¡Compre ya!, ¡Ud. lo quiere y se lo lleva!, ¡no se demore!, ¡no sea como es!, ¡cambie su cuerpo!, ¡cambie su mente!, ¡hágalo ya!. ¡Despójese rápidamente de sus síntomas!, ¡asegúrese!, ¡cuídese!, ¡Sea analista!, ¡sea más que el otro!, ¡Ud. lo necesita!, ¡adquiera la técnica!, quizá falte decir, ¡desee esto . . .ya!, y para ello: ¡disque ya . . .!, y además, quienes dicen saber todo esto que Ud. necesita y desea, ¡ya se lo tienen pronto! y por supuesto . . .también se lo garantizan.
Quiero decirlo de entrada:
Pierdan toda esperanza, quienes entren en este "presente".
Aquí tienen Uds. el llamado de
un amo sin cara o con mil caras alquiladas, que espera que nos sintamos nombrados y
entendidos, justamente allí donde en nosotros está la interrogación y la duda.
Nos toman de improviso allí en el lugar en que nos encontramos, y nos
llevan por la fuerza del medio, y nos dicen quienes somos y que es lo que deseamos, o sea,
nos ordenan: ¡Gozar!, con una necesidad prefabricada.
¡Como será ésto que hasta los psicoanalistas
están asustados, algunos ya están proponiendo psicoanálisis lights, bajo la forma de lo
focal, de los objetivos limitados y de lo breve!
Otros prevén un futuro aciago, sin lugar para el
psicoanálisis en un mundo en que las cosas se resuelven rápidamente, y donde el mundo
parece "estar comunicado" y además "totalizado en una aldea global".
Contra esto me planto, tenemos que darnos el
tiempo de pensar qué queremos, aún hacer, a partir del psicoanálisis.
Les vengo a decir que como
siempre lo estuvo, el psicoanálisis, escuchen que no digo los psicoanalistas,
refiriéndome a todos, repito, el psicoanálisis, hoy está mal en esta cultura, pero eso
ya no es suficiente, tenemos que avanzar un poco más y generar nuevamente un verdadero
"Malestar en la cultura", que se plante frente a versiones tecnocráticas,
científicas, fascistas o idílico-románticas, que sólo ofrecen una grotesca caricatura
de la situación del hablante-ser.
Pero ¿cómo lo vamos a hacer dirán Uds.?
La respuesta es, demos un lugar a lo imposible,
seamos "poetas en tiempo escaso".
Se trata de " . . .un despertar, pero un despertar difícil, y sospechoso. No es seguro que uno está despierto más que si lo que se presenta y representa es sin ninguna especie de sentido."
Poetas en la dimensión de la escritura, del agujero, para poder crear así la dimensión de lo olvidado.
¿Pero, porqué lo de tiempo escaso?
Hölderlin
Hace ya mucho tiempo, pocos años antes del mil ochocientos, Friedrich Hölderlin, en su Elegía "Pan y vino", nos lanzaba esta pregunta, a la que nos acercó Rafael Capurro en un tiempo en que si bien le presté oídos, aún esto no lo podía escuchar:
"¿Para qué poetas en tiempo escaso?". La respuesta la pone Hölderin en boca de su amigo Heinze:
"Pero ellos son, dices tú, como los sacerdotes sagrados del dios del vino, los que fueron de un país a otro en noche sagrada"
Heidegger comentó estas estrofas en una conferencia dada en 1946, con motivo de los 20 años de la muerte de R. M. Rilke de la manera siguiente: " Apenas comprendemos hoy la pregunta. ¿Cómo queremos comprender ya la respuesta dada por Hölderlin?, . . .La palabra tiempo significa aquí una era, a la cual pertenecemos también nosotros, con la aparición y la inmolación de Cristo comienza para Hölderlin de acuerdo a su experiencia histórica el fin del día de los dioses."
Comienza a atardecer. Desde que los "tres unidos", Heracles, Dioniso y Cristo, han abandonado el mundo, la tarde de la época del mundo se va volviendo noche. . . La época del mundo está caracterizada por el hecho que los dioses permanecen alejados, por la "falta de dios". No es que "Dios está muerto" como plantea Nietzsche.
". . . La falta del dios significa que ningún dios reúne de manera visible y unívoca a los hombres y las cosas, coordinando en dicha unión la historia del mundo y la estancia de los hombres. . . .El tiempo ha llegado a ser tan escaso, que el hombre no es capaz de advertir la falta de dios como falta"
Dice Hölderlin que "no se trata de abandonar la noche, sino de experimentarla como tal. Sólo la experiencia de la ausencia, como ausencia, puede preparar una presencia."
