentro de la entidad denominada Autismo conduce a Marie-Claude Thomas a considerar a dicha entidad como una "invención" determinada por una serie de concepciones que responden a un marco epistemológico preciso, el cual participa de la estructuración y el sostenimiento del síntoma

En "Lenguautismo" Thomas dice que "En 1943, Leo Kanner, con su artículo princeps "Autistic Disturbance of affective contact", inventaba el autismo infantil precoz; (...) Autismo cuyo fundamento se refería a la no afectividad (...) o a la ausencia de un amor que ligaría las palabras del lenguaje a las cosas del mundo (...) Autismo apropósito del cual son hechas las intervenciones actuales sin tener en cuenta esta dimensión de invención (...)." (1) En "Temple Cyborg (una filosofía muy menor)" agrega que "(...) la invención consiste por una parte en recubrir con éste término la propia impotencia para nombrar y para concebir lo que ella inventa, a saber: la destrucción de la capacidad hablante de la lengua, otra manera de decir los efectos de la mutación de principio del lenguaje; y consiste por otra parte en dis-simular (...) una estructura, una organización que excede, desde todos los puntos de vista lo que ese término le transmite a Kanner, a la paidopsiquiatría: una nueva configuración de un vínculo social en el cual no solamente los niños llamados autistas están atrapados, sino también nosotros mismos, (...)"(2).

El cuadro clínico concebido por Kanner y su terapéutica se enmarcan dentro del Behaviorismo, cuya metodología ha tenido influencias en campos tan diversos como la lingüística, el derecho, la pedagogía, la lógica, la estética, etc. El Behaviorismo nace con Watson cuyo proyecto es la modificación del comportamiento humano, en base a las experiencias de Pavlov que lo llevaron a distinguir el reflejo fisiológico del reflejo condicionado. En "Pavlov y los reflejos condicionados" Rojas Piloni y Eguibar Cuenca describen dicha experiencia en estos términos: "(...) si se introduce alguna sustancia de naturaleza ácida en la boca de un perro, el animal presenta una reacción de defensa realizando movimientos con la cabeza y aumentando la secreción de saliva. Esta respuesta es lo que Pavlov denominó reflejo incondicionado e innato. El segundo hecho es someter al perro a otro estímulo (el repique de una campana, por ejemplo.) para aplicar inmediatamente después el ácido en la boca. Con solo repetir varias veces esta experiencia, el perro comenzará a salivar al escuchar el sonido que, durante el entrenamiento, precede a la aplicación del ácido (...) la respuesta de salivación por efecto del ácido no está mediada por ninguna condición (...)" en cambio " (...) la respuesta de salivación provocada por el estímulo auditivo es un nuevo reflejo que no se presentó antes (...)"(3)

Thomas sitúa el reflejo condicionado en la distancia que media entre el estímulo y la respuesta.

 

Reflejo Condicionado

Estímulo ----------------------------------- Respuesta

(Sonido de la campana) (Salivación)

Siguiendo este esquema, agrega que, en esa misma distancia en que se colocan los reflejos condicionados, Wundt ubica la conciencia y Freud el aparato psíquico, tal como fuera desarrollado en el "Proyecto de una psicología para neurólogos" (4) y en el capítulo siete de "La interpretación de los sueños". (5) Watson, en cambio, no va a ocuparse de lo que sucede entre el estímulo y la respuesta por eso es que a su corriente se la define como antimentalista y es este el marco epistemológico dentro del cual se sitúa la paidopsiquiatría de Kanner.

El término autismo ya había sido empleado por Bleuler, en 1911, para designar uno de los rasgos de la esquizofrenia. Kanner lo toma de allí y lo concibe como un síndrome clínico independiente donde " Lo excepcional, lo patognomónico, el desorden fundamental es la incapacidad de los niños para establecer relaciones normales con las personas y reaccionar normalmente a las situaciones desde el principio mismo de la vida (...) estos niños han venido al mundo con una incapacidad innata para constituir biológicamente el contacto afectivo habitual con la gente, así como otros niños vienen al mundo con discapacidades físicas o intelectuales innatas." (6) Este síndrome se compone de una serie de rasgos que le son propios y a los cuales se les asigna una etiología de carácter biológico en relación a la cual, Thomas, afirma que hasta la fecha no ha sido demostrada.

