Por los laberintos del placer.
Rasia Friedler
Resumen
En el presente trabajo se describen algunos aspectos del psicoanálisis de una pareja
conyugal que consulta por "pérdida del interés sexual". En el transcurso del
proceso analítico, la fundación de la pareja aparece como una marca indeleble que se
cuela a cada paso del discurso.
Los esposos atraviesan un lento y progresivo reconocimiento de la complejidad vincular
facilitándose el despliegue de la palabra corporal. Se va esbozando un cuerpo vincular
libidinal que dinamiza la lógica de la anatomía. La sensualidad se va entretejiendo en
una búsqueda lúdica y estética, en la que el placer asoma por añadidura.
Abstract
This paper describes several aspects in the psychoanalysis of a married couple whose
motivation for consultation was a "loss of sexual interest". Over the analytical
process, the foundation of the couple appears as an everlasting marking, which finds its
way once and again into the members discourse.
The couple achieves a slow and progressive acknowledgement of the complexitiy of their
link, which facilitates the utilization of a corporal language. We thus witness the
outline of a libidinal relational body, which grants dynamism to the anatomy s logic.
Sensuality is interwoven within a game-like and esthetic search where pleasure is taken as
a plus.
Compró a su esposa en una liquidación, colgada como estaba, junto con otras, en la gran
percha circular. Sus finanzas no le permitían adquirir nuevos lanzamientos, modelos
sofisticados. Por lo tanto se conformó con esa, fin de stock, pero a precio de ocasión.
Ya en su casa, sin embargo, lejos de la agitación del negocio -hombre eligiendo
Marina Colasanti
Los conflictos que llevan a una pareja a consultar conservan los rastros de las
determinaciones inconscientes de la elección mutua. Aquellos elementos que en cierto momento determinan la elección pueden suscitar posteriormente un intenso sufrimiento vincular.Describiré a continuación, algunos aspectos del análisis de una pareja en la
cual su fundación aparece como una marca indeleble que se cuela a cada paso del discurso.
Incluiré algunas intervenciones terapéuticas y líneas interpretativas que orientaron el
proceso.
No es sencillo transmitir aquello que sucede en un proceso analítico. Emprendemos una
compleja tarea evocativa que no hace justicia a la variedad e intensidad de los gestos.
Las imágenes visuales permanecen mudas. Cuestiones éticas nos impiden revelar datos
identificatorios. Se trata de narraciones fragmentarias o pálidas impresiones que
permiten complejizar lo anecdótico y ayudan a calar en la hondura del vínculo. En ellas
se amalgaman elementos que pueden resultar contradictorios.
Un sujeto delgado de mediana edad, de buena apariencia, a quien llamaremos Antonio, con
una mirada que parecía quebrada por la fatiga o la tristeza, tomó asiento frente a una
mujer, digámosle Pilar, de aspecto un tanto mayor que él, de rostro congestionado, de
rasgos regulares, que movía sus manos incesantemente.
El silencio se rompió por un: -Necesitamos ayuda. Perdimos el interés sexual-
Pasados los primeros encuentros sexuales los intentos en busca de nuevos placeres habían
resultado poco exitosos. Estaban casados hacía catorce años.
A partir de las primeras entrevistas se comenzó a remover un consenso tácito de
Pilar - Cuando lo conocí, tuve la sensación de entrar en una historia ya empezada.
Él acababa de salir de un noviazgo largo. Tuve que esperar años para enterarme que ella
(Marta) lo dejó, pero siempre sentí que seguía estando allí. Hasta hoy cuando se queda
en silencio me parece que piensa en ella.
Antonio la observaba en silencio y luego dijo: -Lo que pasó pasió.
Se los retomo: -¿Pasió?
Pilar- La pasión...
Me pregunté qué significaba pasión y Marta para esa pareja. ¿Se trataría del goce que
asomaba en lo entredicho? ¿Aspectos narcisistas del vínculo proyectados en un objeto
amoroso abandonante? ¿Algún personaje que perduraba y transmitía silenciosamente algo
del orden de lo transgeneracional? ¿De qué abandono(s) estarían hablando?