"Mientras que para el hombre que vive su día, el hombre diario, la ausencia no es, y todo va cayendo en este olvido . . ., para el desvariado, lo olvidado es, aunque no tenga el carácter de ser en el presente."
Una manera de ser de lo presente se define desde dos ausencias. Una manera de ser de lo ausente en el presente, son sus "huellas". Hölderlin no plantea una búsqueda romántica de un pasado extinguido, no es tampoco la búsqueda de una relación que otros vivieron, sino que es la búsqueda de "lo propio"; pero dice Hölderlin, lo propio no se opone simplemente a lo propio de otros, hay algo en común. Desde allí le es dado a cada uno algo propio, dentro de lo cual uno va y viene. La búsqueda es por tanto de un lugar, es decir de un espacio.
Piensen Uds. que este texto apenas tiene dos siglos desde su realización. ¿No es este un pensamiento topológico?, ¿no nos recuerda desde su tiempo, que debemos repensar eso que llamamos lo "propio"?, ¿o eso que sin llamarlo, o sin cuestionarlo parece formar la "esencia de lo que somos"? Tenemos que encontrar el espacio donde se borran los límites de "lo propio".
¿Qué huellas nos ha dejado Dioniso y Cristo?, según Hölderlin, el pan y el vino.
"¿Qué significan estas huellas?, . . .pan y vino son signos del ser del hombre en la época escasa. Ser poeta en esta época es seguir estas huellas, es vivir la noche como "sagrada", es recordar al olvido como olvido.
El ser poeta para Hölderlin, el ser hombre, es el vivir en la pre-visión, en el sentido de un ver anterior, que significa tanto ver el pasado y pre-ver el futuro. Desligados de sí, caen estos momentos en el no ser del pasado y en la pura adivinación del futuro.
Pero aquí se trata justamente de que desde su unidad, el futuro sólo puede ser designado en el presente desde la rememoración del pasado. En este sentido pre-vee el poeta el futuro, es decir lo abre en sus posibilidades." (Cuaderno de psicoanálisis freudiano Nro. 4).
No les estoy proponiendo una nueva forma de religión, donde debamos atestiguar de la falta de Dios, sino que tomo estos "poetas en tiempo escaso", como aquellos que pueden darle una presencia a lo ausente, redimensionar el presente dando un lugar a lo complejo de lo que llamamos el pasado y también el por-venir. Intento lograr que cada uno mantenga su heterogeneidad con relación al otro.
Los analistas sabemos de estas dos ausencias, la de lo primario y la del por-venir, porque vivimos entre dos ausencias, también sabemos que ellas están pobladas. Y que los humanos viven angustiados en un por-venir que no deja de ser la pantalla en la que proyectan las marcas de lo que ignoran de sí.
"No hay salida para mí" , ¿esta frase cuántas veces la escuchamos en nuestra consulta o fuera de ella?, ¿cuántas veces la pensamos o incluso la dijimos, porqué no arriesgar y también decir, cuantas veces la actuamos?
Sócrates
Les recuerdo al Sócrates en su enseñanza a Fedro:
" He aquí un testimonio digno de aducirse: los antiguos que pusieron nombres a las cosas no consideraban la locura (manía) como algo vergonzoso ni como un oprobio, pues de ser así no habrían enlazado ese nombre a la mas hermosa de las artes, la que juzga el porvenir, llamándola maniké, adivinación. . . .Los modernos, privados del sentido de lo bello, le han dado una t, y la llaman
mantiké. Del mismo modo, a la indagación del porvenir llevada a cabo por hombres en su sano juicio mediante las aves y otros signos dieron los antiguos el nombre de oionoistiké, porque con ayuda de la reflexión suministraba a la opinión de los hombres (oíesis) comprensión (nus) e información (historia). . ."
La otra forma de locura dice Sócrates es la de la poesía:
"La tercera forma de posesión y de locura, la que procede de las Musas, al ocupar un alma tierna y pura, la despierta y lanza a transportes báquicos que se expresan en odas y en todas las formas de la poesía, y, celebrando miles de gestas antiguas, educa a la posteridad." (Platón , 243e-245c del "Fedro de la belleza")
Esta "locura divina" según Sócrates está íntimamente relacionada al futuro, cuyo conocimiento los antiguos llamaron con una palabra en la que consuena "manía" es la palabra mántica. Un segundo tipo de locura, en el sentido del conocimiento del futuro, es la puramente humana, el tercer tipo finalmente es la provocada por las musas, la llamada "manía poética".