El cuadro autista se configura en función de estos signos:

I) Para un niño autista el otro no existe.
II) Si el niño habla no se dirige a otro, su lengua no tienen dirección.
III) Mudez
IV) Desapego afectivo.
V) Intolerancia a cualquier situación de cambio que se manifiesta en crisis.
VI) Soledad extrema vinculada con una marcada indiferencia ante el mundo externo.

Parecería ser que lo nombrado en los ítems que van del uno al cuatro son distintas formas de manifestarse lo que se sitúa en el punto seis, es decir, "Soledad extrema vinculada con una marcada indiferencia ante el mundo externo", pero contradice lo señalado en el punto cinco, dado que si al niño llamado autista, el mundo externo le es indiferente ¿como puede reaccionar con una crisis ante una situación de cambio? Si la crisis se desata como correlato de la percepción de una modificación en su mundo circundante, es decir, como un dato que evidencia una salida de la indiferencia, ¿por qué tomarlo como signo de autismo? Una de las posibles respuestas a este interrogante sería que la crisis se definiera por fuera de una conducta considerada normal. Lo cual llevaría a su apaciguamiento y correlativamente al sostenimiento del "Autismo". Es desde esta perspectiva que Thomas indica que el "Autismo" es creado por el discurso del conductismo y se encuentra atrapado en el cognitivismo quién lo continúa en la actualidad.
En un curso de postgrado que lleva el nombre "Necesidades Educativas Especiales en trastornos del desarrollo" dictado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales se vierten una serie de consideraciones teóricas, enmarcadas dentro del cognitivismo, que conllevan a una clínica tendiente a la reeducación de las personas llamadas "Autistas" "No hay nada que produzca mejor estabilidad emocional que la sensación de control. Esto se traduce en, entre otras muchas mejoras, la disminución de las conductas disruptivas y desafiantes (...)(7)
Nosotros simplemente apuntaremos que perder la rutina, el orden, la estructura, el control, altera la estabilidad del individuo que no tiene nada para generar nuevas estructuras que den coherencia y sentido a los nuevos estímulos, hechos o acontecimientos.
"Hay también una estrategia de trabajo que produce también efectos extraordinariamente positivos; se trata del trabajo coordinado entre el terapeuta, el profesor y la familia.
El diseño estratégico de abordaje conjunto, el reparto de tareas, la definición de roles y demás, producen efectos positivos, tanto en la persona con trastornos del espectro autista como en quienes lo rodean" (8)
Thomas señala que este tipo de procedimiento implica un apoderamiento de los vínculos familiares y de la lengua materna por parte de la ciencia. Contribuyendo, con este tipo de estrategias, al "desapego afectivo" (IV) que se señala como signo del cuadro. El autismo, entonces, surge como resistencia a este apoderamiento que hace la ciencia y desde este punto de vista es concebida la "mudez". A si mismo agrega que, cuando se dejan de lado todos estos signos en la clínica, se observa que el niño se dirige a otros por medio de miradas, de gestos, de movimientos y se pueden observar las singularidades propias de cada niño. Comienza entonces a desarrollar los fundamentos teóricos por vía de los cuales se considera posible una clínica psicoanalítica de los niños llamados autistas. En función de ello inicia su investigación por lo que fuera el punto de partida del conductismo, cuyas concepciones se continúan en el cognitivismo, es decir, comienza por la lectura psicoanalítica de la experiencia pavloviana de los reflejos condicionados.
Rastrea las intervenciones que hace Lacan respecto de Pavlov a lo largo de sus seminarios (9) y las sintetiza del modo siguiente: La experiencia por vía de la cual se demuestra la existencia de los reflejos condicionados, se sitúa dentro del marco del lenguaje. La campana, los timbres, son señales fabricadas por seres, es decir son significantes que introducen un corte en el ciclo de las necesidades del animal. Corte producido por el deseo del experimentador (10). En tanto el significante se define por ser lo que representa a un sujeto para otro significante, la experiencia de Pavlov queda formulada de esta manera:

S1         S2
S

S1= Sonido de la campana.
S= Deseo de Pavlov.
S2= Secreción de saliva.

