El significado de la familia y la institucionalización de ancianos en el Hogar Municipal de Ancianos de Mar del Plata (HMA).
Silvia Elsa Tarrio *

En los establecimientos de larga estadía para ancianos del área privada, la mayoría de sus residentes presentan algún tipo de dependencia funcional (Gutmann, 2000; Pássera) y otros, 1998) constituyendo este hecho uno de los motivos de peso a la hora de decidir la institucionalización del anciano, dada la imposibilidad de la familia para brindarle cuidados adecuados durante todo el día (Aguas, 1999).
Por su parte el Hogar Municipal Ancianos (HMA) de la ciudad de Mar del Plata fue creado para dar asistencia a personas ancianas con dependencia económica y/o social exclusivamente, y se exige que el aspirante a ingresar sea autoválido. Si bien un porcentaje importante de la población de residentes presenta diversos grados de dependencia, de acuerdo a documentos fundacionales su objetivo es la de lograr el fortalecimiento de ancianos vulnerables del sistema social.
En este punto es interesante tener en cuenta que si bien la mayoría de las personas institucionalizadas provienen de sectores de bajos recursos económicos, suelen ser sus carencias culturales y la ausencia de redes sociales las que les impiden responder a sus necesidades cotidianas por fuera de las instituciones estatales específicas.
Nos proponemos en este artículo resaltar cómo la alta valoración social de la familia como pareja vitalicia con sus hijos, suele tener como correlato el repudio de alguno de sus miembros al transformarse esta estructura y adquirir otras conformaciones. Esto limita o impide las posibilidades de sostenimiento y cuidado entre los miembros que se sienten expulsados y aquellos que no pudieron evitar la expulsión.
Esta reflexión surge de los datos analizados de las primeras entrevistas tomadas a familiares de residentes del HMA en la investigación "Significados de la atención en el Hogar Municipal de Ancianos y calidad de vida" (1)
El concepto de familia conformada por la pareja vitalicia con sus hijos y las relaciones con las familias de origen de los cónyugues, se consolidó en el campo de la ciencia como "(...) pregnancia de esa suerte de prototipo sano familiar que fue la familia burguesa en nuestra cultura". Y "(...)no sólo la reiteración o encarnadura de un esquema antropológico de cuatro términos prefijados y finitos, como fuera la estructura elemental de parentesco definida por Lèvi-Straus". Al apuntar esto, María Cristina Rojas, reflexiona sobre la necesidad de crear nuevos lugares y palabras, ya no devaluadas como las actuales "madrastra", "padrastro" "hermanastro" "medios hijos" "medios hermanos" etc. que permitan pensar estas nuevas familias sin desestimarlas ni desvalorizar sus lazos afectivos. (Rojas, 2000)
La idealización del prototipo de familia patriarcal, sostenido por muchos años como garantía de "normalidad", impidió comprender las transformaciones que en los últimos años se fueron dando en el seno de la institución familiar, y llevó a interpretar cualquier forma de familia diferente, como signo de "descomposición" incapaz de funcionamiento saludable.
¿Por qué esta impregnación ideológica en la interpretación teórica?
Desde la teoría de las representaciones sociales, Moscovici (1979, 1981, 1984) interpreta que las producciones de los universos consensuales (representaciones sociales) difieren de los universos reificados (ciencia, filosofía). Los primeros cumplen la función de mantenernos dentro del circuito de conversación, y en él, la memoria predomina sobre la lógica. Las informaciones que obtenemos a partir de intercambiar opiniones con otros, se enlazan a una serie de atribuciones que nos permiten explicar objetos y sucesos de nuestra realidad sin necesidad de fundamentarlos.
Por su parte, los universos reificados son producidos por ciertas personas legitimadas socialmente a partir de reglas y convenciones que aseguran la racionalidad del conocimiento producido, creando un mundo artificial y extraño a lo cotidiano.
Sin embargo, estos universos no son ajenos, al conocimiento de sentido común. Los universos consensuales, se alimentan del material de la ciencia y producen significaciones al ‘vulgarizar’ los conceptos científicos. En esta construcción se recorre el camino inverso al proceder científico, del concepto a la intuición inicial, y subyace en este camino los rieles directrices de la ideología. (Moscovici, S 1979)

