Las mujeres en el movimiento psicoanalítico.
El caso de la Asociación Psicoanalítica vienesa 1902-1938.(*)
Elke Mühlleitner (Giessen, Berlín).

Nota introductoria de la traductora al trabajo de Elke Mühlleitner.
 Doris Hajer

Introducción

Viena fue después de Zurich el segundo grupo regional de la I.P.A. que aceptó afiliadas mujeres. De 1902 a 1938 fueron seleccionadas en total 43 analistas mujeres como miembros ordinarios y extraordinarios; en contrapartida a 107 analistas hombres. En la comparación internacional la Asociación Vienesa supera ampliamente con esta cifra a los restantes grupos psicoanalíticos.
El siguiente estudio pretende mostrar e investigar, desde una visión histórico-científica, la "visibilidad", el "retrato de una profesión", es decir presencia, creatividad e influencia de las mujeres dentro del movimiento psicoanalítico y la pregunta de por qué precisamente en Viena las mujeres componían una parte especialmente notoria del movimiento psicoanalítico.(1). En un estudio de caso sobre las "vienesas" en primer lugar hay que decir que el Psicoanálisis en Viena se desarrolló hasta el fin de la monarquía Habsburga, luego durante la "Viena roja" de la Primera República hasta 1934, bajo el Austrofascismo hasta 1938, y finalmente en el exilio bajo extremas diferencias socio-políticas (comp. Reichmayr 1994); las mujeres recorren asi situaciones y fases muy diversas del movimiento mundial psicoanalítico proveniente de Viena. Este contexto politico-geográfico ubica las condiciones que enmarcan la revisión de la disciplina y permite mas allá de ello, la comparación con la estructura de otras disciplinas y grupos profesionales.
El siguiente texto comienza con una breve introducción histórica luego se seleccionan cuatro años claves (1914, 1921, 1929, 1937) en los que se ha de visualizar el incremento de la participación de las mujeres. Para fundamentar estos datos puntuales se puede decir que la lista de miembros de 1914 provee la situación previa al comienzo de la primera guerra mundial y que la de 1921 ilustra la situación luego de la guerra y la caída de la monarquía. La lista de 1929 refleja los efectos de las relaciones socio-politicas modificadas como lo hace ante todo el Instituto de Enseñanza inaugurado en 1925; el año 1937 da cuenta de la constitución del grupo antes de la disolución de la Asociación Vienesa y la expulsión de sus miembros por parte de los nacionalsocialistas. Se presentan resultados de investigación empíricos de toda esta época, que se ocupan del telón de fondo familiar, geográfico, religioso y profesional de las mujeres. Con ello aclaro los caminos de formación cultural y psicoanalítica así como los modelos de formación profesional dentro del movimiento psicoanalítico, su influencia sobre teoría y práctica, relaciones de poder y jerarquía dentro de la profesión, los ámbitos de investigación e interés, así como la productividad científica de las analistas. Para cerrar me dedico a la emigración y exilio de las psicoanalistas.
La extensa literatura al tema "Mujer y psicoanálisis" se refirió hasta ahora - aparte de las investigaciones biográficas, en las que fueron investigadas las mujeres como pacientes y como importantes psicoanalistas - ante todo a interrogantes de contenido y controversia. El movimiento femenino de los sesenta y de los tempranos setenta puso en cuestión la base de la construcción de la feminidad en la teoría psicoanalítica; hoy las investigadoras utilizan mas bien el potencial psicoanalítico, metodológico, teórico, para formular una nueva Psicología de la Mujer incluyendo reconocimientos feministas y teórico-científicos. En mi estudio no me centro ni en interrogantes teóricos y controversias ni en "grandes mujeres"; se trata mucho más de deducir la cuestión sobre la base de una valoración cuantitativa de datos biográficos, de cuándo, bajo qué condiciones y en qué ámbitos aparecen las mujeres en lo científico y en lo histórico profesional (2).

 

Pacientas de Freud, las primeras psicoanalistas y la "cuestión de la mujer" en la Sociedad Psicológica de los Miercoles.

Se ha apuntado mucho al especial significado de las mujeres como pacientes en relación al desarrollo del psicoanálisis.(Freud y Breuer 1895, Masson 1984, Swales 1986, 1987, Decker 1990, Stroeken 1992, Appignanesi y Forrester 1993). Sigmund Freud mismo creó una importante precondición para que las mujeres pudieran devenir psicoanalistas, en tanto que -pese a su tradicional y conservadora imagen de la mujer- estimuló a algunas de sus pacientes como colaboradoras y les transmitió algunos de sus descubrimientos durante el transcurso de su trabajo terapéutico. Su por él creada relación terapéutica, divergente con la habitual relacion médico-paciente, fue para ello decisoria: "la libertad del reconocimiento de si mismo abrió la puerta a la libertad de autorealizacion" (Lorenzer 1984, 129). Las así creadas relaciones maestro alumno se iniciaron en un momento en el que las posibilidades laborales de las mujeres todavía estaban muy limitadas y ellas no tenían acceso, o tenían suma dificultad en el acceso a las universidades.
En una carta a Wilhelm Fliess del 12 de diciembre de 1897 Freud menciona la actividad terapéutica de Emma Eckstein (1865-1924). Huber señala este documento como el

"...primer punto histórico asible en el que se hace visible que Freud confía a otro su nuevo instrumento terapéutico, el método psicoanalítico. De la medida, la circunstancia y también el éxito de esta acción terapéutica por ahora no sabemos nada. -Hay que recordar que recién en 1900 se abrieron las puertas de la Facultad de Medicina para las mujeres en la Universidad de Viena en cuanto a Medicina.- Es llamativo que una mujer y aun más una paciente de Freud, sin siquiera una formación previa, o práctica análoga avanzó a colaboradora. Habla de la creatividad del clima espiritual en el que ocurría la terapia psicoanalítica de Emma Eckstein, desde allí, sin quiebres, se gestó el entorno de un nuevo oficio". (1986, 78).

En 1902 la Sociedad Psicológica de los Miercoles se componía de los médicos: Alfred Adler, Max Kahane, Sigmund Freud, Rudolf Reitler y Wilhelm Stekel; Emma Ekstein por lo tanto no formaba parte de los miembros fundadores. Cinco años después, en mayo de 1907 se llegó en la Sociedad de los Miércoles a una discusión acerca de las médicas mujeres. Fritz Wittels público su referéndum de Rechazo bajo el seudónimo de Avicenna en el periódico Die Fackel de Karl Kraus e influyó con sus conceptos prejuiciosos en la no admisión de mujeres. Cuando Paul Federn en abril de 1910 propuso a la médica Margarethe Hilferding (1871-1942) para su admisión en la Asociación Psicoanalítica Vienesa todavía chocó contra una resonancia negativa. El médico y psicoanalista vienés Isidor Sadger se expresó contrario a su admisión por "motivos de principios", la elección fue postergada sin embargo luego en votación secreta de la directiva, fue aprobada dos semanas después con 12 votos en 15 a favor. Hilferding ya estaba integrada a la lista de miembros de la Asociación Psicoanalítica Vienesa en octubre de 1909 probablemente inscripta en forma retroactiva (Nunberg y Federn 1977, II, 249).
Margarethe Hilferding había egresado en 1903 como una de las primeras estudiantes de Medicina después de un cambio desde la Facultad de Filosofía en la Universidad de Viena. Al mismo tiempo se comprometió con el Movimiento Social Demócrata, estaba casada con Rudolf Hilferding el teórico socialista y posterior Ministro de Finanzas de la República de Weimar. Margarethe Hilferding practicaba en el distrito comunal vienes n° 10, un distrito obrero, y sus intereses estaban dirigidos fundamentalmente a cuestiones educativas y de la mujer. En 1911 se declaró solidaria con los adeptos a Alfred Adler, se fue de la Asociación Psicoanalítica Vienesa y pasó a ser activa en la Asociación de Psicologia Individual. Sigmund Freud comentó su disidencia en una carta a Carl Gustav Jung con las siguientes palabras: "nuestra única hembra doctoral toma parte de la revuelta adleriana como una verdadera masoquista y no va a estar presente. Estamos realmente en una total decadencia" (Freud, 1974, 488).

