O P U S
Martín Wolf-Felder.

Como pensamos que el encuentro de hoy pudiera tener lugar en el sitio más característico de la Universidad para eventos en defensa del derecho constitucional a su autonomía, comenzaré por nombrar dicho lugar, erigirlo en contexto del texto y así evitar descuidar aquí, los sentidos que se asignan, suprimen o desplazan en la obvia síntesis del hablar. P a r a n i n f o: del latín paranimphus y éste del griego "al lado de" y "novia", significa:
a.Padrino de las bodas.
b.El que anuncia una felicidad.
c.En las universidades, el que anunciaba la entrada del curso.....con una oración retórica.
d.Salón de actos en algunas universidades.

Es que el hablar común es síntesis que el alma pronuncia por el propio convivir humano y se trata justo aquí, Universidad de la República, de derechos humanos en otro hablar: el del método investigativo del análisis sin síntesis. Referentes hay de sentido móvil cambiante tanto en el espacio como en el tiempo. Y es sobre ese fondo de heraclitiano fluir que hoy atendemos, sin embargo, por ahora, todavía, lo que permanece, como el DRAE que, para el citado contexto, denomina Ninfa a los llamados labios menores de la vulva, región ésta, anatómica, conocida mas por otro nombre y cuya diferencia con la boca -agrego- consiste en que sus sonidos no son aquellos que se pronuncian y articulan en vocablos. En ninfas, por su parte, remite a quienes como diosas eran hijas de Urano o hijas de Zeus y de las cuales por ejemplo una, Eco, se enamorara de Narciso. También definía hasta ahora: la ninfomanía como furor uterino y el término ninfo como narciso.
El contexto pues, permite jugar con la palabra, para sintonizar con lo quizás más sustancial del aporte de Freud a la civilización cristiana occidental, cuna en la Bologna de 1119 de la Universitas y el paranimphus, pues él mismo fue por sobre todo: un paranimphus... y no sólo desde su propio nombre que habla de la alegría (Schiller, 9ª sinfonía) de la felicidad, sino además, paranimphus, por haber anunciado en la Universidad de Viena, la inédita histórica entrada del curso del psicoanálisis,.censurada luego por la propia institución. Paranimphus frustro, como funcionario docente de la máxima casa de estudios del Imperio Austro-Húngaro en dicha disciplina, Freud, hoy, aquí, sin embargo, es también reivindicado en aquél ámbito - nominado con ese otro uso del mismo significante para una acepción arquitectónica de idéntica referencia. A ese humano producto de la cultura europea y las sagradas escrituras que lleva en su difundido nombre casi el paradigma de las sagas germánicas, lo recordamos en el día de su nacimiento con justicia aquí, porque es uno de los dos legítimos padrinos de estas bodas indo-latino-afro-americanas, entre la Universidad de la República y el psicoanálisis. Bodas que ha forjado el otro necesario paranimphus del demos, al plasmar la idea institucional no teológica original de Freud: Área no única, en Facultad, no única, es decir: Universidad. Por lo precedente viene entonces al caso pretender señalar, una vez mas, que fueron ninfas para ellas mismas quienes forjaron a Sigmund Freud en la función de atención-sin-sentido-a-asignar, desde el encuentro de sus discursos como ninfas con el del médico que él aún era. Pues es precisamente por eso de ellas con él que nace en nuestra cultura de católico malestar, el psicoanálisis. Ninfas para sí como era el caso de Emmy von N. que en su discurrimiento le expresara a Freud lo que éste así narra: "/.../Y hete aquí que me dice, con expresión de descontento, que no debo estarle preguntando siempre de dónde viene esto y estotro, sino dejarla contar lo que tiene para decirme. Yo convengo en ello y prosigue sin preámbulos/.../".Tesis-Antitesis-Síntesis, diría Hegel.