Sin embargo, esta diferenciación tajante entre ambos universos, no permite dar respuestas a nuestra pregunta. Tal vez por este motivo, dentro de la corriente de los teóricos representacionales Palmonari (1980) y Doise (1986), proponen pensar los ‘universos consensuales y reificados’ como formaciones diferenciadas por su lógica interna que funcionan como polos de una continuidad que admite intermedios.
Deberíamos preguntarnos entonces ¿sólo algunos postulados surgidos en el campo de la ciencia pueden llegar a "mezclarse" con contenidos ideológicos?
Las corrientes posmodernas, al investigar el campo de la ciencia, apuntan a mostrar que todas las teorías científicas son construcciones históricas que crean realidades.
Según Gergen (1998), a partir de las investigaciones filosóficas de Wittgenstein, el significado de las palabras no se deriva del objeto representado sino de su posición en el juego del lenguaje. En nuestro caso, lo apreciado como significado saludable de una familia dentro y fuera del mundo de la ciencia se diferenciaría por el uso del juego lingüístico de la realidad construida por el sentido común o el juego lingüístico de la antropología y el psicoanálisis.
Kenneth Gergen pone en evidencia la imposibilidad de que el investigador y el objeto investigado se contrapongan de alguna manera y funcionen independiente. Al echar por tierra la metáfora de la pasividad, se pregunta: "(...)¿nos <impresionan los hechos> o somos nosotros quienes queremos <llegar a unas conclusiones>? ¿Los datos <hablan> o más bien <decidimos> emplear una teoría para interpretar los datos, en lugar de otra?. ¿Nos vemos <obligados> por los resultados, o más bien <deseamos extraer conclusiones> que favorezcan nuestras orientaciones teóricas?" (Gergen, 1998).
Knorr Cetina (1995), por su parte, considera que los productos de la ciencia se elaboran a partir de la interacción social entre individuos específicos que siguen criterios ad hoc. Una producción, que no tendría diferencias (en cuanto a sus principios) a la producción de conocimientos en contextos cotidianos. Además citando a Rorty, plantea que no habría diferencia epistemológica entre la búsqueda de conocimiento y la búsqueda de poder.(Cetina, 1995, en Potter, 1999)
Tal vez desde aquí podamos acercarnos a comprender las articulaciones entre la producción científica, la ideología, el poder y la construcción de objetos que desde la autoridad científica son significados y valorados socialmente.
En nuestra sociedad a las familias monoparentales y ensambladas, se les atribuyó una correspondencia unívoca a la marginalidad y sólo a partir de su extensión -divorcio por medio- a capas sociales altas y medias, se comenzó a cuestionar estos significados atribuidos que llevaron a pensar en ellas como retazo de familia o familias anormales.(Rojas, op. cit.)
La valoración social de este tipo de familia, suele llevar a que cuando se produce un nuevo grupo familiar "atípico", algunos de sus integrantes vean peligrar su pertenencia. La construcción de una familia ensamblada, puede producir bandos contrapuestos para sostener los valores de las familias previas, que a veces terminan expulsando a algunos de sus miembros del ámbito familiar.(Rojas, op. cit.)
Con relación al tema que abordamos, observamos en varias entrevistas realizadas a familiares de residentes del HMA que sus familiares directos, se sintieron incapaces de asumir funciones de cuidado a partir de lo que significaron como expulsión o pérdida de su pertenencia familiar.
En muchos casos, este sentimiento de abandono o el abandono efectivo, aparece como consecuencia del intento de cubrir los lugares tradicionales de una familia "tipo", de donde algunos de sus miembros resultaron en sobra.
Es frecuente que los entrevistados, describan la familia de origen de los residentes a través de categorías de relación de parentesco que permiten excluir o atenúan la co - responsabilidad en el cuidado de estos ancianos:

"(...)Ahí en esa familia, es una familia que a ella nunca la quisieron... a ella, porque son los otros los que tiene, son hermanos pero de madre..." "(...)ella hacía la comida, mandaba a los hermanos al colegio y hacía todo, después no... después ya no la quisieron más... cuando murió la madre de ella. Ella siguió viviendo igual con ellos, pero después no la quisieron más." (C, prima de una residente).