II

En "El reverso del psicoanálisis" (11) Lacan concibe el discurso del Amo estructurado del mismo modo en que por su lectura queda configurada la experiencia de Pavlov.
Un discurso implica ciertas relaciones fundamentales que dependen del lenguaje, el discurso del Amo tiene como telón de fondo la dialéctica del amo y del esclavo con la que Hegel da cuenta del surgimiento de lo que llama "Autoconciencia" en la "Fenomenología del Espíritu" (12). En el análisis que hace Kojeve, (13) de esta obra de Hegel, se ven surgir los cuatro lugares que luego Lacan va a distribuir de manera proposicional para dar cuenta de lo que llama discurso.
El hombre adquiere conciencia de si, dice Kojeve, en el momento en que dice Yo impulsado por un deseo, es este el momento en el que el sujeto se diferencia de los objetos del mundo, es decir del no-yo. El deseo, entonces, empuja al hombre a la acción y esta acción es de entrada negatriz, destruye una realidad objetiva y crea una realidad subjetiva (se ejemplifica con la destrucción de la materia de un alimento para satisfacer el hambre). El yo del deseo es un vacío que recibe un contenido por vía de una acción negatriz que destruye, transforma, (continuando con el ejemplo del alimento la transformación implicaría la cocción) y asimila el no-yo deseado. A este nivel, sin embargo, se trata de un yo meramente viviente, a nivel de lo animal. Para que haya autoconciencia es necesario que el deseo se fije sobre una realidad que supere la realidad dada, siendo lo único que cumple esa condición el propio deseo, es decir el deseo es otra cosa que la cosa deseada, es la revelación de un vacío irreal, para que este yo se diferencie del animal debe dirigir su deseo sobre otro deseo. El deseo humano se dirige sobre el deseo de otro, para el humano un objeto puede ser deseado porque es deseado por otros. El deseo humano debe prevalecer sobre el deseo animal que tiende a conservar la vida. El hombre se considera humano si puede ir más allá, es decir, si puede arriesgar la vida en función de su deseo. Es por ese riesgo que la realidad se crea. Hablar entonces del origen de la autoconciencia es hablar del riesgo de la vida.
Desear el deseo del otro, quiere decir, desear que el valor que yo represento sea deseado por ese otro, querer que el otro reconozca mi valor como su valor, lo que determina al deseo humano ejerciéndose en función del reconocimiento que conduce a una lucha a muerte por puro prestigio. El deseo humano no existiría si no hubiera un enfrentamiento primordial entre dos deseos, pero en este enfrentamiento debe haber dos comportamientos diferentes, puesto que si la muerte se cumpliera en alguno de los dos contendientes, ya no quedaría posibilidad de reconocimiento, por lo tanto, uno debe ceder al otro, debe negar el riesgo de la vida, debe abandonar su deseo y satisfacer el deseo del otro, lo cual implica reconocer al otro como Amo y hacerse reconocer como esclavo.
El primer hombre que se enfrenta a otro hombre tiene la certeza subjetiva de ser un hombre, pero dicha certeza no es aún un saber, puesto que el valor que se atribuye puede ser falso, puede ser una ilusión la idea que se hace de si mismo, para que sea verdad es necesario que sea reconocido por otro. El amo debe elevar al rango de verdad la certeza subjetiva que tiene de si mismo. Esta verdad es entonces una verdad mediatizada por el reconocimiento del esclavo, quién, en adelante, va a trabajar en función del goce del Amo. Todo lo que hará el esclavo será una puesta en acción del deseo del Amo. El esclavo entonces constituye la verdad revelada del Amo, en tanto el Amo no es tal sino haciéndose reconocer por el esclavo.

