La angustia de la despersonalización
Enrique Rattín(*)
¿ Usted es Borges, verdad?
-Momentáneamente
J.L. Borges
Las " presentaciones de enfermos " realizadas en los últimos
años en el Hospital Vilardebó me motivan a interrogar en este escrito, la experiencia
vivida por algunos sujetos que oscila entre la certeza paranoica de la personalidad o la
angustia de la despersonalización.
".....me parecía soñar y no ser la misma persona...la sensación de sueño me
resultaba la más angustiante, miles de veces tocaba las cosas que me rodeaban, hablaba en
voz alta para saber que estaba ahí y que era Yo, pero mi voz me era absolutamente
insoportable y tocar las cosas no me rectificaba mis impresiones... cada uno de mis
sentidos, cada parte de mí mismo esta separada de mí y no me causa ninguna sensación...
"
Que el cuerpo propio pueda en algunos casos presentarse como extranjero merece que nos
interroguemos sobre eso que escuchamos cuando nos dicen que tenemos un cuerpo. ¿ La
asunción de un cuerpo surge de una operación real, simbólica e imaginaria o de una
combinación de los diferentes ordenes entre ellos? Lacan se hizo esta pregunta desde El
estadio del espejo en 1936 hasta en sus últimas elaboraciones de su Seminario,
particularmente en Le Sinthome en 1976. Su posición acerca de ese punto ha sufrido
modificaciones correspondientes a las diferentes etapas de su enseñanza. Es claro que
ellas surgen de un desarollo lógico propio a la práctica, teniendo en cuenta los avances
de las ciencias conexas asociados a su vez a los diversos avatares del lazo social y
político. Bien debemos saber que la elaboración del estadio del espejo no puede estar
disociada de la teoría freudiana de la imago, ni de la teoría de Wallon, ni de los
conceptos de la etología, ni de la exaltación del cuerpo en la política ideológica del
fascismo. Esas diferentes lecturas acerca de la asunción del cuerpo propio no son
exclusivas entre ellas. Esto nos permite valorar y señalar la despersonalización en sus
diferentes aspectos:
-la variedad de sus manifestaciones clínicas
-su estatuto de encrucijada estructural
-la significación posible en la cura psicoanalítica
Cuerpo, transitivismo y despersonalización
En 1946 en "Acerca de la causalidad psíquica", Lacan,
retomando una vez más las consecuencias del estadio del espejo, escribe que"el
sujeto se identifica en su sentimiento de sí a la imagen del otro y que la imagen
del otro viene a cautivar ese sentimiento". El sentimiento de tener un cuerpo surge
en la dimensión del transitivismo. El júbilo es testimonio de la investidura libidinal
de la forma del cuerpo. Aquí no se trata del reconocimiento por parte del sujeto de su
propia imagen sobre el modo cognitivo, como se produce en la despersonalización. El
sujeto sufre una sugestión emocional y motriz, dice Lacan en su obra Los complejos
familiares, alienándolo a esa imagen que constituye la identificación primera del
yo. Así contrariamente al reconocimiento, en la proyección al exterior la
identificación sitúa de entrada al yo en el exterior. Es solamente en el otro polo del
estadio del espejo, en la tensión agresiva que introdujo la dimensión de exclusión
recíproca de un " o tú o yo ", que la intrusión de la imagen del doble
encuentra su límite.
La fase del espejo termina con el drama de celos por el cuál se constituye un objeto
tercero dónde se realiza " la identificación resolutiva de una fase psíquica dicho
de otra manera, una metamorfosis de las relaciones del individuo a su semejante" (Acerca
de la causalidad psíquica). La matriz del sentimiento de sí surge del transitivismo
cuya marca siempre llevará. El sentimiento de tener un único cuerpo está ligado al
despertar de los celos. De la primera reacción agresiva del estadio del espejo depende el
tener un cuerpo y probarlo como propio. Encontramos así, en este período de la
elaboración de Lacan, que la ausencia de esta reacción agresiva es lo que determina
ciertos rasgos de la despersonalización como el no sentir el cuerpo o la indiferencia.
Pero lo determinante es, que por la ausencia de exclusión recíproca se puede asistir
pasivamente a la vida, como un "extraño", verla desde afuera.
La función de la imago permite realizar la identificación resolutiva en las diferentes
fases en la cuál ella se produjo. Desde la identificación primordial del yo, a partir de
la imagen especular, hasta el ideal del yo que permite el acceso a una vía sexual y
social, a partir de la identificación a la imago sublimada del padre del mismo sexo a la
salida del Edipo. Hay un cambio en el tiempo y el espacio en la estructura de la
"realidad". Un pasaje del tiempo cerrado y el espacio inextenso de la imago a
sentimientos de una "realidad" familiar que da permanencia a espacio y tiempo
debido a la percepción y al recuerdo.
En las crisis de despersonalización, el sujeto se encuentra entre estas dos
"realidades". No se encuentra en la realidad que estructura la imago, que es
dónde encontramos los fenómenos elementales de las psicosis: Ilusiones de la memoria,
falsos reconocimientos, deja-vu, los cuales no pueden ser precisados ni en el tiempo ni en
el espacio. Y tampoco se encuentra en la llamada "realidad objetiva". En lo
atinente al espacio, es como si entre el despersonalizado y las cosas hubiera una barrera.
Respecto al tiempo aparece una pérdida de la calidad afectiva de los recuerdos con
dificultad para evocarlos voluntariamente, a pesar de que pueden aparecer
espontáneamente.
Cuerpo, representación fálica y despersonalización
A partir de 1953 Lacan, al poner el acento sobre la función del
significante, sitúa al ideal del yo en el registro de lo simbólico y no en el de la
imago. Lo simbólico determina lo imaginario, el ideal del yo determina el yo ideal.