Hilferding sin embargo no fue la primera mujer que participó en las sesiones de la Asociación Vienesa. El 15 de diciembre de 1909 Louise de Karpinska (1871-1936) estuvo junto a Ludwig Jekels, probablemente su analista, como huésped en Viena. Provenía al igual que Jekels de Polonia y devino luego profesora de psicología en la Universidad de Lodz. Karpinska participó en total, cuatro veces de las reuniones, sin embargo no fue miembro en Viena. Quedó sin esclarecer si ella solicitó una membrecía y sólo se puede hacer suposiciones acerca de si después hubiera podido hacer su carrera académica como analista. De las Actas de la Sociedad de los Miércoles y de la Asociación Psicoanalítica Vienesa se pone en evidencia la participación de mujeres como huéspedes de las noches de discusión (comp. Nunberg y Federn 1976-1981).

 

Evolución del números de miembros de la Asociación Psicoanalítica Vienesa (1902-1938) y la participación de mujeres en cuatro años (Tab. 1).

Tabla 1

Año

Total

Hombres

Mujeres

Porcentaje

1902

5

5

-

-

1906

17

17

-

-

1909

23

23

-

-

1910

43

42

1

2,3

1911

34

32

2

6,3

1914

34

31

3

8,8

1918

31

26

5

16,1

1921

37

32

5

13,5

1925

41

33

8

19,5

1926

50

37

13

26

1929

55

39

16

29,1

1931

58

39

19

32,8

1934

65

43

22

33,8

1937

68

37

31

45,6

Hasta el año 1925 cuando se constituyó la formación organizada en la Asociación Psicoanalítica Vienesa se votaron 14 mujeres como miembros regulares del grupo; de 1925 a 1937 fueron 29 más. A pesar del aumento de la participación de mujeres la relacion entre mujeres y hombres permaneció despareja hasta la lista de miembros publicada en el último Korrespondenzblatt de la Revista Internacional de Psicoanálisis (1937). Por esta razón en el próximo capítulo quisiera trabajar el incremento de las mujeres dentro de la Asociación Vienesa con una comparación de los años 1914, 1921, 1929 y 1937 y con ello elaborarlo en relación a las modificadas condiciones organizativas así como político-culturales. Cinco grupos regionales de la IPA (Berlín, Budapest, Londres, Nueva York, Zurich) sirven para la comparación.

 

La evolución entre 1914 y 1938.

1914

Hermine Hug-Hellmuth (1871-1924) fue de las tres psicoanalistas mujeres hasta 1918 la que ganó influencia en Viena (Graf-Nold 1988, Huber 1980). (3) Provenía de una familia católica-burguesa, su padre pertenecía a la Armada K. K. Hug-Hellmuth trabajaba como maestra, estudiaba en la Facultad de Filosofía de Viena y egresó en 1909 de la especialidad de Física. Como analizante y alumna de Isidor Sadger fue admitida en 1913, luego adquirió fama como pionera del Psicoanálisis de niños. Otras dos miembras de la A.P.V de 1914 fueron las médicas rusas Sabina Spielrein (1885-1941) y Tatiana Rosenthal (1885-1921). En 1911 ambas estuvieron por pocos meses en Viena y participaron en las sesiones.  Spielrein y Rosenthal habían completado su formación médica en Zurich, Sabina Spielrein fue analizante de C.G. Jung en Zurich (Carotenuto 1986, Kerr 1993). Ambas analistas en 1914 ya no vivían en Viena. Rosenthal habitaba nuevamente en su ciudad natal St. Petersburgo, Spielrein en Berlín, en 1923 se mudó a su ciudad originaria Rostow en el Don. Ambas mujeres son pioneras del Psicoanálisis ruso (Etkind 1996). En este punto debe ser mencionada también la escritora rusa Lou Andreas Salomé (1861-1937). Llego a Viena en 1912 para conocer el Psicoanálisis con Sigmund Freud. Participó en las sesiones de la Sociedad Vienesa y en las reuniones de los Psicólogos Individuales en torno a Alfred Adler. Desde 1913 trabajo como psicoanalista en su consulta privada en Göttingen, oficialmente fue elegida como miembro de la APV en 1922.

1921

De 1914 a 1921 la cifra de miembros aumentó en total sólo con tres personas y cinco de 37 eran mujeres (4)
Junto a Hermine Hug-Hellmuth, Helene Deutsch (1884-1982) pasó a ser miembro activo en Viena. Sabina Spielrein en 1921 vivía y trabajaba en Ginebra. La polaca Eugenia Sokolnicka (1884-1934) que ya en 1914 había participado en las sesiones de la Asociación, en 1916 viviendo en Varsovia fue electa como miembro y practicaba en Paris (Bertin 1989). Frida Teller (1889-19xx) hija de un librero formada literaria y filosóficamente, vino por unas pocas sesiones a Viena. Vivía en Praga y era alli colaboradora de la revista literaria Euphorion, en 1926 se retiró de la APV. Tatiana Rosenthal ese año se quitó la vida en Rusia.
Helene Deutsch era la hija de un abogado judío reconocido en Galitzia y se había recibido en la Facultad de Medicina de Viena. Durante la Primera Guerra Mundial trabajó desde una posición directriz en la Clínica Universitaria de Psiquiatría. Terminó su análisis con Sigmund Freud y fue miembro de la APV desde 1918. Deutsch se comprometió en la organización de la formación psicoanalítica y se le confirió a fines de 1924 la dirección del recientemente fundado Instituto de Enseñanza. Esta posición influyente la acompañó hasta su emigración en el año 1934. A pesar de su traslado a Boston permaneció siendo miembro de la A.P.V. hasta 1938 y con ello da cuenta de la membrecía más extensa entre todas las mujeres. (Deutsch 1973, Roazen 1989).