Lacan establece un discurso configurado por cuatro lugares:

Agente        Trabajo
Verdad      Producción

En el discurso del Amo, el lugar del agente es ocupado por S1, que representa, en la dialéctica de Hegel, la afirmación primordial de un ser, Yo. En el lugar del trabajo, aquí, el del esclavo, lo ocupa S2 que designa una batería significante, un lugar previamente estructurado por un saber. De la aparición de S1 y su puesta en relación con S2 surge la Verdad donde Lacan coloca al sujeto del deseo, es decir, la castración del Amo que se enmascara por el trabajo del esclavo, lo cual implica que, el trabajo del esclavo, tiene dos sentidos, enmascara y dice la verdad del Amo. Del lado de la producción se ubica el objeto a, el plus de goce (14), la muerte concebida como ese más allá de la vida en función del cual hace su riesgo el Amo y adquiere su reconocimiento. El Amo transforma el saber del esclavo en saber del Amo no porque esté habitado por un deseo de saber, sino por una afirmación en base a la cual constituye su Yo, siendo el Yo la base en la que se apoya un saber en la medida en que no se sabe. El Amo frustra al esclavo de su saber volviéndolo inútil.

Dado que el conductismo es una construcción hecha sobre la base del esquema estímulo-respuesta, establecido por Pavlov, y que dicho esquema es ordenado por Lacan como respondiendo en su estructura a la del discurso del Amo, la captura de los niños llamados autistas dentro de una terapéutica que responde a este marco conceptual, solo deja un lugar donde poder designar al autista dentro de este discurso, el del esclavo. El Autismo colocado en este lugar, es soporte de un saber, vinculado a un saber hacer familiar, se trata de un saber que no se sabe, de un inconciente no revelado que organiza el mito familiar (Lacan define al mito como enunciado de lo imposible, lo cual implica un modo particular de tramitar lo real) y que se transmite por vía de la lengua. El discurso del Amo reprime lo que habita en el mito apoderándose de la lengua familiar.
Es esta la lectura que hace Thomas del vínculo trazado entre el conductismo y el niño llamado autista. ¿Y que es lo que propone como salida de esta situación de encierro? Toma ese saber reprimido, rechazado, dejado de lado por el discurso del Amo, ese resto y lo hace entrar en el lugar de agente, en el discurso del analista, lo que le da la función de causa del deseo, por otro lado, al sujeto analizante se le asigna un lugar dominante en el discurso, todos los significantes que el sujeto produzca desde esta posición, van a relacionarse con ese saber que no se sabe y que es lo que efectivamente trabaja. Es decir la inclusión de los niños, llamados autistas, en el análisis, implica la histerización del discurso del sujeto analizante:

 

Discurso del analista

a      S
S2   S1

Discurso de la Histérica

S     S1
a     S2


III

El sujeto ocupando en el discurso de la histérica el lugar que en el discurso del Amo se le asigna a S1, designa la función de este discurso en tanto desvelamiento de la castración del Amo, por la sustracción del sujeto del lugar del esclavo, es decir, del lugar de objeto de deseo del Amo que se resiste a ocupar. El esclavo sostiene a un Amo ocioso, interesado solo por la adecuación de su mandato con una respuesta de esclavo. El sujeto histérico, en cambio, sostiene al Amo pero animado por un deseo de saber lo que no se sabe, lo instituye como aquel que puede dar respuestas a lo imposible de simbolizar.

