El Esquizo y la representación
Jacqueline Bochar.

Para que nazca el relato que no morirá nunca, hay que estar a la escucha, pero permanecer al pie del mástil, atado de pies y manos, vencer todo deseo mediante una astucia que se violenta a sí misma, sufrir todo sufrimiento permanente en un umbral del atrayente abismo, y volverse a encontrar finalmente mas allá del canto, como si se hubiera atravesado vivo, la muerte, pero para restituirla en un segundo lenguaje.

                                                                                        Michel Foucault

Introducción.

Este trabajo pretenderá dar cuenta de algunos años de experiencia clínica desde una praxis personal, individual y grupal compartida con los múltiples pacientes que han cedido a mi confianza, con los colegas, supervisores y con los distintos terapeutas que me han sabido escuchar.
Agradezco en primer término a quienes fueron pacientes conmigo. Eso ha sido tal vez lo que más me ha permitido pensar mi práctica.
¿Por qué ahora este trabajo?
Tal vez como una necesidad de gratitud y de despedida. Es básico aclararles a uds. que me encuentro en un momento personal próximo a la migración. Esto obliga en algún sentido a hacer evaluaciones personales y también devoluciones a la comunidad académica en la que siento me he formado, conformado algunas veces y deformado otras. Es un tiempo personal de amores y odios intensos, que gracias a los instrumentos que hoy mi análisis personal y mis interlocutores permiten me habilita a este diálogo.
¿Por qué aquí este trabajo?
No lo tengo del todo claro, pero es cierto que este espacio es vivido por mí como fronterizo. Personalmente en el ámbito profesional me he identificado mucho con ese límite. Bordeando las técnicas, cuestionando los métodos, agudizando la crítica y el ingenio; hasta ahora pude transitarlo con confianza. Eso es otra de las cosas que debo agradecer a este medio académico.
Intentaré nuevamente cruzar la frontera, con confianza, no sin temores.
Algunas líneas para ir pensando.
Hace un tiempo he confirmado clínicamente que de lo que se trata justamente no es de comprender ni de entender. Más bien que cuanto menos comprendo más analizo.
Algo acontece del orden de la toma de conciencia en el sujeto cuando yo no lo comprendo. Se produce un movimiento, un desanclaje, una inquietud, un cambio de posición.
Si el sujeto puede escuchar mi incomprensión, en ese punto acontece algo en la comunicación y en la representación ¿Algo se representa?
Debo precisar que mis investigaciones no pretenden dar respuestas, mi método es el método clínico. A través de este he constatado que cuanto más intentamos comprender la locura más se aleja el loco de nosotros y de sí mismo. Necesitamos algo más para abordarla. Sumergirme en ella ha sido la pasión que me ha llevado a la psicología, al psicoanálisis, a la psicopatología, a la filosofía, la sociología, el arte... al hospital, al esquizoanálisis y por supuesto siempre hacia mí misma.
El único momento en el que siento que me meto con el análisis de la locura es cuando no entiendo nada de nada. ¿Qué es lo que padezco? ¿Incomprensionis absolutis? ¿Esquizopensantis parafrenitis? ¿Rechazanalisis metoditis?