Ambos se mostraban suplicantes de una mirada que se sustraía. Parecían cuatro ojos
errantes en busca de una mirada perdida.
A partir de mi pregunta tomaron un hilo que fue abriendo significados de
"pasió".
Antonio recordó que su madrina solía entonar una música religiosa que leía en un
Pilar- Dejamos de tocar cuando falleció tu tío, después nunca más.
Esta declaración y las asociaciones siguientes me llevaron a barajar la hipótesis
Antonio- Es que vos no me inspirás. Vamos a suponer que ella me habló de un asunto y
yo no tengo nada que opinar porque pienso lo mismo. Ella me dice que no puede ser que
siempre esté pensando lo mismo. Pero a mí no se me ocurre nada más.
Pilar- Los únicos que pueden pensar siempre lo mismo son los muertos.
Terapeuta- Parecería que no queda muy claro entre ustedes si alguien debe inspirar para
que el otro respire o si cada uno debe inspirar para que puedan respirar y vivir.
Antonio- Yo siento que nuestra pareja necesita oxígeno.
Pilar- Sí, pero ¿por qué tengo que ser siempre yo la que lo de?
Terapeuta- Es como si entre ustedes Pilar hubiese quedado con la función de proveer
palabras-oxígeno y Antonio con la de portar en su silencio la presencia de aquellos que
ya no están. De este modo podrían hacer de cuenta que nunca se fueron.
Antonio - A mí nunca me afectó la muerte de él. Siempre me decían que me parecía a
él.
Terapeuta - Sin embargo después de su muerte dejaron de tocar...
Pilar- ¡Y también de tocarnos!
Algunas interpretaciones lograron contrarrestar el esfuerzo de cada polo del vínculo de
convertir al otro en un objeto intrasubjetivo. El objeto amoroso tenía en el vínculo una
valencia negativa y frustrante.
Proveniente de un hogar donde siempre escaseó la comunicación y la estabilidad
emocional, Antonio había optado por refugiarse, así como su padre y su tío, en un manto
de silencio y de añoranza de momentos fugados.
Antonio- No sé qué comentar. Nos pasa a menudo de no hablar. Capaz que falta tema...
Pilar- Antonio es una persona que no da espacio. Cuando habla es muy tajante. Si habla
tiene que ser lo que él dice. Cuando nos casamos no contaba que era casado.
Antonio- Me gustaba la soledad, hasta hoy.
Pilar- A mí eso siempre me molestó. A veces nos encontramos con gente que conoce a toda
la familia, hasta a su novia de antes, pero mi nombre no lo saben...
Terapeuta- Capaz que el tema que falta tiene que ver con un espacio para sentirse
Pilar- A él le va mal porque vive en el pasado, y yo me quedo sola con mi hijo en el
presente atajando el futuro que siempre se nos viene encima.
Antonio- La que vive en el pasado sos vos, que seguís hablando de Marta en vez de
preocuparte por lo que pasa entre nosotros.
Terapeuta- ¿Qué será lo que temen que se les venga encima si hablan de lo que pasa
entre ustedes?
Pilar- Una separación, por eso no hablamos y nos vamos encerrando cada vez más.
Terapeuta- Creen que para seguir unidos deben callar y sienten que el silencio los separa.
Gradualmente nos vamos internando en el terreno de las paradojas.
Como casi todo en sus vidas los sucesos fundantes parecían haber transcurrido rápida y
sorpresivamente. Su historia en común se había desarrollado bajo la mirada inquisitiva
de figuras autoritarias que presidieron casi todas sus grandes decisiones y ellos
aceptaron con una abrumadora docilidad.
Los episodios memorables de sus vidas personales se confundían de tal modo que por
momentos parecía inútil intentar diferenciarlos, esos recuerdos hacían parte del acervo
mnémico de la pareja (memoria vincular).