Es por vía de esta operación que Thomas hace entrar a los niños llamados autistas dentro del campo del psicoanálisis, lo que le asigna al conjunto de los fenómenos en función de los cuales Kanner configura esta entidad, el valor de síntoma. El autismo se plantea, entonces, como resistencia a un discurso que lo fuerza a adecuarse, a responder a un ideal de normatividad. Desde esta perspectiva el silencio, el mutismo de estos niños, se concibe como un punto de subjetivación, lo cual determina que "Querer que estos niños hablen, que los niños hablen – sin importar cual sea el método Teacch o incluso psicoanalítico –equivale a hacer reventar ese punto de subjetivación (…)".(15)
Sobre el final del seminario Thomas hace referencia al caso Dick que Melanie Klein trabaja en "La importancia de la formación de símbolos" (16) . Se describe allí a un niño que presenta el siguiente cuadro: actitud apática, producción de sonidos sin significación, imposibilidad de establecer con los objetos y las personas una relación afectiva. Thomas señala que de acuerdo con la descripción del caso, este niño, sería considerado, actualmente, autista. Sin embargo Klein hace una observación que destaca el carácter de resistencia (17) que adquieren los síntomas del autismo dentro del discurso del psicoanálisis "(…) la madre advertía a veces claramente en Dick una actitud fuertemente negativa, que se expresaba en que con frecuencia hacía precisamente lo contrario, de lo que se esperaba de él. Por ejemplo si la madre lograba hacerle repetir junto con ella algunas palabras con frecuencia Dick las alteraba, aunque otras veces podía pronunciar perfectamente esas mismas palabras" (18)
El negativismo de Dick es un saber (S2) que enlazan al analista y al analizante; del conjunto de juguetes que se le ofrecen, el niño apenas se interesa por un tren, elección que en el dispositivo analítico da cuenta del sujeto en el lugar dominante. "Tomé entonces un tren grande, lo coloqué junto a otro más pequeño y los designé como "Tren papá" y "Tren Dick". Entonces el tomó el tren que yo había llamado Dick, lo hizo rodar hasta la ventana y dijo "Estación". Expliqué: "La estación es mamita. Dick está entrando en mamita" (19)
Con esta intervención Klein introduce un S1 en función del cual se ordena la prosecución del caso. En "Los escritos técnicos de Freud" (20) Lacan dice que "Es el discurso de Melanie Klein el que injerta brutalmente, en la inercia yoica inicial del niño, las primeras simbolizaciones de la situación edípica" (21) Lo cual implica que, de entrada a Klein, se le plantea el caso a nivel del sujeto en la estructura del lenguaje – soporte del mito – y no a nivel del habla "La dificultad desusada con la que tuve que luchar en el análisis no fue su imposibilidad de expresarse verbalmente (…) la capacidad de expresión por medio de representaciones casi no existía, me vi obligada a interpretar sobre la base de mis conocimientos generales (…) se logró hacer evolucionar a la vez al yo y a la libido, solo por el análisis de los conflictos inconscientes y sin que fuese necesario imponer al yo ninguna influencia educativa (…)"(22)
Se observa, entonces, que el punto de partida de la técnica de Klein es radicalmente distinto al modo en que la madre de Dick trata de hacerlo hablar y en relación a la cual el niño se resiste, se opone, hace lo contrario, da, en síntesis, una respuesta especular.