Atención, esto no es un mero juego de palabras, pretende transmitir algo de mi experiencia. Suena un poco a chiste, ya lo sé, pero esto es realmente algo bien serio. Aunque un poco de humor siempre ayuda.
Hace muy poco tiempo leyendo a E. Morin y más tarde una carta de G. Baremblit donde a la vez contestaba a J. C. Volnovich, resignifiqué aquello de que -lo que cambia ya no es lo que era antes-. Parece obvio. Pero cuando hablamos del método y la técnica es algo bien ontológico. Se habla de los cambios en la técnica psicoanalítica, de las distintas teorías del psicoanálisis, pero resulta muy difícil para un psicoanalista reconocerse a sí mismo como tal. Pareciera por momentos que esto se reduce al ámbito de lo Institucional y es entonces allí dentro donde los candidatos sufren el maltrato y las penas por no hacer lo que se considera psicoanálisis. Unos optan por aguantar esa parafernalia. Algunos abandonan en el intento. Otros decidimos directamente no entrar en esa máquina. Ese ha sido mi camino. Opté por formarme independiente recorriendo diferentes grupos, diferentes psicoterapeutas, analistas, escuelas teóricas distintas, el Psicodrama, el Psicoanálisis, la Clínica Universitaria, el Hospital.
Cuando es así, otra es la tarea que se nos impone: estudiar y hacer, pensar y reflexionar sobre lo que se hace. Muchas veces en total soledad. Encontrar interlocutores en algunos momentos y escribir para salvarse en otros.
Así es que cuando a uno le preguntan y vos ¿qué haces? ¿Cómo te declarás?
O aunque a uno no se lo pregunten, cuando tiene que firmar un escrito, o va a ser presentado en una conferencia. Cómo presentarse, cómo autoreconocerse cuando siente que ya no es aquello que era hasta hace tal vez algunas horas, cuando siente fuertemente en lo interior ese precepto del que hablaba Baremblit a Volnovich - cuando algo cambia ya no es lo que era-
Ese movimiento es el que me relanza al ruedo de estos cuestionamientos.
Las escuelas psicoanalíticas hacen diferentes cosas con el método y no dejan de ser tales porque siguen trabajando con la asociación libre y la transferencia. Ya se complica un poco más cuando subvierten el órden político institucional. O critican el órden del poder establecido en ellas.
Cuando alguien decide que la política ya no simplemente atraviesa sino es constitutiva de su práctica analítica, cuando se da cuenta que el Inconsciente se moldea también y siempre desde la política imperante y dominante fuera y dentro del consultorio, entonces ahí ¿deja de ser psicoanalista?
Recuerdo que José Bleger en algún momento dijo: "la política no se hace dentro de los consultorios, es para otros espacios". Esto lo dijo en el momento en que resolvió indignado no abandonar la Asociación Psicoanalítica Argentina, en el momento que se fundó el Grupo Plataforma.
En cierto aspecto comparto esta idea. Pero ¿qué quiere decir hacer política?
Creo que si hablamos de militar, ideologizar, candidatear, promover el voto, trabajar en la elaboración de las leyes, promover movilizaciones, etc., de acuerdo, eso lo hacemos en otros lugares. Pero cuando hablamos de la política moldeando lo inconsciente de cada uno de nosotros entramos en una concepción epistemológica del Inconsciente y del Hombre diferente a la psicoanalítica, por lo menos diferente a la investigada por Freud y por Lacan.