El fútbol había conformado en Antonio un espacio de evasión y de drenaje de deseos
sofocados. El ejercicio de la maternidad y otras tareas habían ocupado los días de
Pilar.
En cierto momento la memoria conjunta pegó un salto y se alejó de aquella visión
obstinada y deslucida de su vida amorosa actual para aterrizar en una noche fatídica de
la infancia de Antonio en que su padre abandonó el hogar, al que no regresó jamás. A
partir de allí se desplegó una sucesión de amores obsesivos dirigidos a objetos
amorosos inaccesibles o abandonantes en los que Antonio parecía recrear una y otra vez el
enigmático abandono paterno. En Pilar aparecieron algunas representaciones de escenas
infantiles donde las parejas de su entorno, incluida naturalmente la de sus padres,
lucían desavenidas, faltas de vitalidad y de alternativas.
La mirada analítica planeaba sobre el vínculo. Personajes transgeneracionales poblaban
la densa trama fantasmática que conformaban con obstinados retornos a algunas
circunstancias y sucesos particularmente dolorosos.
A medida que avanzaron los meses comenzaron a develarse secuencias que avisoraron una
alentadora posibilidad de cambio.
En este caso, la elección mutua había quedado signada por una vivencia de fragilidad que
los habría llevado a elegirse como un resguardo frente al temor de
Antonio- Yo no quería saber más nada de mujeres lindas.
Pilar- A mí me gustó que era diferente, no era salidor como mi padre y a él no le
importó que yo fuera de otra clase social.
Terapeuta- Parece que se eligieron por no tener cualidades que para ustedes representan
una amenaza de separación o de abandono.
Otra sesión, al principio silenciosa, cobró intensidad al ponerse en juego afectos aparentemente adormecidos de un doloroso pasado. Nos encontrábamos en el sexto mes de tratamiento.
Pilar- Creés que porque me tuviste muy fácil no valgo.
Antonio- Pero vos también podrías arreglarte un poco más...
Se rieron los dos intensamente, luego permanecieron algunos minutos en silencio.
Antonio- Quiero decirle algo que me acordé sobre mi tío. Un día me dijo que no se puede
convivir con alguien a quien se quiere demasiado.
En Antonio la elección de objeto amoroso habría reposado en la convicción de no poder
amar a una persona y a la vez ser amado por esta, como si el tiempo de amar y ser amado
jamás pudieran reunirse en una pareja. Era como si el acuerdo inconsciente fuera no amar
para ser amado, que se complementaba con la idea profundamente arraigada de Pilar acerca
de su incapacidad o incompetencia para suscitar amor. Una vez descifrado este acuerdo
mediante la labor interpretativa, se enriqueció el trabajo simbólico de la pareja.
Trajeron nuevas asociaciones y restos de su mundo onírico. Comenzaron a aparecer
redescubrimientos "accidentales" de la sensualidad.
La primacía del coito quedó en entredicho.
Algunas sesiones después Antonio comentó que casualmente ha descubierto un secreto
familiar: su tío se había suicidado. Su abuela lo atribuyó a un fracaso amoroso.
Lo reprimido habría estado entonces allí, como un operador negativo y actuante. Una
fragilidad se transmitía silenciosamente por vía de los hombres de la familia.
Antonio pasó a preguntarse si el abandono paterno también encubriría un suicidio.
Emprendió una búsqueda desesperada de sus orígenes para terminar descubriendo que su
padre se fue internando cada vez más en su adicción, se habría ido de su casa a pedido
de la esposa, "una mujer linda", de que no volviera a pisar la casa para no
dañar a los niños.
En ese momento se pusieron en juego mecanismos de defensa primarios con la pretensión de
proteger el vínculo, amenazado de desvínculo, con angustias de vacío.
Sentía que me iba internando por los laberintos de sus anhelos inconfesados, por momentos
difíciles de descifrar.
Referían experimentar una sensación de irrealidad, de anestesia vital, tal vez como
efecto de una maniobra defensiva de aislamiento que se había acentuado en los últimos
años, quedando ambos sumidos en hondas vivencias de desasimiento y soledad.
