Las mujeres en el movimiento
psicoanalítico.
El caso de la Asociación Psicoanalítica vienesa
1902-1938.(*)
Elke Mühlleitner (Giessen, Berlín).
Introducción
Viena fue después de Zurich el segundo grupo regional de la I.P.A. que
aceptó afiliadas mujeres. De 1902 a 1938 fueron seleccionadas en total 43 analistas
mujeres como miembros ordinarios y extraordinarios; en contrapartida a 107 analistas
hombres. En la comparación internacional la Asociación Vienesa supera ampliamente con
esta cifra a los restantes grupos psicoanalíticos.
El siguiente estudio pretende mostrar e investigar, desde una visión
histórico-científica, la "visibilidad", el "retrato de una
profesión", es decir presencia, creatividad e influencia de las mujeres dentro del
movimiento psicoanalítico y la pregunta de por qué precisamente en Viena las mujeres
componían una parte especialmente notoria del movimiento psicoanalítico.(1). En un
estudio de caso sobre las "vienesas" en primer lugar hay que decir que el
Psicoanálisis en Viena se desarrolló hasta el fin de la monarquía Habsburga, luego
durante la "Viena roja" de la Primera República hasta 1934, bajo el
Austrofascismo hasta 1938, y finalmente en el exilio bajo extremas diferencias
socio-políticas (comp. Reichmayr 1994); las mujeres recorren asi situaciones y fases muy
diversas del movimiento mundial psicoanalítico proveniente de Viena. Este contexto
politico-geográfico ubica las condiciones que enmarcan la revisión de la disciplina y
permite mas allá de ello, la comparación con la estructura de otras disciplinas y grupos
profesionales.
El siguiente texto comienza con una breve introducción histórica luego se seleccionan
cuatro años claves (1914, 1921, 1929, 1937) en los que se ha de visualizar el incremento
de la participación de las mujeres. Para fundamentar estos datos puntuales se puede decir
que la lista de miembros de 1914 provee la situación previa al comienzo de la primera
guerra mundial y que la de 1921 ilustra la situación luego de la guerra y la caída de la
monarquía. La lista de 1929 refleja los efectos de las relaciones socio-politicas
modificadas como lo hace ante todo el Instituto de Enseñanza inaugurado en 1925; el año
1937 da cuenta de la constitución del grupo antes de la disolución de la Asociación
Vienesa y la expulsión de sus miembros por parte de los nacionalsocialistas. Se presentan
resultados de investigación empíricos de toda esta época, que se ocupan del telón de
fondo familiar, geográfico, religioso y profesional de las mujeres. Con ello aclaro los
caminos de formación cultural y psicoanalítica así como los modelos de formación
profesional dentro del movimiento psicoanalítico, su influencia sobre teoría y
práctica, relaciones de poder y jerarquía dentro de la profesión, los ámbitos de
investigación e interés, así como la productividad científica de las analistas. Para
cerrar me dedico a la emigración y exilio de las psicoanalistas.
La extensa literatura al tema "Mujer y psicoanálisis" se refirió hasta ahora -
aparte de las investigaciones biográficas, en las que fueron investigadas las mujeres
como pacientes y como importantes psicoanalistas - ante todo a interrogantes de contenido
y controversia. El movimiento femenino de los sesenta y de los tempranos setenta puso en
cuestión la base de la construcción de la feminidad en la teoría psicoanalítica; hoy
las investigadoras utilizan mas bien el potencial psicoanalítico, metodológico,
teórico, para formular una nueva Psicología de la Mujer incluyendo reconocimientos
feministas y teórico-científicos. En mi estudio no me centro ni en interrogantes
teóricos y controversias ni en "grandes mujeres"; se trata mucho más de
deducir la cuestión sobre la base de una valoración cuantitativa de datos biográficos,
de cuándo, bajo qué condiciones y en qué ámbitos aparecen las mujeres en lo
científico y en lo histórico profesional (2).
Pacientas de Freud, las primeras psicoanalistas y la "cuestión de la mujer" en la Sociedad Psicológica de los Miercoles.
Se ha apuntado mucho al especial significado de las mujeres como
pacientes en relación al desarrollo del psicoanálisis.(Freud y Breuer 1895, Masson 1984,
Swales 1986, 1987, Decker 1990, Stroeken 1992, Appignanesi y Forrester 1993). Sigmund
Freud mismo creó una importante precondición para que las mujeres pudieran devenir
psicoanalistas, en tanto que -pese a su tradicional y conservadora imagen de la mujer-
estimuló a algunas de sus pacientes como colaboradoras y les transmitió algunos de sus
descubrimientos durante el transcurso de su trabajo terapéutico. Su por él creada
relación terapéutica, divergente con la habitual relacion médico-paciente, fue para
ello decisoria: "la libertad del reconocimiento de si mismo abrió la puerta a la
libertad de autorealizacion" (Lorenzer 1984, 129). Las así creadas relaciones
maestro alumno se iniciaron en un momento en el que las posibilidades laborales de
las mujeres todavía estaban muy limitadas y ellas no tenían acceso, o tenían suma
dificultad en el acceso a las universidades.