 

Los breves esquemas biográficos de las primeras analistas ya dejan en claro la diversidad y amplitud de sus antecedentes profesionales, geográficos y familiares; además reflejan los diversos motivos para ocuparse profesionalmente del Psicoanálisis. Las mujeres representan en contraposición a sus colegas hombres en esta temprana fase, el carácter internacional del Psicoanálisis. Sólo dos de ellas habían nacido en Viena, las demás provenían de Rusia, Polonia, Galitzia, Hungría. Seis mujeres provenían de familias judías, una de familia católica y una protestante. La cuestión de si las vienesas originarias se sentían menos atraídas por el Psicoanálisis como posibilidad profesional o si eran excluídas por los hombres de allí, no se puede responder, pero la postura del Centro Vienés podría haber tenido efectos contraproducentes. De modo diverso que las mujeres, los visitantes del extranjero masculinos parecían preocuparse menos por una membrecía en Viena; mas bien se comprometían con la dirección de nuevos grupos regionales. Mujeres (como Spielrein, Sokolnicka, Rosenthal) organizaron grupos de discusión informales, hombres (como Jung, Ferenczi, Abraham) formaron en cambio grupos regionales oficiales de la IPA establecida en 1910. La opinión generalizada por la cual las primeras analistas fueron primero pacientes, sólo puede ser constatada en parte para las "vienesas". Las cuatro mujeres que en 1914 eran miembras, habían hecho experiencias prácticas analíticas como interesadas en el Psicoanálisis, dos de ellas confirmadas como pacientes. Esto se diferencia de los primeros analistas, de los cuales sólo pocos habían transcurrido por un análisis propio. La situación y posición de las mujeres se modificó desde que en 1925 se instaló una formación regulada en el instituto de enseñanza.

 

1929

Entre 1921 y 1929 la cifra de miembros aumentó de 37 a 55, la participación de las mujeres se triplicó a 16 (5). Este incremento tiene diversos motivos: el interés y la participación de las mujeres pueden estar en directa relación con la creación del Instituto de Enseñanza en el cuál una mujer pudo obtener la dirección especialmente destacable para la APV. Después de la emigración de Helene Deutsch en el año 1934 se le confió esta función a Ana Freud (1895-1982), con lo que el Instituto de Enseñanza desde su creación en 1924, hasta su disolución en el año 1938, estuvo permanentemente bajo dirección femenina.
El movimiento de formación y el ejercicio del Psicoanálisis estaban regulados ampliamente en los estatutos y valían de modo igualitario para ambos géneros. El cambio total político y cultural posterior a la Primera Guerra Mundial impulsó también una reforma en el ámbito de las relaciones entre géneros y desde el punto de vista de las normas y conductas sexuales que fueron llevadas adelante en Viena modélicamente por el Movimiento Juvenil. La segunda generación de psicoanalistas mujeres y hombres que en gran medida habían llegado al Psicoanálisis a través del movimiento juvenil, se sentían comprometidos con estos cambios, es decir, los promovían ellos mismos. Por ello las analistas mas jóvenes podían contar con el apoyo de los movimientos femeninos; en ello se diferencian de las primeras pioneras del Psicoanálisis que tuvieron que organizar mayormente sus caminos de formación como caminantes solitarias. El ascenso de las mujeres en la participación profesional luego de la Primera Guerra Mundial se muestra de similar manera en otras disciplinas y ramas profesionales (psicología, medicina, investigación social). Chodorow resume esta fase del siguiente modo: "las Psicoanalistas de la segunda generación pudieron devenir psicoanalistas porque el Psicoanálisis todavía estaba en la fase de construcción, buscaba adeptos independientemente del género y porque era una zona marginal, es decir, una disciplina menos respetada en ciencias limítrofes como la Medicina. La Primera Guerra Mundial dirigió la mirada hacia la psiquiatría justo en el momento en que esta rama disciplinaria abría posibilidades profesionales a las mujeres" (Chodorow, 1987, 827).

 

1937

En la ultima lista de miembros publicada de la APV encontramos 31 mujeres y 37 hombres como miembros ordinarios y extraordinarios. (6) La participación de las mujeres constituyó por ello el 45 %. Si se toma en cuenta que de las 68 personas solo 49 vivían en Viena, el cuadro se modifica mínimamente (28 hombres y 21 mujeres = casi 43 %). Solamente en el año laboral de 1937 fueron admitidas siete mujeres y un hombre como miembros extraordinarios aparece la interrogante de en qué medida estas admisiones fueron codeterminadas por la arriesgada situación política que hacía pensar en una previsible disolución de la APV.

Chodorow en su visión panorámica sobre varios grupos psicoanalíticos llega a la siguiente conclusión: "Si bien las mujeres nunca llegaron a la mitad del total de los profesionales, sin embargo en el período entre 1920 y 1980 en los EE.UU. el 17% de los miembros eran mujeres, en Europa alrededor del 27%….Entre 1910 y 1920 en las asociaciones de Budapest, Berlín, Londres, New York y Boston había como mucho una o dos mujeres. Un segundo capítulo comienza alrededor de 1920 con el permanente incremento de mujeres en el Psicoanálisis tanto en Europa como en EE.UU. De ambos lados del Atlántico constituyen en los tardíos años treinta y los tempranos cuarenta alrededor del 30% de los miembros; en Inglaterra en los años de la Segunda Guerra Mundial se alcanza el máximo de 40%" (Chodorow, 1987, 803 y sig.). En los por mi elegidos años claves aparece un cuadro mas exacto: así por ejemplo en 1929 en Viena el 29% de los miembros eran mujeres pero en Londres casi el 40%. Mientras que el porcentaje londinense con el correr de los años disminuyó, la participación de las mujeres aumentó dentro de los grupos vienés, berlinés y de Budapest. Este último muestra con el 48% un máximo en la comparación internacional, seguido por la A.P.V. con una participación de mujeres de un 45%.

 

Tradición familiar, religión y procedencia de las mujeres.

De forma similar a los colegas masculinos, las psicoanalistas vienesas provenían de la burguesía culta. De 31 mujeres cuyos datos familiares son conocidos se puede concretar esto de la siguiente manera: once de ellas eran hijas de académicos y maestros (entre ellas seis hijas de médicos), nueve hijas de comerciantes. Cinco mujeres venían de familias de industriales y hacendados y tres analistas eran hijas de empleados y miembros de la armada.
Dos tercios de las mujeres provenía de familias judías (74%), seis analistas tenían procedencia protestante, cuatro mujeres católicas y una americana venía de una familia cuáquera.

Tabla 2

  Viena Monarquía KK Extranjeros Total
Hombres 42 (39,3%) 45 (42,1%) 20 (18,7%) 107
Mujeres 11 (25,6%) 13 (30,2%) 19 (44,2%) 43
Total 53 (35.3%) 58 (38,6%) 39 (26%) 150

 

La procedencia no austríaca de las primeras psicoanalistas permaneció como característica notoria. Sólo once analistas nacieron en Viena, un tercio (13) en otros países de la monarquía Austrohúngara (seis en Galitzia, cuatro en Hungría, tres en Bohemia), y casi la mitad de las mujeres provenía del resto del extranjero. Siete norteamericanas que en los años veinte y treinta viajaron a Viena para su formación psicoanalítica constituían el grupo más numeroso. Cinco mujeres nacieron en Rusia, tres en Polonia, dos en Alemania, una provenía de Holanda y una de Suecia.
No se mostraban por lo tanto desde el punto de vista de la tradición familiar y religiosa diferencias fundamentales de género, así estas indefectiblemente caen por su peso en cuanto a la procedencia geográfica. El frecuentemente rígido y restrictivo sistema de Enseñanza en sus países de orígen exigía de las mujeres una mayor flexibilidad y movilidad. Las primeras analistas fueron simultaneamente pioneras en el estudio de la mujer, así como también en el movimiento psicoanalítico. En los años veinte y treinta ya no son de peso las condiciones limitantes, en lugar de ello se hacían notar las diferentes exigencias de admisión de los distintos grupos regionales de la IPA en cuanto a la relación entre géneros.