"(…) es un niño de cuatro años que por la pobreza de vocabulario y desarrollo intelectual estaba a nivel de un niño de 15 a 18 meses" (23) Período límite en el que se produce lo que Lacan determina como fase del estadío del espejo, fase en la que se sitúa una discordancia fundamental entre la vivencia de fragmentación, por el estado de prematuración orgánica en el que nace, y la imagen especular que lo capta como unidad antes de haber alcanzado el dominio de su cuerpo. En el seminario citado más arriaba (24), Lacan introduce el esquema del ramillete invertido para dar cuenta del movimiento a partir del cual la imagen en el espejo puede ser asumida por el sujeto como propia, es decir, puede ser sustraída del otro alienante como forma vacía, sustracción que le posibilita nombrarse como yo y aprender con el tiempo a reconocer su propio deseo en forma invertida en el otro, como sucede en los fenómenos del llamado transitivismo infantil. A nivel de la experiencia kleiniana, el tren, designa el lugar del otro de Dick, que al entrar en relación con otros significantes, posibilita la constitución de un sujeto que estructura un juego, es decir que puede reconocer su deseo mediante el símbolo. Es este reconocimiento, por vía del símbolo del deseo de Dick, lo que posibilita el discurso del analista al darle la dominante al sujeto, la intervención de Klein introduce la posibilidad de concebir simbólicamente la destrucción del otro como cede de la alienación.
Lacan observa que la experiencia del fort/ Da, que describe Freud en "Más allá del principio de placer" (25) es también reconocida en un niño de 18 meses y agrega que "Mediante esta oposición fonemática el niño trasciende, lleva a un plano simbólico, el fenómeno de la presencia y de la ausencia. Se convierte en Amo de la cosa, en la medida en que, justamente, la destruye (…) la introducción del símbolo invierte las posiciones, la ausencia es evocada en la presencia y la presencia en la ausencia. (…) Por esta vía se comprende la técnica analítica. En ella se sueltan las amarras de la relación hablada, se rompe la relación de cortesía, de respeto, de obediencia respecto al otro (…) son las amarras de la relación con el otro las que intentamos cortar. A partir de ese momento el sujeto dispone de cierta movilidad en ese universo del lenguaje donde lo hacemos penetrar (…) todos nuestros intentos y nuestras consignas tienen como meta en el momento en que liberamos el discurso del sujeto, despojarlo de toda función verdadera de la palabra (…)"(26)
En función de lo desarrollado por Lacan, puede decirse que de lo que se trata en Dick es de la imposibilidad de poder pensar la destrucción del otro alienante en términos simbólicos lo que lo lleva a plantear su subjetividad en términos de resistencia, en oposición a la exigencia materna. Cuando Dick logra representar su deseo mediante un símbolo y lo ubica en relación a otros, el sujeto se conmueve, se pone en marcha. "Tomé entonces un tren grande, lo coloqué junto a otro más pequeño y los designé como "Tren papá" y "Tren Dick". Entonces el tomó el tren que yo había llamado Dick, lo hizo rodar hasta la ventana y dijo "Estación". Expliqué: "La estación es mamita. Dick está entrando en mamita" (27)