Las confrontaciones que pueden generarse en estas situaciones suelen derivar en conductas violentas donde el anciano puede convertirse en objeto de disputa:

"(...)Mi mamá (...) tuvo una hija con el segundo matrimonio (...) mamá con nosotros no tenía mucho trato...(...) Prefería más a esa hija que a nosotros (...) Una vez para sacarla a mi mamá de la casa, tuve que ir con la policía, llevarla al doctor.... Porque ella (su hermanastra) me decía que (...) me iba a matar porque yo no era nadie...(...)" (L. Hija de una residente)

A veces se producen fracturas en las relaciones, debido al intento de reconstruir familias previas perdidas:

"(...) Mi mamá no se merece estar ahí...(...)Tendría que estar más acompañada por mis hermanos...(...) ellos no le perdonan...habernos dejado de lado por un hombre..."(L. Hija de una residente)

En otros casos la disolución de una pareja y formación de otra nueva no encuentra el "lugar" para los hijos:

"(...) Estaban separados (...) y el viejo me llevaba a casa de la abuela...(...)Vamos a decir, estuvimos un tiempo con ella y después ya chau (...)Después me fui a una pensión y (...) Después me casé, ¿viste?. La familia que tengo es ésta....Esta es mi familia, la que tuve siempre... No hay otra familia." "(...) Ella (su madre, residente del HMA) está bien (...) aparte no quiere, no quiere joder..." (R, hijo de una residente).

En algunas situaciones el significado de la familia está tan arraigado al de "familia patriarcal", que reconoce al padre biológico como única figura de convivencia posible y le asigna incluso el derecho sobre la vida de los hijos:

"(...)Yo no permitía que otro hombre que no fuera mi padre me pegara...Fui a la casa de mi tío y mi mamá me denunció al juez de menores(...)" (L. Hija de una residente)

Frente a estas situaciones, parecería casi imposible hacer que las familias de origen del viejo institucionalizado se constituyan en co-responsables de su cuidado y ampliar desde allí las redes sociales que permitan sostenerlos, asignándoles un nuevo lugar menos vulnerable.
Sin embargo, y a pesar de que aún no se consolidan nuevas pautas culturales que permitan pensar la creación de lugares para que estas nuevas configuraciones familiares reaseguren la inclusión de todos sus miembros y generen pertenencia más allá de los lazos biológicos o de convivencia, es posible mejorar la calidad de atención de los viejos que se encuentran en esta situación.
Inferimos a partir de los dichos de familiares, que algunos proyectos implementados en pasantías COLOCA UN NUMERO PARA ACLARAR AL PIE QUÉ PASANTÍAS realizadas en el HMA, permitieron lograr un cierto acercamiento y la recreación de afectos positivos aún en casos donde los miembros involucrados se mantuvieron distanciados durante años:

(...)...A mi me invitaron (...) Fui, cociné con las chicas, con mi mamá, con todas las abuelas. Participé, bah..., de los talleres. Quizá, eeh...a mi mamá, por ejemplo...a mi mamá si le dan una actividad de cocinar, eso a mi mamá le encanta....Yo digamos ¿con mi mamá, no?...Que se yo, el pan, las galletitas, a mi mamá todo eso le gustaría..., se sentiría bien....(L. Hija de una residente)