 

Gimnasios de chicas y estudios de mujeres. Egresos, elección de Estudios y Oficios de analistas mujeres.

En 1892 se instalo como formación permanente la "Sociedad para la formación ampliada de mujeres" en Viena, el primer liceo para chicas, la "Escuela liceal de chicas" establecida con seis años; desde 1896 las mujeres podían llegar al Bachillerato. "La cifra de liceos para chicas aumentó al principio de nuestro siglo de un salto. Mientras que en el año 1803 había solo un liceo para chicas (con reconocimiento oficial) con 45 estudiantes en Zisleithanien, la cifra del año 1912/13 ya aumentó a 32 y 4.997 estudiantes. Sorprendentemente en la baja Austria (inclusive en la capital y ciudad residencial de Viena) se encuentran en este año solo tres liceos para chicas y 548 estudiantes, en Bohemia 4 y 843 estudiantes, en Galitzia incluso 21 y 306 estudiantes" (Heindl 1990, 24).
Del total de 43 mujeres, que conforman la base de mi análisis, 23 habían concluido el liceo. Catorce de ellas concluyeron el liceo (liceo de chicas) en Viena, nueve en los países de la monarquía austro-húngara. Diecinueve mujeres visitaron un College o una escuela media en los EE.UU., es decir en los otros países nombrados (la terminación del liceo de Flora Klaus no es seguro). Sobre esta base buscaban una mayor calificación. Sin embargo las mujeres en Viena recién pudieron inscribirse desde 1897 en la Facultad de Filosofia, la Facultad de Medicina recién fue accesible para mujeres en 1900. Quienes terminaban los liceos o instituciones de formación obtenían un derecho extraordinario de oyentes en la Facultad de Filosofía. En el semestre de invierno 1897-98 en la Facultad de Filosofía había inscriptas 37 oyentes ordinarias y extraordinarias. Todas las estudiantes (en total 11), que se matricularon en 1900 en la Facultad de Medicina, habían realizado antes otras experiencias de estudios (como por ejemplo Margarethe Hilferding quien antes de sus estudios de Medicina había estudiado en la Facultad de Filosofía).
En comparación con ello las condiciones de admisión en la Universidad de Zurich eran mas liberales. Aquí las mujeres (como Sabina Spielrein y Tatiana Rosenthal) podían ya terminar sus estudios universitarios desde 1864. Desde marzo de 1896 en Viena se concedió por parte del Ministerio de Cultura una autorizacion, que permitía la "validación" de los títulos doctorales de Medicina en el extranjero de las mujeres. A diferencia de los hombres sin embargo debían volver a presentar todas sus "rigorosen" y a diferencia de ellos, incluso presentar un aval sobre su "anterior vida moral y pura" (Comp. Heindl y Tichy 1990, Simon 1993).
Con la Primera Guerra Mundial y la caída de la monarquía en Europa en general se modifico la perspectiva e imágen de las profesiones de las mujeres, lo que se expresó en el incremento de su inscripción en las universidades así como en su profesionalización en diversas carreras. (Comp. Anderson y Zinsser 1995). Helene Deutsch describe en su autobiografía que a partir de la ausencia de hombres durante la Primera Guerra Mundial pudo obtener una posición directiva en la clínica psiquiátrica (Deutsch 1973).
Mas de la mitad, es decir, 24 mujeres, habían terminado un estudio de Medicina y cinco mujeres estudios en la Facultad de Filosofía (Filosofía, Historia, Física). De las 14 mujeres que no habían terminado estudios, por lo menos 3 estuvieron inscriptas por algunos semestres en la Universidad, seis mujeres habían concurrido a una institución magisterial, tres trabajaban en el ámbito de la Pedagogía Sanitaria y del Trabajo Social.
Es interesante que Sigmund Freud en comparación con sus colegas no alentó a su hija a estudiar en una Universidad, en esto el se diferencia de sus compañeros y amigos como por ejemplo Ludwig Rosenberg y Oscar Rie que les posibilitaron a sus hijas Annie Angel-Katan y Marianne Kris el estudio de la Medicina.
Quince psicoanalistas mujeres habían terminado sus estudios en Viena (10 en la Facultad de Medicina y 5 en la de Filosofía).
La relacion con la base profesional médica es establecida por Chodorow en su estudio: "Prácticamente el 100% de los analistas y un 90-100% de las analistas en los EE.UU. son médicos. En Europa, donde la participación de las analistas es mucho mas alta, alrededor del 80% de los analistas, pero solo el 50% de las analistas son médicos, es decir, medicas" (Chodorow 1987, 826). Para los psicoanalistas de la Asociación Psicoanalítica Vienesa entre 1902 y 1938 las relaciones en este aspecto eran las siguientes: casi un 56 % de las psicoanalistas eran médicas y alrededor de un 71% de los/las psicoanalistas eran médicos, es decir en Viena habia mas mujeres y menos hombres formados en Medicina.

Inclinación al psicoanalisis, experiencias psicoanalíticas propias

En el correr de la primera guerra mundial se ampliaron las posibilidades de llevar una vida fuera de casa y familia, las mujeres querían tomar parte activa en la vida profesional y se esforzaban por obtener una ampliación de sus roles sociales. La Psicología y el Psicoanálisis obtenían una posición fundamental en la cultura de la cambiante sociedad de la "Viena Roja" (1918-1934). La incrementada experiencia profesional, el influjo del movimiento juvenil pero también los logros políticos como la obtención del derecho (pasivo) al voto, jugaban en ello un rol determinante. La represión nuevamente instalada de los oficios tradicionalmente "masculinos" luego de los años de guerra, motivó que se orientaran a ciencias mas libres e innovadoras (Comp. Anderson y Zinsser 1995).
La joven, todavía poco respetada, pero en general comprometida y creciente ciencia del Psicoanálisis ofrecía a las mujeres perspectivas de oficio y posibilidades de carrera.
Sigmund Freud era para hombres y mujeres por igual una figura carismática que enaltecía el interés en la "Ciencia de lo Inconciente" en Viena. Freud impresionaba menos a las mujeres como profesor universitario que como analista practico. De los 258 oyentes en total (48 mujeres) en sus conferencias en la Universidad de Viena (1886/7-1918/19) fueron admitidos 28 como miembros en la Asociación Psicoanalítica Vienesa, entre ellos Margarethe Hilferding, Hermine Hugh-Hellmuth, Helene Deutsch (Comp. Gicklhorn 1960). En contraposición 10 de las 43 miembros femeninos de la APV hacían experiencias psicoanalíticas personales con Sigmund Freud, es decir Dorothy Burlingham, Helene Deutsch, Edith Jackson, Jeanne Lampl-de Groot, Ruth Mack-Brunswick, Caroline Newton, Erzebet Révész, Eugenie Sokolnicka, Sabina Spielrein. Cuatro de ellas eligieron a Ana Freud como analista pero Helene Deutsch sorprendentemente no fue una elección para las "vienesas". Menos cinco mujeres de las que no se pudo encontrar testimonios mas exactos, todas las psicoanalistas habían realizado un análisis propio.
A diferencia de sus colegas hombres casi todas las mujeres después de su formación psicoanalítica fueron activas en sus propias practicas. El hecho de que las mujeres se sometían mas que los hombres a un análisis propio podría ser co-determinante de la posterior actividad práctica y con ello de las imágenes profesionales vinculadas. La mayoría de los socios hombres no habían hecho una experiencia analítica y tampoco eran activos en la practica analítica propia, mas bien introdujeron al psicoanálisis en su actividad profesional o la aplicaron en otros campos.
El hecho de que la mayoría de las mujeres fuera admitida luego de la apertura del Instituto de Enseñanza, que el propio análisis por lo tanto fuera obligatorio en la formación, determinó su siguiente posibilidad y elección profesional.