¡Con que gusto les presento el cuarto tipo de locura que Sócrates no menciona a Fedro y que no proviene de lo divino!, sino de la locura del neurótico, la que también es dirigida hacia el futuro pero a diferencia de las anteriores hace una adivinación al revés, adivina el pasado, y se lo pasa representando como el por-venir. Pero no hablo sólo del pasado, en el sentido de la ficción en que tejemos la historia, sino también de aquello que en su estructura lo marca en relación con lo que fundamentalmente es.
Por eso el neurótico es también un desesperanzado, ya que presiente su futuro, y este conocimiento trata de mitigarlo con sus fantasías, con sus ensueños, y en ellos se entretiene un tiempo, aunque sabemos que no le alcanza.
Esto es porque hay un continuum, sin corte, entre las dos ausencias, donde lo por-venir adquiere las formas de lo que está determinando al sujeto, lo que se ha llamado "el destino".
¿Le daremos su lugar a cada ausencia?, ¿sabremos desamarrarnos de lo imperativo de un presente, que a la vez que nos presiona en nuestros nombres, no permite la falta, la presencia de la ausencia?
Resguardar lo imposible y lo heterogéneo de estas ausencias, es una manera psicoanalítica de ser "poetas de tiempo escaso". Voy a retomar algunos textos de seminarios anteriores para repensarlos:
Cervantes
"Yo, que siempre trabajo y me desvelo
por parecer que tengo de poeta la gracia,
no quiso darme el Cielo,
quisiera despachar a la estafeta mi alma, . . ."
Como dice Guido Castillo en su
trabajo sobre Cervantes: ". . .este conmovedor texto lo realiza Cervantes en el
"Viaje del Parnaso", a sus sesenta y tres años y después de haber escrito la
primera parte del Quijote y las Novelas Ejemplares.
Casi al final de su vida, y cuando ya era un novelista reconocido, Cervantes nos
dice, con resignada y melancólica sonrisa, que Dios le ha negado la gracia de la poesía.
. . Como ven otro más que apela a la poesía para bordear eso que de otro modo se le
escapa.
Lo cierto es que su fracaso en la vida, el teatro y la poesía
fue imprescindible para la creación del mundo de la novela."
Cervantes con el Quijote nos lanza a la aventura. Esa
"aventura" cuyo nombre proviene del latín venire y de éste el término adventus,
que significa lo que vendrá. Y lo que vendrá es inesperado y misterioso, a
condición de que lo hayamos sabido esperar.
Como dice Heráclito:
"Si no esperas, no te sobrevendrá lo inesperado, que es inalcanzable e inaccesible."
Heráclito en esa frase parece estar adelantando lo que es la situación del psicoanalista: a la espera; sosteniendo lo inesperado en la clínica, con el fin de ir llegando a lo inalcanzable e inaccesible.
Mejor dicho, para que lo inalcanzable e inaccesible vaya siendo cada vez otra cosa, aunque se trate de lo mismo.
Pero esta espera tiene sus particularidades y a ellas quiero llevarlos.
Podemos decir que "Don Quijote es la increíble e inesperada aventura de aquel pobre inválido, ex soldado y ex cautivo, que ya no pudiendo vivir como un aventurero novelesco, hubo de resignarse a inventar la más grande y creíble novela que se ha escrito."
En la cual, "Don Quijote" no es otra cosa que el nombre de la llamada "locura" de Alonso Quijano el Bueno; pero tengo que adelantarles que también es el nombre que inventó Cervantes para poder esperar de otra manera.
Si la batalla de Lepanto fue el último y el más esplendoroso hito de la grandeza del Imperio español, al desastre de la Armada Invencible lo podemos tomar como el principio de su caída.
¿No hay una cervantina ironía en el hecho de que Cervantes, héroe de Lepanto, tuvo que desempeñar el oscuro y mísero oficio de acopiador de víveres para la Invencible?, ¿qué hace Cervantes con ello?
Cervantes, y en esto sigo a Castillo, sale por medio de la invención.
¿Qué es lo que inventa?, la verosimilitud de un personaje, que radica en el hecho de que es posible la existencia de un ser, que cree en la posibilidad de las cosas imposibles.
Es Cervantes quien dice:
"Yo, que siempre guardé el común decoro
en las cosas dormidas y despiertas
pues no soy troglodita ni soy moro,
de par en par del alma abrí las puertas,
y dejé entrar al sueño por los ojos
con premisas de gloria y gusto ciertas."