Haciendo historia.

José Perrés, un psicoanalista uruguayo que residió en México muchos años, en su tesis doctoral- La institucionalización del psicoanálisis- trata de mostrarnos cómo Freud desconoce y no toma para nada en cuenta la dimensión política, las relaciones de poder y la influencia del sistema económico en las relaciones interpersonales y en la construcción subjetiva. Su preocupación permanente por vigilar que los discípulos no se le descarrilaran, que las Tablas de la Ley no se le hicieran trizas, queda plasmada en su análisis del Moisés de Miguel Angel. Freud interpreta que este esculpe a Moisés en un momento de contención de su ira por salvar las tablas y no como lo dice la Biblia un momento antes de que explote su ira.
Inmediatamente después de este escrito Freud escribe –Contribución a la historia del movimiento Psicoanalítico- La causa debía de ser defendida con todos los instrumentos disponibles. Pero ¿por qué un Freud que siempre se presentaba tan abierto a lo nuevo, lo desconocido, tan fuerte como para poder investir contra el poder médico hegemónico no actuaba de la misma forma frente a los posibles diferentes puntos de vista teóricos de algunos de sus más brillantes discípulos?
Jung dice en sus Memorias: Freud colocaba la autoridad por encima de la verdad. (1)
El propio Freud en carta a Abraham dice que la política echa a perder el carácter.(2) Sin embargo en el manejo institucional vemos a un Freud mucho más político que investigador. El cuidado permanente de lo institucionalizado, defendiendo el control del pensamiento como instrumento para cuidar el buen funcionamiento institucional. El poder desplegado en defensa de la causa. Se pierde en esos momentos lo mejor del Freud investigador por el miedo al abuso de su creación. Por otra parte un Freud totalmente claro en su ética psicoanalítica. Por encima de todo el paciente, alertando del abuso de poder, del abuso moralizante, contra los métodos sugestivos, del abuso contra el deseo de cura de sus pacientes. En defensa de la ética, no involucrarse con el paciente, no incidir en sus decisiones, alertarnos de la contratransferencia.
Las cartas de Sabina Spielrein con relación a su análisis con Jung lo ponen nervioso. ¿Por qué decide no intervenir recibiendo a esa paciente de Jung que dice en una carta tener cosas muy importantes para contarle? ¿Cuál era la verdad de Sabina que tal vez Jung no podía escuchar? ¿Podríamos considerar licita una intervención de ese tipo o el análisis sólo es de dos?
Hace un tiempo Michel Sauval, discutiendo un trabajo mío publicado en su revista (3) dijo que yo iba en contra de lo que Freud proponía respecto del análisis en este punto. Para Freud el análisis solo podía ser de dos me decía Michel.
Sin embargo, y esto lo digo yo, funda la IPA, y allí van a estar los didactas, los supervisores, y hasta el tribunal decidiendo cuando un candidato será analista. Sinceramente no interpreto de la lectura de Freud que este creyera que el análisis solo es de dos. El mismo Freud sin ser analizado tuvo interlocutores permanentes, lo que él llamo su análisis personal, aquello que otros llamaron su autoanálisis.
Lo básico aquí seria cómo y cuándo es necesario la presencia de ese tercero. Esto es estratégicamente difícil de decidir múltiples veces.
Cierto es que al número tres bastante miedo le tenemos. El juego entre tres puede ser un juego mortífero, pero a la vez muy creativo. De todas formas nunca están dos ni tres, hay tantas personas en la escena como habitantes de cada una de las historias en juego se representen. Por eso al tres nunca le tuve temor, sino más bien respeto.
Pero la sombra del Edipo parece poder más que el pensamiento algunas veces. No es mi intención hablarles de lo que pienso de Edipo porque desde mis más tempranos trabajos cuestiono el Edipo femenino de la versión freudiana y lacaniana. Eso me costó ser catalogada de feminista entre otras cosas. Palabra que dentro del psicoanálisis no es nada bien interpretada, más bien que atemoriza. Las mujeres que cuestionamos y profundizamos en el tema de género fuimos vistas como herejes dentro del psicoanálisis, porque ese cuestionamiento mueve el cimiento falocéntrico edificador de las estructuras psicopatológicas psicoanalíticas. Para mí, Edipo nunca fue el rey, nunca mató al padre porque fue accidentalmente y sin saber que lo era que lo hizo, nunca se acostó con su madre porque no sabía que lo era. Un accidente de este tipo es lo que llamo una catástrofe identitaria, que puede y de hecho se produce en más de un sujeto que no sabe o al que se le niega saber sobre sus orígenes. Por desapariciones, por agujeros en su historia famliar, por falta de tradición oral, por ocultamientos. Esto produce accidentes y repeticiones. Saber sobre ello también produce representaciones.
Creo que tenemos suficiente en nuestra clínica de hoy como para poder afirmar que ni el oráculo ni la anatomía es destino, si asi lo fuera dé qué serviría entonces nuestro trabajo; si asi lo fuera seríamos una manga de comerciantes charlatanes. Sí creo en la clínica y en las investigaciones que de ella dimanan. Si creo en la producción permanente del inconsciente y por lo tanto en el movimiento de este que ello trasluce. Un inconsciente dinámico y cambiante.
En este movimiento el tema de la pulsión y la representación ha sido un tema que me ha interesado profundizar a los efectos de encontrar una mayor potencia creadora del inconsciente.