Duración media de la Afiliación de las mujeres, sus funciones y campos de acción.

Tabla 3

Duración de la afiliación.

0-1 año 1-3 años 3-5 años 5-15 años 15-20 años
         
J. Deming E. Heilpern B. Bornstein A. Angel-Katan L. Andreas- Salomé
R. Eissler-Selke S. Kempner S. Bornstein G. Bibring H. Deutsch
B. Grünspan   F. Deri D. Burlingham A. Freud
M. Hawkins   F. Kraus E. Buxbaum B. Rank
M. Hilferding   J. Lampl-de Groot S. Gutmann  
E. Jackson   M. Mahler M. Herz  
A. Mänchen   L. Roubiczek H. Hoffer  
E. Révész   R. Walk H. Hug-Hellmuth  
J. Stross     M. Kris  
      E. Levy  
      R. M-Brunswick  
      C. Newton  
      A. Reich  
      T. Rosenthal  
      E. Sokolnicka  
      S. Spielrein  
      E. Sterba  
      A. Tamm  
      F. Teller  
      J. Wälder  

 

La psicoanalista húngara Erzsebet Révész en 1918 fue miembro de la A.P.V solamente durante unos pocos meses. En total 9 mujeres fueron aceptadas como miembros por menos de un año, salvo Hilferding y Révész en 1937 un año antes de la disolución de la Asociación. Cuatro mujeres estuvieron más de 15 años en la Asociación Vienesa. Lou Andreas Salomé (de 1922 hasta su muerte en el año 1937), Helene Deutsch (de 1918 a 1938), Ana Freud (de 1922 a 1938) y Beate Rank (de 1923 a 1938). Helene Deutsch y Beate Rank abandonaron Viena ya antes de 1938; Deutsch emigró en 1934 a Boston, Rank ya en 1926 se había mudado a Paris y fue igualmente a Boston en 1936. La edad promedio de las mujeres en su ingreso en la Asociación Psicoanalítica Vienesa era alrededor de los 37 años, la más joven al momento de su admisión tenía 26 años, la mayor 61. Si se tomara en cuenta el hecho de que algunas mujeres fueron incluídas como miembros de asociaciones psicoanalíticas filiales la edad promedio podría variar en relación. En lo que respecta al momento de la admisión llama la atención que a diferencia de los hombres ninguna mujer fue miembro de la Asociación Vienesa durante sus estudios universitarios.
Catorce psicoanalistas vienesas estaban casadas con psicoanalistas. En contra de la opinión generalizada por la cual en los matrimonios de psicoanalistas el marido aparecía como teórico o como directivo dentro de la organización, la esposa por otra parte como buena clínica o formadora (comp. Chodorow 1987), las relaciones vienesas muestran otra imagen. Por ejemplo Helene Deutsch era tanto teórica como también directiva del Instituto de Enseñanza y por ello en una posición directiva, la bibliografía de Grethe Bibring-Lehner es el doble de abarcativa que la de su marido, Edita Sterba dirigía un lugar de orientación para niños, y Jeanne Lampl de Groot publicó más y realizó trabajos más influyentes que su esposo. En el exilio norteamericano Marianne Kris fue la primera presidenta de la "Asociación Psicoanalítica de Niños". Las mujeres sin embargo se ocupaban fundamentalmente de la clínica y de su práctica psicoanalítica. Sus perfiles profesionales y sus trabajos teóricos se basaban sobre todo en su experiencia practica. El modelo creciente que se delineaba en los colegas médicos en cuanto a institucionalización y profesionalización se ve también en las mujeres; las diferencias son menos marcadas de lo que se suponía hasta el momento. Sus listas de publicaciones son por una parte mas cortas en promedio pero las casi 90% mujeres estudiadas por mí, publicaban sus trabajos científicos y solamente de cinco mujeres psicoanalistas no se pudieron rastrear publicaciones.

 

Influjo y jerarquía, campos temáticos y elementos de trabajo fundamentales de las mujeres