A nivel, entonces, del discurso del Amo, la destrucción se niega bajo la forma del sometimiento del esclavo al Amo, a nivel del discurso psicoanalítico la destrucción se hace pasar por el símbolo es decir se abren las puertas de la sublimación.
En el mito de Hegel, atender al deseo de reconocimiento, implica suspender la necesidad vital (destrucción del objeto en función de satisfacer el hambre), por lo tanto, cuando el Amo se avoca a este reconocimiento arriesga la vida, el esclavo, en cambio, se mantiene a distancia de este riesgo, es decir, de la muerte, no desatiende su dominio sobre la naturaleza, su saber, y se somete al Amo, por lo tanto, en esta elección su saber se pone al servicio del Amo. Es por ello que Lacan concibe al saber (S2), como detención en relación a la muerte, al goce (a).
Freud concibe la muerte como una tendencia a volver a lo inanimado, a la nada a partir de la cual la tendencia vital puso en funcionamiento al psiquismo, concebido, en principio, como un aparato que tiende a la consecución de placer. Dentro de esta concepción, el pasaje de la inercia al movimiento es posible a partir de la primordial vivencia de satisfacción, momento que por su carácter original se plantea en términos de mito, en el que se supone una experiencia placentera producto del encuentro entre el cuerpo de la madre y el cuerpo del niño. Experiencia de placer, que, una vez producida, se pierde para siempre, se concibe como un real que cae (a), y que el sujeto cree recuperar por vía de la alucinación. Esta reconstrucción mítica se trama con los fenómenos de la experiencia de nutrición, donde se sitúa a lo erógeno apoyado sobre la base de la necesidad. El origen mitológico del psiquismo atañe a la erogenización, en tanto que lo que se trata de recuperar, por vía de la reproducción alucinatoria de la experiencia, es un excedente vinculado al placer y no a la nutrición. Si la satisfacción erógena se ubica, entonces, más allá de la necesidad vital, la muerte ingresa al aparato asociada con la sexualidad y debe hallar un corte, una detención, en función de poder conservar la vida. En el "Proyecto de una psicología para neurólogos" (28) Freud dice que esta detención – donde el principio de realidad surge en oposición al principio de placer - se produce por la irrupción de un displacer relacionado con un incremento de tensión vinculado a la necesidad biológica, es decir al hambre, pero la consideración teórica posterior, desarrollada en "El problema económico del masoquismo"(29), en donde se establece un masoquismo primario, da testimonio de que nada, inscripto en el organismo desde el origen, se propondría como capaz de detener una satisfacción (30) pulsional. Si el hambre exige un corte a la satisfacción alucinatoria, una detención en el circuito de placer, no es calidad de estado de necesidad puro que lo hace, sino en tato que afectada por el significante.
De la concepción lacaneana del esquema de Pavlov puede deducirse que es el deseo del Otro, encarnado en la madre, lo que instituye un corte. Se trata de un deseo que fuerza a este sujeto mítico a detenerse frente a la muerte, se trata de una imposición, de una afirmación primordial del deseo del Otro.
Desde la perspectiva de Hegel el sujeto del deseo es nombrado esclavo, el que no arriesga la vida, el que no hace valer frente al Amo su goce. Desde el punto de vista del psicoanálisis la introducción del significante Amo, implica castración, es decir, un límite al goce, a la absorción de un vacío que seca a un sujeto alucinado por un placer imaginario. En este movimiento el Amo se ofrece a la destrucción del otro en tanto ofrece su cuerpo como alimento y objeto de placer, en dicho sentido arriesga su vida, es decir, el deseo del Otro aporta la vía de expulsión del masoquismo primario, posibilita que la muerte se exprese en sadismo.
El deseo del Otro abarca la serie de fenómenos que Klein describe como cuidados maternos y de cuya existencia hace depender la atemperancia de las ansiedades persecutorias que sitúa en el comienzo de la vida postnatal. En el caso Dick se da testimonio de algo que acontece con el deseo a nivel de esta experiencia primordial. Se señala que la lactancia había sido excepcionalmente insatisfactoria y perturbada, que incluso, el niño, había estado a punto de morir de inanición pese a la tentativa de la madre de amamantarlo "Posiblemente su desarrollo quedó afectado por el hecho de que, aunque recibió toda clase de cuidados, nunca se le prodigó verdadero amor; la actitud de la madre hacia él había sido, desde el principio de excesiva angustia (…) por otra parte ni su padre ni su niñera le demostraron mucho afecto". (31) Luego se anota una modificación en Dick cuando irrumpe en su vida una niñera para la cual ese niño algo representaba, prueba de ello, es que luego de la intervención de Klein, es en dirección a dicha niñera, que el niño hace por primera vez un llamado. Los detalles respecto de la constelación familiar, ubican el desapego afectivo que se señala en Dick como reflejo del mal acogimiento del que es objeto. En este tren lo encuentra enganchado Klein y por vía de su intervención le aporta otra vía, introduce una significación que da testimonio del deseo, en tanto que es condición del deseo que al sujeto algo se le vuelva significativo.
Si el movimiento de Klein, introduce al niño en la estructura edípica, que Freud universaliza, es porque está ubicada, ella y el niño, en un discurso diferente de aquel en el que se encuentra alojada la madre y desde donde "(…) se le ocurrió pensar que su hijo era anormal (…)"(32)