Revolución discursiva, Lacan. ¡Derecho viejo! decimos. ¡Una ninfa, derecha, aboga por lo suyo! Ya no se "contenta" con ser literalmente objeto de la preguntona encuesta anamnésica que le hace el ninfo para obtener una síntesis no hegeliana signo-síndrome-semiológico-clínico-médica, asible por supuestos efectos "significantes" de supuestos correspondientes significados causantes. ¡¿Qué quiere la ninfa?! Pues: ¡que no la pare el ninfo! Se trata del propio debut o descubrimiento del malentendido. ¡Cuidado! ¡Atención! Aquí, ¡no flotante, por favor! Dije: que no la pare el ninfo; no, otra cosa. La ninfa, para emitir quizás significantes inasibles como signos por su muy pasajera síntesis con significados fugaces, lo que quiere es "proseguir" con sus no menores ni bajos labios. Quiere no una composición de síntesis diagnóstica del ninfo sobre ella, sino una atención de aquél a todos los compuestos o no compuestos enunciados de ella hacia él, es decir, una atención sin precipitar ni formular "preguntas" dirigidas a hacer síntesis entre causa y efecto.
Nunca será suficiente recordar que fue por contraposición a ese término síntesis que Freud creó el vocablo psicoanálisis con dos morfemas, a partir del antecesor homónimo químico de uno de ellos, quizás por cultura epocal influída por Las afinidades electivas de Goethe.
Ya en 1891 en su ensayo sobre las afasias, contemporáneo en elaboración de su tratamiento clínico a Emmy von N., habla del "aparato de la palabra" predecesor de su "aparato psíquico" y de lo que después articulará F.de Saussure entre el significante y el significado.
Su clínica que fuera de la palabra por la anamnesis semiológica, deviene pues otra, pero, de caulquier manera, continúa siendo de la palabra. Es mas, para que no quepa dudas del orígen de su sentido llega a definir el psicoanálisis como una química de las sílabas. El cambio, por lo tanto, es sólo y nada menos que de la síntesis por el análisis. No hay garantía de legitimidad de procedencia en una síntesis que puede partir de lo que dice el paciente y llegar a ser desde un mero error de interpretación hasta el mayor horror que puede conllevar una teoría o concepción del mundo no fluída, centralizadora, globalizadora, es decir, no análisis sino síntesis con sentido fijo o fijo sinsentido ideal, aún sin escucha.
Entonces: ¿trabajar sin asignar sentido al significante del otro, hace a una vida sin sentido?
Es que el derecho humano de cada quien a que se le respete y se le soporte en su diferencia, pasa por el lenguaje que puede manifestarla o vulnerarla por transferencia e identificación.
Me ubico así en el deslizamiento permanente del vivir que se expresa en los cambios de asignación de sentido a la misma cosa, metaforizados en las permanentes danzas de mudanzas con carteles que se modifican porque la habitación recibe un nuevo habitante, ser parlante, oficio, uso, muletilla o no sé qué y todo, en el ámbito de un hablar vivo que a su vez cambia siempre o no por el decir de los humanos, de los cuales, el más narciso y/o poderoso por sus modismos y promoción de identificaciones o reacciones oposicionistas quizás sea el o la que más incida. Pero ¡allá ese ninfo para sí con ello!, es decir, con querer que el mundo sea como él anhela que sea y que los demás humanos tengan el destino igual igual al que él quiera en relación a cómo debe ser una investigación, una práctica, un bien, un mal, en fin, un psicoanálisis, una vida o una vacuna que no es la propia pero que debiera hacer síntesis con su necesidad o para decirlo en forma más explícita: con aquello de lo cual él careciera y por ello necesitara, y que en 1888, año de la solicitud de Emmy a Freud, Don Vicente Salvá, sobre la base de su maestro Don Manuel Valbuena en traductorado Latín-Español, conceptualizara como Opus; así, sólo, sólo Opus solo, sin Dei.
Marx: Frente a síntesis del Opus, supo  Emmy pariendo a Freud, otra síntesis; análisis-psico.

Punta del Este, 6 de mayo de 2002.