Aparece lo que llamaría una estabilización de la oscilación permanente entre yo y yo
ideal que se excluyen recíprocamente. Cuando el asentimiento del Otro del significante
llega, el ideal del yo se constituye, en tanto hay identificación al einziger-zug de la
segunda identificación freudiana. Ese lugar Otro desde donde el sujeto se ve deseable o
no, yo ideal que le permite al sujeto mantenerse en una cierta permanencia. Una imagen
ideal que debe revestirse del valor fálico metaforizado por el Nombre del Padre.
La representación fálica del cuerpo en el Otro, permite el sentimiento de tener un
cuerpo, al precio de una pérdida que llamamos -
El sujeto que sufre alguna pérdida: que podría ser laboral (empleo), de algún objeto representativo (robo de su documento de identidad), etc. Aquí vive la experiencia fugaz del develamiento de la verdadera función de la representación fálica que enmascara su des-ser, la falta de significante en el Otro . Lacan en su clase del 19 de abril de 1961, dice " Ser sujeto es tener su lugar en A, lugar de la palabra y hacer percibir esa función de la barra, accidente siempre posible donde se produce esa falta de palabra del Otro en el momento preciso en el que el sujeto se manifiesta como la función de -j , con relación al objeto: el sujeto se desvanece, no se reconoce como tal.
El sujeto que ante situaciones límites sociales o sexuales, transgrede el límite puesto por la función paterna. Compromete en un montaje singular la representación fálica y aparece el develamiento de una posición femenina, en la medida que no es todo-fálico. "......los síntomas parapsicóticos, los síntomas por ejemplo de despersonalización, de confusión yoica, de extrañamiento, de crepúsculo del mundo; sentimientos concernientes al color, quizás hasta la estructura del Yo, a pesar de todo esto no podemos impedirnos señalar que los casos de transición entre la obsesión y la psicosis siempre han existido, pero han sido siempre muy raros". Lacan, 14 de mayo de 1958.
El sujeto sufre la despersonalización de la psicosis: ausencia de respuesta del significante Nombre del Padre, forclusión."Digamos que fenomenológicamente la despersonalización comienza con el no reconocimiento en la imagen especular.....es por no reencontrarse en el espejo que el sujeto comienza a ser aprehendido por la vacilación despersonalizante"Lacan, 23 de enero de 1963.
Lacan nos permite decir que el sentimiento de tener un cuerpo no es sólo al precio de la pérdida del -j , sino también de la pérdida del objeto primero. Esto sabemos permite la articulación de los significantes con la pulsión, que conocemos como la escritura del fantasma S à a. La articulación del cuerpo pulsional con las palabras, como un anudamiento necesario, producto de la dimensión fálica de la representación. Entonces en la clínica que conocemos como "clínica de la locura", la despersonalización, sería un defecto momentáneo de la articulación de lenguaje y cuerpo. Ahí lo simbólico no interpela directamente al cuerpo y el sujeto queda preso de enunciados o actos producto de significantes amo que no surgen del deseo.
"Cuando hablo no reconozco esa voz" Lacan el 15
de abril de 1959 dice": Ocurre que algo vacila en el fantasma; hace aparecer
allí sus componentes, los hace aparecer y recibir, en algo que se manifiesta en esos
síntomas que llamamos una experiencia de despersonalización y que es eso por lo cual los
límites imaginarios, entre el sujeto y el objeto pueden cambiar, en el sentido propio del
término, el orden de lo que se llama lo fantástico".
Cuerpo, nudo borromeo y despersonalización
El 6 de junio de 1956 Lacan dijo que "el sujeto no se
despersonaliza en el discurso de cualquier manera". Es claro que nos parece indicar
que deberíamos ubicar la despersonalización a nivel del decir.
Casi 20 años después, en su seminario Le Sinthome, dijo que las pulsiones , es el
eco en el cuerpo del hecho que hay un decir que para que resuene, consuene, es preciso que
el cuerpo sea allí sensible y es un hecho que lo es. Esto es porque el cuerpo tiene
algunos orificios, el más importante es la oreja, porque no puede cerrarse ya que es a
causa de eso que responde en el cuerpo a lo que Lacan ha llamado la voz. A partir de la
conceptualización del nudo borromeo, lo Real es eso tercero que ex siste fuera del
cuerpo y del lenguaje, permitiendo anudarlos a Imaginario y Simbólico respectivamente.
"Que lo Real en relación a esos polos que constituyen el cuerpo y por otra parte el
lenguaje; que lo Real es ahí lo que hace acuerdo". Palabras y cuerpo por referencia
al Nombre del Padre y por otro lado por referencia al anudamiento del Real borromeo. La
despersonalización a partir del Nombre del Padre lo expuse más arriba. Ahora bien,
¿Cómo pensar la despersonalización a partir del nudo borromeo?. Lacan dijo en Le
Sinthome, que la inquietante extrañeza (unheimlich) resulta de lo Imaginario, se
junta a lo Imaginario del cuerpo algo como una inhibición específica.
En la despersonalización, el sujeto tiene el sentimiento de estar separado de la realidad
por un elemento metaforizado (muro, barrera, etc.). El agujero que se produce en lo Real
por lo Simbólico es lo que produce que lo Simbólico se desdoble en símbolo y síntoma.
Lo angustiante de la despersonalización, sería un desdoblamiento de la consistencia de
lo imaginario. Se trataría de la presentificación de la consistencia de lo Imaginario,
al estar el sujeto separado de su cuerpo. Esto último es algo a investigar a partir de
nuestra clínica.
Montevideo, octubre de 2000.