Don Quijote habla como un libro y vive la existencia de la realidad como una ventura poética, "un sueño contado por seres despiertos, o por mejor decir, medio dormidos"."(íd)
A tantos siglos de distancia nos vuelve la pregunta ¿si hoy tiene lugar para los psicoanalistas lo imposible de las ausencias, de las faltas, de lo que bordean algunos interrogantes, de lo que no podemos escribir?, ¿y si este imposible del que hablamos, también lo soportamos?.
Agregaría algo más, ¿qué hacemos con él?.
Al igual que Don Quijote también hemos leído una gran cantidad de libros, ¿porqué no lanzarnos al camino aún a riesgo de la locura?
Y les propongo hacerlo, asociando el personaje de otro gran creador, quien casualmente muere el mismo día que Cervantes. el 23 de abril del año 1616, en este caso de la lengua inglesa, me refiero a W. Shakespeare:
"To be or not to be"
Hamlet dudaba, y esa duda está expresada en el "ser o no ser", al que hay que agregarle "this is the question", que es como continúa el texto en el inglés isabelino.
Hamlet
Este "ser o no ser" lo
encontramos permanentemente en las preguntas de los neuróticos.
Lacan dice en el seminario "El deseo y su
interpretación" que:
" . . . Hamlet, desde el principio del juego, es culpable de ser. Le resulta insoportable ser. El problema, el crimen de existir, se plantea para él en términos que son los suyos, a saber este to be or not to be, que lo compromete irremediablemente con el ser, como tan bien lo articula." (Seminario inédito del 4.3.59)
Aquí discrepo con el maestro, pienso que no lo compromete solamente con el ser, y eso es justamente a donde también pienso llevarlos hoy, a realizarnos la pregunta ¿de qué estamos hablando cuando mencionamos el ser?, por eso elegimos una frase paradigmática, universalizada y que se integra como la aporía de los humanos. Avancemos un poco más en la lectura de Lacan:
"¿Cuál es el problema de Hamlet, el que expresa con su to be or not to be . . .? Es encontrar el lugar tomado por lo que le dijo su padre. Lo que su padre le dijo en tanto fantasma, es que fue sorprendido por la muerte en la flor de sus pecados. Se trata para él de encontrar el lugar tomado por el pecado del Otro, el pecado no pagado.
Es así que el padre "le da una consigna, una orden - arreglarse a su manera para hacer cesar el escándalo de la lujuria de la reina, y en todo esto contener a sus pensamientos y sus movimientos, sin dejarse ir a no se sabe qué excesos para con su madre" (sem. 11.3.59)
Y agrega Lacan en la reunión del 11.3.59:
"El problema del to be está en todas partes en la obra.. . . Y es también aquello ante lo cual Hamlet está detenido. . . .El to be queda eterno. ¿A qué se ve confrontado Hamlet? si no a su to be, a ese destino de ser pura y simplemente el agente del drama a través del cual pasan las pasiones. . ."
En Don Quijote no hubo dudas, ni cuestionamientos, salvo al final de su vida. Estas sí aparecen en Hamlet; Hamlet no está loco como don Quijote, aunque se finge loco; y al igual que el caballero de la triste figura está preso de su ser o no ser, aunque de diferente manera.
El problema de Hamlet, no sólo es con la muerte de Claudio, sino con el deseo de su madre y con el pedido del fantasma de su padre. No está loco, Hamlet duda, es y no es el Hamlet del que su padre espera una venganza, pero señalo que aunque Hamlet no está loco como Don Quijote, igualmente su alternativa de alienación al Otro es mortal.
Ser o no ser el agente de la venganza del padre,
esa sí, es la cuestión de Hamlet.
Observen esto, acá de lo que se trata es de ser (algo o alguien) o no ser (eso). Este no ser que encontramos no tiene la dimensión de la falta en ser, sino la del no llegar a ser lo que el padre le pide a Hamlet que sea.
Su situación es fuertemente paradojal: si Hamlet es el agente de la venganza, se pierde él mismo, como acontece finalmente; mientras Hamlet no es, demora la hora de la realización del acto por encargo; y la deuda con el otro se vuelve insoportable.