El éxito y la influencia de un psicoanalista son difíciles de medir. ¿Es más importante la función y el influjo del presidente o vicepresidente que la del director de un instituto de enseñanza? ¿Es mas exitoso el analista con una cantidad de libros de texto, que el que publica para un ámbito de lectores mas amplio y es recibido por ellos? ¿O no es ante todo el analista de formación o el supervisor el que influye a sus estudiantes en el encuentro diario o semanal?
Los campos de conocimiento en los que las mujeres tuvieron influencia fundamental y por los que siempre se destacaron, abarcan el desarrollo teórico y práctico del Psicoanálisis de Niños, así como de la Psicologia de la Mujer y la Femineidad. Desde el principio las mujeres y los niños estuvieron en el centro de la teoría y de la práctica psicoanalítica, y a las mujeres mas allá de ello se les adjudica una especial capacidad de comprender empáticamente estos campos. Ya en 1911 C. G. Jung había hablado en una conferencia en Bruselas sobre la problemática del análisis de niños: "...con niños un poco mayores se aplica como se ha dicho el análisis casi como con los adultos. Para el médico por otra parte es un deber amargo, porque los niños a menudo tienen ante él, demasiado respeto y miedo. Tales análisis pueden ser mejor llevados a cabo por mujeres. Yo ya he formado a algunas damas, fundamentalmente con el objetivo del tratamiento de niños. Parece que esto para las mujeres se convierte en un nuevo y muy hermoso oficio. Yo hago que mis análisis de niños sean llevados a cabo por una asistente mujer y he llegado a través de larga experiencia a la conclusión que las mujeres deben a su empatía psicológica natural el ser mucho más adecuadas para este trabajo que los hombres" (Jung, 1911).
Al mismo tiempo con esta adjudicación y destaque unilateral, hay que subrayar que muchos de los desarrollos teóricos concebidos por mujeres que no pueden de ninguna manera alinearse de modo parcial a estos campos, fueron recepcionados tardíamente (por ejemplo los trabajos de Lou Andrea Salomé, Sabina Spielrein, Ruth Mack Brunswick, Annie Reich); este hecho seguramente llevó a distorsiones.
Helene Deutsch realizo dentro de la Asociación Psicoanalítica Vienesa en la Investigación de la Psicologia de la Mujer y de la Sexualidad Femenina, trabajo de pionera, pero temas específicos de mujeres también se encuentran en las bibliografías de casi todos los demás analistas. El que del lado de las analistas vienesas no se haya llegado a ninguna crítica fundamental en las visiones de Freud, en cuanto al desarrollo psicosexual de la mujer y la femineidad es criticado fuertemente desde la visión de hoy: "Referido a las mujeres, la Psicología repetía, así como tantos otros movimientos progresistas intelectuales, las limitaciones mas antiguas y estrechas de su rol en la vida. Fundamentaban viejísimas tradiciones de dominancia masculina con la autoridad que brinda la novedad de una joven ciencia. La Psicología que se instauraba como comprensión científica de la psique humana y sus motivos, confrontaba a sus críticos, mas allá de sí mismos, con un sistema cerrado. Quien no estaba de acuerdo con sus axiomas, debía permitir que se le dijera que no comprendía sus motivos inconscientes personales" (Anderson y Zinsser 1995, 252).
Helene Deutsch y Ana Freud se comportaban conformes frente a las concepciones teóricas de Freud con quien ambas habían realizado su análisis. Por otra parte Jeanne Lampl de Groot se cuenta entre las analizandas de Freud autora de trabajos específicos sobre mujeres influyentes. Siempre se ha subrayado que Freud respetaba y estimaba a las mujeres, la divergencia, a la competencia y a las escisiones se llegó ante todo a través de los hombres. La distancia geográfica les permitió a algunas psicoanalistas formular sus reconocimientos divergentes más fácilmente (así Karen Horney en Berlín y Nueva York y Melanie Klein en Berlín y Londres. Karen Horney, quien desde los años 20 publicara sus trabajos discrepantes con Freud, recién en 1941 después de muchos años de conflicto se separará de la "New York Psycoanalytic Society". Fue la primera vez que una mujer se vio necesitada de un semejante paso.
La especial atención de las y los analistas de Viena fue hacia la Pedagogía psicoanalítica, la Psicología y el Tratamiento Terapéutico del Niño; muchos de tales proyectos fueron hechos realidad por mujeres, luego de la Primera Guerra Mundial, en la "Viena Roja" gobernada por la social-democracia hasta 1934. Lo mismo vale por otra parte para los Psicólogos de la escuela Bühler en la Universidad de Viena, los Psicólogos Individuales en torno a Alfred Adler y los Investigadores Sociales Empíricos alrededor de Marie Jahoda y Paul Lazarsfeld. En 1923, un año después de la apertura se le unió al Ambulatorio de la Asociación Psicoanalítica Vienesa la primera Asesoría para problemas del Aprendizaje, cuya dirección fue asumida desde el inicio por Hermine Hugh-Hellmuth. A su muerte la siguieron Flora Kraus y después Edita Sterba. En 1932 abrió una nueva Asesoría del Aprendizaje bajo la dirección de August Aichhorn. Margarethe Mahler-Schönberger inició un primer modelo de Consulta Asistencial para niños así como su colega Edita Sterba colaboró con el Instituto Asistencial de August Aichhorn perteneciente a los Circuitos Regionales Vieneses (comp. Kerbel 1992).
La formación psicoanalítica en niños fue sistematizada por Ana Freud y ante todo por los miembros femeninos de la Asociación y ejercía una gran fuerza de atracción en Viena. En su denominado "Seminario de Niños" se discutía y seguía el análisis de niños durante largos períodos. A las mujeres les fueron confiadas funciones directivas en la materia del análisis de niños en teoría y práctica así como en los programas de formación para Pedagogos, Maestros y Maestras Especializadas en Preescolares, sin embargo había también hombres que participaron muy particularmente (por ejemplo August Aichhorn, Siegfried Bernfeld, Willi Hoffer). Por iniciativa de la norteamericana
Dorothy Burlingham se fundó en 1927 la primera "Escuela psicoanalítica", que construyó para sus 4 hijos como forma alternativa de Enseñanza. En la escuela Burlingham-Rosenfeld en Wien-Hietzing participaron miembros de la Asociación Vienesa en una pedagogía orientada psicoanaliticamente. (Göpper 1991, Heller 1994).
En 1936 Edith Jackson también proveniente de los EE.UU. otorgó los medios para el establecimiento de un grupo de niños pequeños (Jackson-Day-Nursery). El Hogar Diurno fue instalado en la "Casa de los Niños" en el Rudolfsplatz de Viena. La fundadora de la casa fue Lili Roubiczek representante máxima de la Pedagogía Montessori en Viena; de 1931 a 1935 fue miembro de la Asociación Psicoanalítica de Viena. La Jackson-Nursery fue "la primera institución que estuvo en el centro del interés de la observación sistemática extra analítica de lactantes y niños pequeños en su desarrollo y adaptación social paulatina y con ello fue la antecesora de aquel trabajo, que (en el exilio) se realizó en el marco de la Clínica Hampstead de Ana Freud y sus colaboradores" (Huber 1979, pág. 395). Cuando en 1926 Heinrich Meng y Ernst Schneider fundan el Periódico de Pedagogía psicoanalítica, este foro se ofreció a los trabajos temáticos específicos de las mujeres. La redacción de la dirección sin embargo permaneció en los años de inicio en manos de hombres. Las iniciativas de las mujeres, su participación personal y creativa en el movimiento psicoanalítico pero también sus fuentes financieras (Burlingham y Jackson pusieron a disposición dinero para proyectos) ayudaron a ampliar las posibilidades de investigación y a traer nuevos candidatos para la formación psicoanalítica.
En la enseñanza y formación que se puede documentar sistemáticamente desde la apertura del ambulatorio (en el cual también se daban los primeros cursos de enseñanza), solo estaba nominada Helene Deutsch como analista de formación en el año laboral de 1923/24. Pero en 1936 la distribución con ocho mujeres y 9 hombres como analistas de formación y de control, practicamente se empareja.

 

Emigración y exilio de las analistas vienesas; sus países de exilio preferidos y destinos posteriores