Iniciando ese camino me fui encontrando cada vez más con Narciso.
El camino de Narciso y su reflejo hipnotizador me ha servido para acercarme más al entendimiento del Inconsciente y su producción.
Desde que Freud nos plantea su primera hipótesis del aparato psíquico su noción de Inconsciente está basada sobre todo en el narcisismo del sujeto.
Las identificaciones primarias también. La posibilidad de representación tendrá que ver con la posibilidad del pasaje por la castración o ¿será que la simbolización de ese semejante agujero sólo se produce si antes hubo una devolución de una imagen especular adecuada?
¿Qué tiene que ver con esto los deseos de matar al padre?
Vayamos al significado filosófico de esta palabra, representación es aquel contenido concreto de un acto del pensamiento. Para Freud especialmente la reproducción de una percepción anterior. El uso que va a hacer Freud de ella es diferente y fundamental, separa un contenido del pensamiento al que llama representación, del afecto que este produce. Del destino de la representación y el afecto dependerá la forma de neurosis. Este concepto introducido de esta forma cambia a la vez el concepto de memoria de aquella época. Observemos que de alguna forma lo que esta detrás de esto es su concepción de la existencia del Icc.
Freud no desarrolla específicamente sus investigaciones sobre el afecto más allá de las patologías. Pero todo su método de trabajo con los pacientes consiste en hacer algo con ese afecto que tuvo algún maldito destino. Para ello atiende flotantemente, para acompañar las asociaciones en ese camino perdido hacia las representaciones reprimidas en el neurótico. En el psicótico no puede con ese método. Se pregunta muchas veces si eso es un problema transferencial y por eso el método no funciona con ellos. Se pregunta también por el mecanismo, casi desde el inicio de sus escritos visto como bien distinto de la represión, el repudio. Pero es a partir de su concepción del Narcisismo que va a hablar de diferencias sustanciales en el proceso de constitución de la patología. Observa y describe esas diferencias para recién poder decir en El yo y el ello que lo Icc no es sólo lo reprimido y que además existe otra instancia, el superyo que censura y esta constituido por aquellos ideales narcisistas. Este nuevo análisis metapsicologico del aparato dará lugar a la hipótesis posterior de la existencia de distintas formas de lo Icc. Considerando a partir de aquí a este como un proceso, su concepción se refuerza en el dinamismo. Esto también cambia la teoría de la angustia: primero esta la angustia, dice, y luego la represión.(4) Van a existir entonces tres formas de la angustia, una realista, otra neurótica y la de la conciencia moral. En esta última forma podemos vislumbrar que no la está considerando como una angustia neurótica. Podríamos pensar que esta seria la ligada al narcisismo. Freud la esta pensando como básicamente diferente a la neurótica.
Pero el interés de Freud es saber por qué se produce ese afecto, a qué le teme el niño, Siente angustia ante la exigencia de su libido, dice (5), y en su explicación argumenta por el temor a la castración. ¿Por qué Freud fuerza esta explicación cuando ya tenia bien claro de donde provenía ?
La angustia es ante la representación de la pulsión y con eso basta. Matar, desear a la mujer del prójimo, robar. ¿Por que sino los diez mandamientos se referirían a esos asuntos? Porque estos deseos son primordiales y para gobernar es necesario un orden social, que como ya sabemos se edifica sobre uno moral.
Con la mujer se le complica la explicación por la angustia y entonces recién ahí dice la angustia es ante la perdida del amor.(6) El miedo a perder el amor es un sentimiento básico del ser humano. En nombre de este miedo vivimos, amamos, morimos y también algunas veces nos volvemos locos.
El concepto de pulsión es fundante del aparato psíquico. Lo que fuerza al pensamiento es la capacidad del aparato de mentalizar la fuerza pulsional.
Cuando la pulsión no puede ser representada irrumpe el acto. Si somos capaces de representar la pulsión somos capaces de ser pensantes. Pero esto no ocurre siempre y del narcisismo básicamente depende que esto sea posible. Esa narcisisación que va a registrar no sólo la propia historia de amores y perdidas sino también la filogénesis de las prohibiciones que aquellos -quienes las transmiten- tienen internalizadas. Pero a la vez la pulsión funda el deseo y eso creo ha sido la mayor revolución Freudiana. El sujeto de la pulsión, la bestia, el puro placer, el afectado. A la vez que sujeto fundado en la intersubjetividad, con el afuera/otro, ser social, cultural ,moral. Sujeto del deseo, de relación, del movimiento. En ese movimiento acompañamos a los pacientes los analistas que no creemos que tengamos que ir en búsqueda del objeto perdido, o del afecto reprimido, o de la representación trucada.
Para ello debemos tener la capacidad de la transformación permanente, porque el deseo nunca es -El deseo- no existe un deseo puro único y absoluto, el deseo fluye, cambia, se disfraza, no esta alojado en una representación, o en un afecto, se mueve, se desliza y eso es lo maravilloso de esta concepción la posibilidad de la producción nueva del inconsciente a partir de la transformación permanente del deseo.