 

Citas Bibliográficas.

 

1 Thomas Marie-Claude "Lenguautismo". Versión inédita
2 Thomas Marie-Claude "Temple-Cyborg – Una filosofía muy menor". En Me cayó el Veinte, Delegación Cuauhtémoc, México, 2005, editorial Me cayó el Veinte. Pág. 11
3 Rojas Piloni Gerardo y Eguibar Cuenca José Ramón, "Pavlov y los reflejos condicionados."en Revista Elementos, Ciencia y Cultura, Mayo, 2001, Pág. 51.
4 Freud Sigmund, "Proyecto de una psicología para neurólogos" Volumen 2, Obras Completas, Ed. Hyspamérica, Corrientes 1437, 4 to. piso – Buenos Aires,
5 Freud Sigmund, "La interpretación de los sueños" Volumen 3, Obras Completas, Ed. Hyspamérica, Corrientes 1437, 4 to. piso – Buenos Aires.
6 Autismo infantil, diccionario, Infobase.
7 En la bibliografía de dicho postgrado se cita a Javier Tamarit quién define las "conductas desafiantes" en estos términos: "Conducta culturalmente anormal de tal frecuencia, duración o intensidad que es probable que se limite al uso de los recursos normales que ofrece la comunidad o incluso que se le niegue el acceso a dichos recursos". Luego se citan Técnicas de adquisición de nuevos comportamientos: Reforzamiento positivo (Consiste en otorgar una gratificación tan pronto como el sujeto realiza lo esperado (…) / Reforzamiento negativo: Consiste en retirar un estímulo aversivo que precede a un comportamiento. / Modelamiento: su objetivo es obtener una conducta nueva, brindando un modelo (…).
8 Nieto Carmen, "Flexibilidad en el espectro autista" (clase 8), en "Necesidades Educativas Especiales en Trastornos del Desarrollo" – FLACSO.
9 Clase del 23 de abril de 1958, Seminario "Las formaciones del inconsciente".
Clase del 12 de diciembre de 1962, Seminario "La angustia".
Clase del 10 de junio de 1964, Seminario "Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis"
Clase del 15 y 22 de noviembre de 1967, Seminario "El acto psicoanalítico"
Clase del 26 de junio de 1973, Seminario "Aún".
10 En el seminario "Las formaciones del inconsciente" Lacan se refiere a la necesidad en estos términos "(…) no hay estado original ni puro de la necesidad (…) porque desde el origen, la necesidad está motivada sobre el plano del deseo, es decir de algo que en el hombre está destinado a tener una cierta relación con el significante (…)" señalando con ello que desde el inicio de la vida, la necesidad de alimento, por ejemplo, ya es impuesta en el niño por el deseo de la madre.
11 Lacan Jaques, "El reverso del psicoanálisis", Editorial Paidos, defensa 599, Buenos Aires, febrero de 1999.
12 Hegel G.W.F. "Fenomenología del espíritu", Ediciones F.C.E. España S.A., Madrid, 1966.
13 Kojeve Alexandre, "La dialéctica del amo y el esclavo en Hegel", Editorial La Pléyade, Maza 177, buenos Aires.
14 La denominación del a como plus de goce se esclarece cuando se vincula con esa notación de la diferencia de cualquier experiencia de satisfacción, respecto de la primera, donde la satisfacción esperada se relaciona con un más allá del límite, con un excedente que no tiene que ver con la satisfacción de la necesidad. Lacan lo liga con un festín y da el ejemplo del sueño de Anna relatado por Freud (Fresas, Frambuesas, etc.)
15 Thomas Marie-Claude "Temple-Cyborg – Una filosofía muy menor". En Me cayó el Veinte, Delegación Cuauhtémoc, México, 2005, editorial Me cayó el Veinte. Pág. 18.
16 Klein Melanie, "La importancia de la formación de símbolos", en Psicoanálisis desarrollo temprano.
17 Si la histerización del discurso del analizante, es función del discurso del analista, es una vez producida que puede pensarse al autismo como resistencia.
Freud sitúa a la resistencia como un momento de detención de las asociaciones del analizante, donde se produce una notación, súbita, de la presencia del analista, lo que descubre un lazo entre resistencia y transferencia. Lacan para dar cuenta de este fenómeno nombra dos funciones de la palabra: 1) revelación, mediante la deformación del inconsciente. 2) mediación entre el yo y el otro. La resistencia se produce en un cierto tiempo en que la palabra decae como revelación – por la cercanía del sujeto con algo que es del orden de su verdad – y reaparece como mediación entre el yo y el otro. La captación de la presencia del otro, que interrumpe el discurso, es la resultante de una proyección del yo del analizante sobre la persona del analista. El yo irrumpe en tanto que defensa de su función esencial que es el desconocimiento. Se impone dejando restos de palabras que el sujeto hubiera querido formular. Las palabras entrecortadas de Dick, desde esta perspectiva, pueden leerse como efecto de esa intrusión que ejerce la madre. Como a producido por el discurso del Amo, que dan testimonio de su castración en el ejercicio de su dominio.
18 Ibidem cita 14, pag. 65.
19 Ibidem cita 14, pag. 72.
20 Lacan Jaques, "Los escritos técnicos de Freud", Editorial Paidos, defensa 599, Buenos Aires, febrero de 1992.
21 Ibidem cita 17, pag. 137.
22 Ibidem cita 14, pag. 71.
23 Ibidem cita 14, pag. 65.
24 Ibidem cita 17.
25 Freud Sigmund, "Más allá del principio de placer" Volumen 13, Obras Completas, Ed. Hyspamérica, Corrientes 1437, 4 to. piso – Buenos Aires.
26 Ibidem cita 17, pag. 257/9.
27 Ibidem cita 14.
28 Ibidem, cita 4.
29 Freud Sigmund, "El problema económico del masoquismo" Volumen 15, Obras Completas, Ed. Hyspamérica, Corrientes 1437, 4 to. piso – Buenos Aires
30 En la concepción de un masoquismo primordial el psicoanálisis se diferencia de la perspectiva evolucionista.
31 Ibidem cita 16, pag. 67
32 Ibidem, cita 16, pié de pag. 67