Nosotros sabemos que este ser o no ser no apunta como pregunta a lo esencial del sujeto, sino que marca la interrogación de un tiempo de alienación al Otro; donde la duda misma es una opción, pero dentro de la alienación. En Hamlet la imposibilidad está puesta en la realización del acto. No es para él posible no ser el agente de la venganza; ante el fantasma de su padre que como un amo le ordena, él se pierde y ejemplarmente muere al constituirse en eso. Observen que si bien hay demora, no hay ni siquiera posibilidad de engaño al amo.
Podemos entonces decir que:
Ser o no ser (a modo de Hamlet), esa no es la cuestión.
¿Entonces cuál es la cuestión?
Mucho se le ha reprochado a Cervantes el que despojara a Don Quijote de la Mancha para dejarlo convertido en el simple Alonso Quijano el Bueno, vecino de la Mancha.
Don Quijote
¿De qué lo despojó?, de su locura; Alonso Quijano el Bueno ya no está loco, lo estuvo tan sólo un momento, cuando dijo "Yo sé quién soy, y sé qué puedo ser", era la locura de saber quien es, vale decir, una quijotada.
Caída su locura, no queda nada. Es en la terminación de la obra de 1615 que Cervantes realiza este diálogo final, en el cuarto donde agonizaba Alonso Quijano el Bueno, entre éste y Sancho:
Don Quijote ". . . volviéndose a Sancho, le dijo:
- Perdóname, amigo, de la ocasión que te he dado de parecer loco como yo, haciéndote caer en el error en que yo he caído, de que hubo y hay caballeros andantes en el mundo."
A lo que le responde un Sancho perspicaz y agudo, que no quiere que muera su señor:
"- ¡Ay! - respondió Sancho llorando -. No se muera vuesa merced, señor mío, sino tome mi consejo, y viva muchos años; porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben que las de la melancolía. . . levántese desa cama, y vámonos al campo vestidos de pastores, . . .quizá tras de alguna mata hallaremos a la señora doña Dulcinea desencantada. . .Si es que se muere de pesar de verse vencido, écheme a mí la culpa, diciendo que por haber yo cinchado mal a Rocinante le derribaron . . ."
Lo que le está pidiendo Sancho es que vuelva a la locura de saberse el Quijote de la Mancha, que vuelva a levantar su mundo, que la melancolía que él tiene es no haber podido sostenerse fuera de este "Quijote", aunque ahora se nombre de otro modo.
Pero esto ya no es posible:
"Señores - dijo don Quijote-, vámonos poco a poco, pues ya en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño. Yo fui loco, y ya soy cuerdo: fui don Quijote de la Mancha, y soy agora, como he dicho, Alonso Quijano el Bueno. Pueda con vuesas mercedes mi arrepentimiento y mi verdad volverme a la estimación que de mí se tenía . . ." (Alianza Editorial- Vol. 1001 - págs. 488/9)
La alternativa que nos plantea Cervantes a través de Don Quijote, es Ser Don Quijote, un loco, o un no ser, que lo lleva al morirse; pero con otro nombre: Alonso Quijano el Bueno, que de últimas no lo sostiene.
Saberse "El Quijote" es su locura, pero también es su vida, la que se extingue cuando cesa su locura de saber quién es y cuál es su misión.
¿Porqué fuera de lo que él es en su alienación al nombre "Quijote", no queda nada más que la melancolía y la muerte?.
"Yo fui loco, y ya soy cuerdo: fui don Quijote de la Mancha, y soy agora, como he dicho, Alonso Quijano el Bueno"
Volvamos a preguntarnos, ¿porqué esta melancolía y esta muerte?, sabemos que no es real que él ahora esté cuerdo. Don Quijote pasa de la locura delirante a una "melancolía", dicha en palabras de Sancho, ese parece ser su itinerario estructural.
El "Quijote" en tanto que nombre que su delirio sostiene, cae, ¿pero dónde?, recuerdan aquello que nos enseña Freud en "Duelo y Melancolía", que la sombra del objeto perdido recae sobre el Yo del sujeto.
Alonso Quijano el Bueno si ya no es el Quijote, es porque lo ha perdido. Y esta pérdida lo lleva a esa melancolía y a la muerte.
¿Qué nombraba el "Quijote"?, ¿Qué intentaba restaurar su delirio?, ¿qué creación a nombre de "Quijote" había inventado Alonso Quijano para sostenerse estructuralmente?
No sabemos lo que pasó antes de hacerse caballero andante, tampoco sabemos porqué se refugió de tal modo en la lectura de los libros de caballería hasta forjar este nombre y el delirio.