Para finalizar.

¿Qué refleja el espejo?
-Mostrame, mostrame el agujero- grita el tipo descontrolado del otro lado del tubo.
El tubo/cámara/receptáculo/comunicador/aposento milenario/el diván.
Una voz me dice que el tipo grita eso. Pero que le digo? De donde parte y de quien es lo que escucho?
Me quedo inmóvil. No digo nada. Él sigue bla,bla,bla...
Yo me pregunto como mostrarle esto que grita el espejo.
Está en lo vacuo. Se tiró al abismo y yo con él.
Navegamos entre pechos/tetas buenas y malas/ cacas/mierdas/miserias/pudredumbres/estertores/olores nauseabundos/tétricas siluetas/siniestros suburbios.
El tipo se metió por mi vagina hasta hacer explotar todas sus podredumbres.
_Hola, hola, estas ahí?
Lo que escucho no es la matraca de siempre. El murmullo se interrumpió.
-Hasta la próxima-
Otra vez ahí, ¿impertérrita, fascinada?
Esta vez se sienta en el diván, necesita ver mi cara y que lo vea. No sé lo que le muestro pero él me mira.
-vos no te asustas!!
-No, ¿y que te pasa con eso?
-Eso me horroriza, me da miedo< soy tan jodido yo. Las personas se asustan con lo que digo.

Nunca creí en la neutralidad del analista. Mucho menos me gusta eso de hacerse el muerto. Más me ha gustado aquello que decía el viejo de mostrar solo lo que nos es mostrado.
Cuántos/as pacientes víctimas del abuso de las interpretaciones infundadas, o más bien fundadas en las escolásticas del falso entendimiento.
Cuántos/as pacientes víctimas del abuso del poder del terapeuta, del que en nombre de la verdad osa contarle de su verdad.
Difícil posición la nuestra.
_Dejalo hablar, que hable, que hable...soporta, acompaña...esta...aguanta.
_Mostráselo con una escena, con un doble, eso el psicodrama te puede servir.
_No, no, sé lo mostras en una película, ahí va lo filmas y luego le mostras.
_No te preocupes mas, hay que internarlo y ya, dejalo en manos del psiquiatra
_Mejor lo grabas, si eso, eso es un buen testimonio y después se lo haces escuchar.

Un recuerdo> la pintura de El grito de Klimtt (7). La boca negra, la misma boca negra que le pinta Hendler a su abuela polaca en El abrazo partido.
El tipo dice una palabra en otro idioma. Lo interrumpo y le repito.