Ya antes de la toma del poder del partido nazi en Alemania se llegó en el caso de las analistas vienesas a algunos cambios regionales, quienes estaban en formación (fundamentalmente en Berlín) aquí no serán consideradas. Las dos norteamericanas Caroline Newton y Estelle Levy volvieron en 1924 y 1932 a los EEUU. Ambas siguieron inscriptas como miembros de la Asociacion Psicoanalitica vienesa, ya que como "analistas de formación" encontraron dificultades de admisión en las filiales norteamericanas. Beate Rank con su marido Otto Rank se mudó en 1926 a Paris, en 1936 a Boston y se mantuvo miembro del grupo vienés hasta 1938.
En 1933/34 cinco mujeres de la Asociación Psicoanalítica Alemana fueron admitidas en la Asociación Psicoanalítica Vienesa. Berta Bornstein y Jeanne Lampl de Groot emigraron a Viena, Annie Reich, ya desde 1918 a 1930 miembro del grupo vienes, asi como Steff Bornstein y Franziska Deri a Praga. En Praga en 1933 se pudo establecer la filial de trabajo psicoanalítico de Praga unida a la Asociación Psicoanalítica Vienesa, cuya dirección fue asumida por Deri hasta 1935. Entre 1934, luego del triunfo del austrofascismo y el establecimiento del Standestaat en Austria y el Anschluss en marzo de 1938 emigraron en total siete mujeres: Lili Rubischek, Edith Buxbaum, Helene Deutsch, Beate Rank, Annie Angel-Katan, Edith Jakson, Franziska Deri. En casi todos estos casos fue la situación política la que dio el impulso y decisión para la emigración. Helene Deutsch abandonó Austria luego que su hijo se unió a un grupo de resistencia contra el régimen clerical y fascista de Dollfuss y fue encarcelado, Edith Buxbaum se vió obligada a su emigración luego de su prisión en el año 1935; Annie Angel-Katan y Rubischek se comprometieron igualmente con los socialistas compelidos a la ilegalidad y por ello fueron amenazadas y perseguidas políticamente. Deri aceptó en 1935 una invitación a Los Angeles.
La norteamericana Edith Jackson volvió en 1937 a su patria.
Después del Anschluss el éxodo de los psicoanalistas y las psicoanalistas vieneses se concretó (comp. Mühlleitner, Reichmayr 1995).
De las 31 mujeres que en la última lista publicada de los miembros de la Asociación Vienesa aparecían como miembros ordinarios y extraordinarios, en este momento 21 mujeres aún tenían su residencia en Viena.
Lou Andreas-Salomé y Erzsebet Révész murieron en 1938 de muerte natural (?***). Hugh Hellmuth en 1924 había sido asesinada por su sobrino, Rosenthal y Sokolnika se habían suicidado en 1921 y 1924 respectivamente
Solo 5 mujeres no emigraron: Alfhild Tamm que ejercía en Suecia no sufrió persecuciones de los nacionalsocialistas. Steff Bornstein-Windholzova murió en Praga en 1939 antes de su huída planeada a los EE.UU. Margarethe Hilferding fue deportada de Viena a Theresienstadt y murió en 1942 durante un nuevo transporte a un Campo de Exterminio. Salomea Kempner probablemente perdió la vida en el Gheto de Varsovia y Sabina Spielrein en 1941 durante un Progrom de los nacionalsocialistas en su ciudad rusa de orïgen: Rostok. El destino de Frida Teller luego de su deserción de la Asociación Psicoanalítica Vienesa es desconocido.
Como para muchos colegas en Viena, el lugar de orígen del movimiento psicoanalítico luego de la Segunda Guerra Mundial no resultó atractivo para un retorno: Flora Kraus fue una de las poquísimas personas que resolvió su reemigración a Austria en 1947. En 1939 había huído a Inglaterra y desde allí había proseguido hacia los EE.UU. Ya que en 1928 se había retirado de la Asociación Psicoanalítica Vienesa también quedó sin aclarar si continuó practicando como analista.

 

Trayectoria profesional y carreras de los analistas "vieneses" en el exilio

La edad promedio de las mujeres en el momento de la emigración estuvo en torno a los 42 años y medio. Un estudio terminado, una formación disciplinaria finalizada, la experiencia propia teórica y practica en Psicoanálisis así como bases materiales medianamente seguras, facilitaron la admisión e integración en los países del exilio. La I.P.A. organizó una red de ayuda efectiva para miembros y sus familias. Dieciocho analistas mujeres emigraron a los EE.UU. hasta fines de 1939, 8 a Inglaterra (de estas 8 mujeres hasta 1942, cinco siguieron a EE.UU.. 6 mujeres huyeron a otros países del exilio (Palestina, Holanda, Suiza, Francia); 3 de ellas fueron a los EE.UU.. Rosa Walk que pudo llegar a Francia fue apresada por la Gestapo y se suicidó en Paris en 1942.
En total 26 de las 33 emigrantes "vienesas" se establecieron en EE.UU. (Newton y Levy incluidas).

"En este tiempo ante todo en los EE.UU., el prestigio del Psicoanálisis en la cultura general estaba creciendo a ojos vistas y la demanda de Psicoanalistas y analistas de formación era casi un exceso. Muchas de las mujeres estaban formadas antes de la guerra en Europa Central, donde la discriminación profesional sobre todo en el ámbito de la Medicina no era tan marcada. Llegaron en un momento oportuno a norteamerica y así asumieron posiciones de responsabilidad en hospitales y en los institutos que casi no podían cumplir con los requerimientos, como formadoras y supervisoras". (Chodorow 1987, 813).

Los EE.UU. e Inglaterra devinieron, también por la cantidad de emigrantes los nuevos centros del Psicoanálisis (comp. Mühlleitner y Reichmayr 1995; Halle 1995).
Ana Freud fundó durante la Segunda Guerra Mundial las War-Nursery, después el Hampstead Child Therapy Course y la Clinica Psicoanalítica asociada a él. Esta institución permitió a algunos pocos psicoanalistas exiliados (pero también a algunas colegas mas jóvenes, candidatas de la APV) la prosecución de su trabajo. Ana Freud contribuyó con su compromiso y su trabajo en forma muy importante a la salvación del Psicoanálisis luego de la expulsión de los países centroeuropeos (comp. Fenichel 1998).
De las 8 vienesas luego del ingreso de Inglaterra a la Segunda Guerra Mundial, 3 en Londres: Ana Freud, Hedwig Hoffer-Schaxel y Josefine Stross. Las demás emigraron a los EE.UU. Junto a la situación política precaria las tensiones teóricas dentro de la British Psychoanalytical Society con Melanie Klein (King, Steiner 1994), pero también la muerte de Sigmund Freud en setiembre de 1939 fueron motivos importantes para abandonar el país.
A pesar de las líneas directrices internacionales fijadas para la formación psicoanalítica desde el año 1925 (Comisión de Enseñanza Internacional) se llegó sin embargo a controversias ante todo en relación con la admisión de no médicos. La American Ps.A. siempre intentó impedir la formación de "legos" americanos en Europa y rechazó la formación de no médicos en forma oficial desde 1938. Los desarrollos de este tipo ya habían llevado a que en los años anteriores las norteamericanas Newton y Levy y siguieran apareciendo como miembros en Viena, desde 1938 Newton no aparecía en ninguna filial norteamericana. Else Heilpern y Estelle Levy -por corto tiempo aparecieron como "Listed Lay Analist" en Los Angeles- ejercieron todavía por corto tiempo; los destinos profesionales posteriores de las tres mujeres hasta ahora no se han podido reconstruir ya que no pertenecieron mas a ningún grupo psicoanalítico.
Hombres y mujeres que no pudieron demostrar la finalización de una carrera de Medicina, contaron con dificultades en la admisión en las filiales norteamericanas. Algunos psicoanalistas prominentes como Berta Bornstein, Frances Deri y Ana Mänchen fueron admitidas por la American P.A. con un status especial y pudieron continuar con la designación de "Associate member" "Listed lay-analist" o "Special member" en su actividad de enseñanza y formación con limitaciones.
Las discusiones críticas en relación con estas medidas restrictivas permanecieron sobre la base de la adaptación necesaria a las condiciones institucionales del país de exilio, junto a ello hubo que adquirir una nueva lengua profesional y cotidiana y la necesidad de realizar diversas pruebas disciplinarias. Como las mujeres también tenían que ocuparse de la formación y cuidados de sus hijos y parientes en principio no estuvieron tan presentes en las As. Psicoanalíticas como sus colegas hombres (comp. Jacoby 1985).
Algunos pocos exiliados se esforzaron por crear mejores condiciones para los analistas legos intentando así continuar con una de las "tradiciones vienesas". Marianne Kris fundó por ejemplo en 1965 la "Association for Child Psychoanalysis" y pudo con esta creación instaurar también una formación psicoanalítica en niños para no-médicos.
Catorce de las 26 emigrantes en las EE.UU. eran médicas; podían trabajar en investigación y docencia y asumir puestos importantes en las Asociaciones. En contraposición a las mujeres en otras profesiones se puede decir que en el caso de las psicoanalistas había más posibilidades de diversificación de carreras. Seguramente habían solicitado ya antes de la emigración el reconocimiento de sus carreras, ya que eran formadoras y supervisoras de estudiantes americanos en Viena. Trabajos importantes habían sido traducidos al inglés, Revistas como el International Journal of Psycho-Analysis habían sido dadas a conocer en el ámbito anglo-americano al principio de los años 20 con las psicoanalistas vienesas como autoras.
Nueve de las emigrantes vienesas devinieron presidentes o vicepresidentes de las Asociaciones psicoanalíticas arribaron por tanto a posiciones que en Europa raramente eran ocupadas por mujeres. Del mismo modo encontraron en el exilio anglo-americano mejores oportunidades de ascenso académico que en las Universidades vienesas o de otras universidades europeas. Por lo menos siete de las emigrantes vienesas devinieron profesoras en universidades americanas, doce trabajaban en posiciones de relieve en Hospitales. Aparte de las limitaciones más arriba mencionadas casi todas las psicoanalistas emigradas hicieron carrera en los institutos de enseñanza de las Asociaciones filiales.
En cuanto a los puntos de mayor interés, ocurrió de modo similar. Las mujeres continuaron en el exilio sus proyectos iniciados en Viena. Estos se concentraban ante todo al Psicoanálisis de Niños, la investigación de la relación Madre-Niño en instituciones sociales como escuelas, hogares y jardines de infantes.