Lo que sí inferimos es que
seguramente no lo volvió loco la lectura de esos libros de caballería como nos dice
Cervantes, sino que la locura buscó en esos libros la posibilidad de una creación,
aunque sea delirante. También sabemos que no encontró otra forma de anudamiento.
Pero hubo una creación en su locura. En donde el nombre estaba soldado al ser de
modo tal, que caído aquel, cae inexorablemente la existencia.
La conjunción del nombre y el ser sin un límite estructural, pone en juego irremediablemente la existencia, justamente en el punto, en el cual no hay límite por ex-sistencia topológica entre el no ser y ser.
Pienso que leo a la letra lo que nos legó Cervantes, cuando digo que para Alonso Quijano ser "Don Quijote", era una alternativa delirante que nombrando el ser, sostenía su existir.
Así es que la caída del
"Quijote" arrastra la existencia de Alonso Quijano el Bueno.
Y la razón de esto debemos buscarla, en el lugar que en la estructura ocupa la
identidad del nombre y el ser. Ahí está la clave. Nombre y delirio eran un anudamiento
de la estructura, por tanto se trata del desanudamiento y sus consecuencias. Si para un
sujeto el no ser es vivido como la nadificación de una estructura que no se
sostiene de otra manera, y ya no hay ni siquiera alternativa para el "ser o no
ser", la muerte puede ser una consecuencia cuando cae la marca que sostiene al ser.
"En la novela de Cervantes,
a medida que el libro avanza le cuesta a don Quijote más dolor y más trabajo mantenerse
en su locura y ser consecuente con quién es. En la segunda parte, la de 1615,
vemos que el heroísmo se transforma cada vez más en un sacrificio y un martirio.
Al principio, Don Quijote actuaba a pesar de todos y de todo y al final tuvo que dar
un paso más y actuar también a pesar de si mismo."(íd).
Lo imposible para Don Quijote
es esta reversión que hace de la realidad, allí donde el límite siempre le viene de
afuera; cree en la cosas imposibles, pero la suya es otro tipo de imposibilidad, no la del
anudamiento de la estructura, no la de la falta o de las ausencias de que hablábamos,
sino la imposibilidad de alcanzar aquello que busca.
Lo imposible aparece como la ligazón entre él y el mundo, y
finalmente Don Quijote, quizá también Cervantes, se cansa de la repetición de lo mismo.
La locura de saber quién puede ser, esta mántica que dijimos estaba alienada a la
marca-ser, lo precipita en su imposibilidad, esa que no tiene que ver con lo paterno.
Ser o no ser, (como Don Quijote)
esa tampoco es la cuestión.
Pienso que si hay una ilusión es juego, es la que produce el ser, no la de imaginarse ser lo que no se es, como si lo que verdaderamente uno es, estuviera en otra parte; sino justamente la que produce la alienación a lo que como marca somos y como contrapartida el desconocimiento del des-ser que lo limita. Ya sea a través del fantasma psíquico o por fuera de él, uno es con relación a esta identificación a un rasgo, o a una imagen. Reafirmo la propuesta que escribamos la alternativa estructural como:
No-ser y ser.
Donde este no-ser ya no señala la alternativa negativizada a un ser marcado por un significante amo. Aquí se trata del no-ser en el sentido en que hay en nosotros una radical falta en ser, si lo queremos decir así, un des-ser, que ninguna marca cubre.
Un no ser que está desde el inicio, una radical carencia de inscripción que aparece en la estructura de los sujetos en forma heterogénea a las distintas inscripciones. Lo está a través del agujero esencial en su estructura, del objeto a, y lo está en el límite que al significante del Otro pone lo Real.
Hablamos al comienzo de Hölderlin y de la manera en que él planteaba sus dos ausencias y la falta de los Dioses, se los digo al finalizar esta reunión, Dios pertenece a lo Real de cada estructura, esto no es original, ya lo dijo Lacan, lo que yo les voy a decir es porqué en este tiempo escaso, no somos poetas; porqué no hemos avanzado sobre ello, al estar estirando la mano para que adivinen nuestro por-venir, justamente ahí donde nuestra mántica al revés se confirma y nos angustiamos.
Los analistas en este tiempo, somos quienes tenemos que seguir poniendo en lugar lo imposible, a través de la clínica y de la cultura.
Para ello es necesario una nova-acción de lo paterno, los espero el miércoles que viene para proseguir en su desarrollo.
Reunión del 14 de agosto de 1996, del seminario "Las nuevas perspectivas del psicoanálisis", realizado en la Escuela Freudiana de Montevideo.