-¿Qué quiere decir eso?
_No sé, ¿yo dije eso?
_Si, dijo esa palabra.
_No sé, eso lo decía mi abuelo, yo soñé con esa palabra.
_¿Qué soñó?
_La palabra esa, en un sueño. Lo asocio con dinero, poder, pero también con un monstruo. Pero un monstruo bueno, como un ogro. Que el ogro quiere hablar pero de la boca le salen cosas.
_¿Que cosas le salen?
_Peces/liquido/comida. Un pez espada, una zanahoria, semen, una cabra, una teta, sangre, un bebé. Es la boca de mi madre. Ella es un pororó, no para de hablar... me atosiga...me atraganta. Todo el tiempo larga bilis por la boca.
¿Ese bebé soy yo?
...no un murmullo sino una palabra, y no una palabra cualquiera sino distinta, justa, a mi alcance.(8)

La palabra vacía, la cosa. Allí es donde él aparece, recién allí aparece el sujeto deseante, el monstruo, la bestia, ese flujo que también sos vos, allí es recién donde podemos decir que se produce el inconsciente.

 

BIBLIOGRAFIA

Bochar, Jacqueline 2000. On line La transmisión del psicoanálisis en una clínica universitaria barrial ¿una apuesta o un desafío? Acheronta`11.Julio 2001.
Deleuze, Gilles y Felix Guattari 1977. Política y psicoanálisis. México, Terranova.
Foucault, Michel 1966. Las palabras y las cosas. México, Siglo XXI.
_______ 1986. El pensamiento del afuera. España, Pre/Textos.
Freud, Sigmund 1894. "Las neuropsicosis de defensa". O.C. T. III, Buenos Aires, Amorrortu.
_______ 1895. Proyecto de psicología para neurólogos. O.C. T. I, Buenos Aires, Amorrortu.
_______ 1911. "Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico". O.C. T. XII, Buenos Aires, Amorrortu.
_______ 1914 "Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico". O.C. T. XIV, Buenos Aires, Amorrortu.
_______ 1914 Introducción al Narcisismo. O.C. T. XIV, Buenos Aires. Amorrortu.
_______ 1915 Pulsiones y destinos de pulsión. O.C. T. XIV, Buenos Aires, Amorrortu.
_______ 1920 Mas aláa del principio de placer. O.C. T.XVIII, Buenos Aires, Amorrortu
_______ 1923 El yo y el ello. O.C. T. XIX. Buenos Aires, Amorrortu.
_______ 1926 Inhibición, síntoma y angustia. O.C. XX, Buenos Aires, Amorrortu.
_______ 1932 Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis, Conferencia No. 32. "Angustia y vida pulsional". O.C. XXII, Buenos Aires, Amorrortu.
Gay, Peter 1988. Freud. Una vida de nuestro tiempo. Buenos Aires, Paidós,
Langer, Marie 1971 (Comp). Cuestionamos. Plataforma-Documento. Ruptura con la APA. Buenos. Aires, Búsqueda.
Lans, Alfonso 2003. El esquizoanálisis una clínica del movimiento. Montevideo, Multiplicidades.
Masson, Jeffrey Moussaieff 1991. Juicio a la psicoterapia. Santiago, Cuatro Vientos.
Morin, Edgar 1990. Introducción al pensamiento complejo. Barcelona, Gedisa.
Perrés, José 2000. La institucionalización del psicoanálisis. Freud y la institución psicoanalítica. T.II. México, Circulo Psicoanalítico Mexicano.

Notas:

1 Citado por José Perres, La institucionalización del psicoanálisis. T.II, p.90
2 Peter Gay, Freud. Una vida de nuestro tiempo, p. 255.
3 Jacqueline Bochar, La transmisión del psicoanálisis en una clínica universitaria barrial ¿una apuesta o un desafío? www. Acheronta N`11.
4 S. Freud 1926. Inhibición, síntoma y angustia, Cap.IV. pp. 108-109.
5 S. Freud 1932. Conferencia 32 "Angustia y vida pulsional". O.C. T. XII p. 80.
6 Ibid, p. 81.
7 En realidad esto es un lapsus. El cuadro es de Munch. Me doy cuenta que hice una condensación entre este y El Beso de Klimt , a la vez una construcción mía.
8 M.Blanchot (citado por M.Foucault en El pensamiento del afuera.p.26).
° Este trabajo fue presentado en el Primer Encuentro de Esquizoanálisis, realizado en Montevideo- Uruguay, en octubre de 2004.