Parecían haber construido acuerdos y pactos que apenas les permitían resolver un
espectro cada vez más restringido de problemas que se les presentaban a diario.
Convicciones pesimistas acerca de la conyugalidad se habían ido consolidando
progresivamente sin posibilidades de resignificación. La limitación de la relación a
los aspectos más pragmáticos parecía un modo de preservarse, en la fantasía, de deseos
incestuosos.
Era como si hubiesen construido un falso vínculo amoroso, en el cual se cumplían
aquellos actos más visibles de la conyugalidad pero acompañados de sentimientos de
futilidad o de sinsentido, como un modo de defenderse de fantasías de fusión
devoradora. El debilitamiento de la atracción sexual estaba también al servicio de una
evitación de fantasías de intrusión.
Lemaire (l986) se ha referido a la vivencia de amenaza para el yo ante el riesgo de un
compromiso emocional intenso experimentada por algunos sujetos, que los lleva a elecciones
amorosas con un compromiso emocional mínimo, suficiente para ayudarles en su desempeño
social, pero no tan intensos como para provocarles un quebrantamiento psíquico. Se eligen
objetos poco satisfactorios, pero también, poco poderosos o amenazadores.
En el caso de la elección de un objeto degradado el fin sería ocultar la propia
vulnerabilidad.
Pilar encarnaba una identidad negativa, lo cual permitía a Antonio ejercer cierto control
sobre sus propios aspectos depresivos, como una vía de restauración
En su relación conmigo expresaban que les parecía increíble que su pobre y
polvorienta relación pudiera ser objeto de tanta atención y análisis. La consulta se produjo en un momento en que la intensificación de las aspectos sádico-masoquistas colocó en riesgo el acuerdo inconsciente de evitación de un compromiso emocional más profundo. También coincidió con el hecho de que Antonio alcanzó la edad que tenía su tío al morir, aflorando un duelo no resuelto.Pilar- Ahora me parece que siempre entramos en historias empezadas, no existe otra forma de amar. Pero cuando estamos en la historia aún podemos cambiarla.
Algunas veces es la intensidad del clima vincular lo que singulariza un análisis.
Pilar y Antonio pudieron reapropiarse gradualmente de la exploración de sus cuerpos
emprendiendo una búsqueda más activa del placer. Cada uno se fue posicionando
gradualmente como objeto de deseo del otro.
Después de un tiempo de finalizar este trayecto analítico compartido persiste aún algo
inefable que permanece mudo sobre estas páginas. Posiblemente tenga que ver con aquello
que le da un sentido a la vida amorosa y que es imposible aprehender desde el campo de la
razón. Porque en psicoanálisis, como escribió Daniel Mazzone, "la verdad no es un
sitio donde quedarse mucho tiempo".
Bibliografía
Arango, A. "Las malas palabras. Virtudes terapéuticas de la obscenidad". Ed.
Planeta. Bs. As. 1990.
Aulagnier, P. El aprendiz de historiador y el maestro brujo. Amorrortu Ed. Bs. As. 1992.
Friedler, R. "Algunas consideraciones sobre el lugar de Esposa". Rev.
Asociación de Psicología y Psicoterapia de grupo (AAPPG). T. XVII. Nº 2. 1994.
Le Du, Jean El cuerpo hablado. Psicoanálisis de la expresión corporal. Ed. Paidós. Bs.
As. 1992.
Lemaire, J. La pareja humana: su vida, su muerte y su estructura. .Fondo de Cultura
Económica. Méjico. l986. p.45.
Mazzone, D. "Desamores". Ed. Arca. Montevideo. 1993.
Puget, J. y Berenstein, I. Psicoanálisis de la pareja matrimonial. Ed. Paidós. Bs. As.
1988.
Puget, J. Las paradojas en la pareja matrimonial, en Rev. Arg. de Clínica Psicológica.
Vol. II. Nº 1. Abril 1993. Ed. Aigle. Bs. As.