La institución familiar ha sufrido grandes transformaciones en los últimos años, esto exige de una nueva lógica cultural como paso inicial para poder convalidar estas nuevas configuraciones familiares como viables, con mayor jerarquía y aceptación social.
Por el momento nos encontramos sin palabras apropiadas para definir estos nuevos espacios a ser construidos, pero toda nueva comprensión precede al descubrimiento y creación.
Según Gergen, las críticas surgidas frente a supuestas anomalías fácticas de un paradigma, no son independientes del marco de referencia con que se interpretan. El "vacío" discursivo, simplemente muestra lo que él denomina "fase transformacional" y sobre él emergerá el nuevo paradigma (Gergen, 1994).
Pensar nuevos lugares que signifiquen distintas formas de pertenencia más allá de la consanguineidad y la convivencia es el desafío.
En nuestra investigación pretendemos poner en diálogo los distintos significados atribuidos, entre otros a la familia, con el fin de reflexionar críticamente sobre las transformaciones discursivas que permitan instalar nuevas prácticas en el cuidado de los ancianos institucionalizados en el HMA que aseguren su mejor calidad de vida.
Transitoriamente, a los fines de lograr el fortalecimiento de los residentes, recomponiendo las redes que oficien como sostén familiar y construyendo nuevas redes social, proponemos guiar nuestras prácticas pensando a la "familia" como: "una institución formada por un grupo de personas que mantienen un cierto tipo de relación, ya sea esta biológica, legal o emocional, que comparte una historia común, normas, costumbres y creencias sobre la vida en general y en particular sobre el cuidado de la salud y la noción de autocuidado, pudiendo éstas vivir o no en el mismo hogar". (Tarrio, 2003)

BIBLIOGRAFIA GENERAL:

Gutmann, R (2000): Exposición en el Panel ¿Para qué sirven los hogares para personas mayores?. Foro para la Personas Mayores de la Ciudad de Buenos Aires Julio 2000.
Pássera y otros (1998): Evaluar ancianos o las instituciones que los albergan?. Ponencia al VIII Congreso Argentino de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría, Bs. As. 1998.
Aguas, S; 1999:"Una protección social invisible, en "Hechos y derechos", publicación Nº 6, Subsecretaría de Derechos Humanos y Sociales, Buenos Aires.
Rojas, Mª. C.(2000) Modelizaciones en psicoanálisis familiar: aproximación teórica-clínica a la familia de hoy. Revista de la AAPPG, XXIII Nº2.
Moscovici, S (1981): "On social representations",In Forgas J. P. Ed.; Social cognition. London, Academic Press 1981. En Cerrato: "La noción de representación social en psicología social: Definiciones y diferencias con otros constructos representacionales y formas de conocimiento colectivo"; Inguruak Rev. de Sociología y Ciencia Política. Sumario / Aurkibidea. Maitza, mayo 1996 Nº 14.
Moscovici, S (1984): "Psicología social". Bardelona Ed. Paidós. 1984
Moscovici, S. (1979): "Psicoanálisis su imagen y su público" Ed. Huemul S.A. Bs. As. 1979.
Palmonari (1980), "Le reppresentazione sociali". Giornale Italiano de Psicología. VII, 2.
Doise, (1986): "Les represèntations sociales" In Doise. W. Y Palmonari A. Ed. "L'etud des reprèsentations sociales", Neuchatel: Delachaux et Niestle.
Gergen, K.(1998): "La Psicología Posmoderna y la retórica". Swarthmore College, Pennsylvania. Pg. 167. En "El conocimiento de la realidad social". Compilado por T. Ibañez. Barcelona, Sendai, 1998.
Knorr Cetina (1995) "Liminal and referent epistemologies: the disunity of two leading sciences". Citado por Jonathan Potter en: La representación de la realidad. Discurso, retórica y construcción social" 1999.
Gerge, K (1994). En Anderson H. "Conversación, lenguaje y posibilidades". Un enfoque posmoderno de la terapia.
Tarrio, S. (2003)"El discurso cotidiano y científico sobre la internación geriátrica. Perspectiva psicosocial." Rev. Nexos Nº 17. Año 10. Nov. 2003. Secretaría de Ciencia y Técnica, UNMDP.

 

(1) "Significados de la atención en el Hogar Municipal de Ancianos y calidad de vida" Proyecto del grupo de investigación "Psicología Social Para la Prevención en Salud" Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Mar del Plata, 2003 -2005

* Magister en Psicología Social. Docente de las Facultades de Psicología y Facultad de Ciencias de la Salud y Servicio Social de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Integrante INVESTIGADORA del equipo GRUPO de investigación Psicología Social para la Prevención en Salud.