"Pese a las posiciones dirigentes y significativas de las mujeres dentro del Psicoanálisis y la mayoría de mujeres en centros como Boston, Chicago y Washingon-Baltimore la exclusión de las mujeres de las Escuelas Superiores de Medicina llevó a una desventaja para aquellas que querían devenir psicoanalistas Es posible, a pesar de no haber documentos concretos que lo demuestren, que las psicoanalistas de la segunda generación, quienes precisamente cuando la admisión de las mujeres descendió, justo tenían gran influencia en la formación, no pudieron aceptar este retroceso en base a su historia de vida e identidad diversa. No eran conscientes de no estar luchando por la presencia de mujeres en el Psicoanálisis, en la medida que en sus seminarios de formación la mayoría casi exclusiva de concurrentes eran hombres" (Chodorow 1987,826 y sig.).

A pesar de que con la emigración de las psicoanalistas de Europa (y de las norteamericanas formadas en Europa) el porcentaje de las mujeres practicantes en principio creció en los EE.UU., a partir de 1950 la cifra de Afiliadas mujeres de las Asociaciones filiales americanas descendió. Recién en los últimos 20 años se encuentra nuevamente mayor participación femenina en el Psicoanálisis norteamericano; un efecto que probablemente hay que suponer derivado de la pérdida de prestigio que ha experimentado el Psicoanálisis en los EE.UU.

Resúmen

El estudio precedente pretendió a través del análisis de datos empíricos, responder a las preguntas de por qué, en qué momentos y en cuáles ramas, las mujeres se hacen visibles en un campo profesional. El resultado es que la presencia e influjo de las mujeres en el movimiento psicoanalítico no parece ser un fenómeno extraordinario, sino que se hace comprensible sólo dentro del contexto socio-político y en comparación entre grupos regionales de la Asociación Psicoanalítica. Las influencias externas, ante todos los cambios políticos durante y después de la Primera Guerra Mundial con las exigencias de una nueva generación que provenía de los principios de la igualdad de derechos, favorecieron la participación femenina. Desde el punto de vista de las mujeres esto era natural y no dirigido o acompañado necesariamente por reclamos feministas (?****). Desde el punto de vista científico o profesional no resulta en una relación directa entre Psicoanálisis y Feminismo, las pacientes eran desde el principio para la teoría y práctica del Psicoanálisis codeterminantes y la primera colaboradora profesional de Freud fue una mujer. Desde el momento en que las Facultades de Medicina, pero también otros campos profesionales dominados por hombres, abrieron sus puertas a las mujeres, se puede observar un aumento de ellas y el Psicoanálisis no fue una excepción. En sus comienzos también se puede tomar en cuenta que las mujeres pudieron incluirse en ámbitos de menor prestigio y allí también de modo más duradero establecieron "nichos" que a través de un muy difundido prejuicio fueron vistos como específicos de género.


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Notas:

* Este trabajo apareción en: Psyche 54 (2000) Pág. 642-668.

Se trata , en este estudio de un recorte dentro de un análisis abarcativo, el cuál evalúa los datos de todos los miembros de la Asociación Psicoanalítica de Viena (Mühlleitner 1992), y continúa trabajos ya publicados (Mühlleitner & Reichmayr 1995,1997). Brita Kerbi reunió ya la primera documentación en relación a los miembros femeninos de la A.P.V de 1937 (Kerbi 1992). Quisiera agradecer por la discusión y estímulo con Traudi Evers, Claus Leggewie, Johannes Reichmayr y Aleksandra Wagner.

2 Nancy Chodorow (1987,1989) investigó el significado de las mujeres en el Psicoanálisis y apoyó su trabajo socio-histórico en Entrevistas, que pudo llevar adelante con psicoanalistas en los EE.UU. Algunas de sus preguntas fueron tomadas en cuenta por mí en la presente evaluación y revisadas. La psicoanalista norteamericana Nellie Thompson (1987) está realizando una investigación histórica muy abarcativa en estos momentos.

3 En 1914 encontramos la siguiente distribución: Berlín (4 Mujeres, 17 Hombres); Budapest (7 Hombres); Londres (15 Hombres); New York (1 Mujer, 10 Hombres); Zurich (6 Mujeres, 31 Hombres).

4 Berlín (4 Mujeres, 16 Hombres); Budapest (2 Mujeres, 16 Hombres); Londres (8 Mujeres, 32 Hombres); New York (4 Mujeres, 25 Hombres); Zurich (3 Mujeres, 33 Hombres).

5 Berlín (14 Mujeres, 29 Hombres); Budapoest (5 Mujeres, 12 Hombres); Londres (22 Mujeres, 36 Hombres); New York (8 Mujeres, 42 Hombres); Zurich ( 4 Mujeres, 29 Hombres)

6 Berlín ( 10 Mujeres, 17 Hombres); Budapest (12 Mujeres, 13 Hombres); Londres (24 Mujeres, 48 Hombres); New York (14 Mujeres, 57 Hombres); Zurich (4 Mujeres, 20 Hombres).

(**) La presente bibliografía es textual del trabajo publicado en alemán.

(***) El signo de interrogación es de la traductora, nos sorprende la falta de análisis de estas muertes ocurridas precisamente en el año de la Anexión de Austria al nazismo. Tal vez sea un exceso dudar de la "naturalidad de la muerte" en este año preciso y tratándose de personajes tan especiales como Lou y Erzsebet Révész. (D. H.)

(****) La traductora inserta este signo de interrogación en relación a la afirmación de la autora "no dirigido o acompañado necesariamente por reclamos feministas" dado que esta "nueva generación ...provenía de los principios de la igualdad de derechos..." Pensamos que los reclamos feministas eran parte del pensamiento de estas mujeres y que como tales se deberían considerar importantes e imposible descartar la "relación directa entre Psicoanálisis y Feminismo..." pues ya sea en forma directa o indirecta tanto sus actitudes como lo determinantes que fueron en el surgimiento del psicoanálisis no se puede pensar sin esta vinculación.