En una carta a Wilhelm Fliess del 12 de diciembre de 1897 Freud menciona la actividad
terapéutica de Emma Eckstein (1865-1924). Huber señala este documento como el
"...primer punto histórico asible en el que se hace visible que Freud confía a otro su nuevo instrumento terapéutico, el método psicoanalítico. De la medida, la circunstancia y también el éxito de esta acción terapéutica por ahora no sabemos nada. -Hay que recordar que recién en 1900 se abrieron las puertas de la Facultad de Medicina para las mujeres en la Universidad de Viena en cuanto a Medicina.- Es llamativo que una mujer y aun más una paciente de Freud, sin siquiera una formación previa, o práctica análoga avanzó a colaboradora. Habla de la creatividad del clima espiritual en el que ocurría la terapia psicoanalítica de Emma Eckstein, desde allí, sin quiebres, se gestó el entorno de un nuevo oficio". (1986, 78).
En 1902 la Sociedad Psicológica de los Miercoles se componía de los
médicos: Alfred Adler, Max Kahane, Sigmund Freud, Rudolf Reitler y Wilhelm Stekel; Emma
Ekstein por lo tanto no formaba parte de los miembros fundadores. Cinco años después, en
mayo de 1907 se llegó en la Sociedad de los Miércoles a una discusión acerca de las
médicas mujeres. Fritz Wittels público su referéndum de Rechazo bajo el seudónimo de
Avicenna en el periódico Die Fackel de Karl Kraus e influyó con sus conceptos
prejuiciosos en la no admisión de mujeres. Cuando Paul Federn en abril de 1910 propuso a
la médica Margarethe Hilferding (1871-1942) para su admisión en la Asociación
Psicoanalítica Vienesa todavía chocó contra una resonancia negativa. El médico y
psicoanalista vienés Isidor Sadger se expresó contrario a su admisión por "motivos
de principios", la elección fue postergada sin embargo luego en votación secreta de
la directiva, fue aprobada dos semanas después con 12 votos en 15 a favor. Hilferding ya
estaba integrada a la lista de miembros de la Asociación Psicoanalítica Vienesa en
octubre de 1909 probablemente inscripta en forma retroactiva (Nunberg y Federn 1977, II,
249).
Margarethe Hilferding había egresado en 1903 como una de las primeras estudiantes de
Medicina después de un cambio desde la Facultad de Filosofía en la Universidad de Viena.
Al mismo tiempo se comprometió con el Movimiento Social Demócrata, estaba casada con
Rudolf Hilferding el teórico socialista y posterior Ministro de Finanzas de la República
de Weimar. Margarethe Hilferding practicaba en el distrito comunal vienes n° 10, un
distrito obrero, y sus intereses estaban dirigidos fundamentalmente a cuestiones
educativas y de la mujer. En 1911 se declaró solidaria con los adeptos a Alfred Adler, se
fue de la Asociación Psicoanalítica Vienesa y pasó a ser activa en la Asociación de
Psicologia Individual. Sigmund Freud comentó su disidencia en una carta a Carl Gustav
Jung con las siguientes palabras: "nuestra única hembra doctoral toma parte de la
revuelta adleriana como una verdadera masoquista y no va a estar presente. Estamos
realmente en una total decadencia" (Freud, 1974, 488).
Hilferding sin embargo no fue la primera mujer que participó en las sesiones de la Asociación Vienesa. El 15 de diciembre de 1909 Louise de Karpinska (1871-1936) estuvo junto a Ludwig Jekels, probablemente su analista, como huésped en Viena. Provenía al igual que Jekels de Polonia y devino luego profesora de psicología en la Universidad de Lodz. Karpinska participó en total, cuatro veces de las reuniones, sin embargo no fue miembro en Viena. Quedó sin esclarecer si ella solicitó una membrecía y sólo se puede hacer suposiciones acerca de si después hubiera podido hacer su carrera académica como analista. De las Actas de la Sociedad de los Miércoles y de la Asociación Psicoanalítica Vienesa se pone en evidencia la participación de mujeres como huéspedes de las noches de discusión (comp. Nunberg y Federn 1976-1981).
Evolución del números de miembros de la Asociación Psicoanalítica Vienesa (1902-1938) y la participación de mujeres en cuatro años (Tab. 1).
Tabla 1
Año |
Total |
Hombres |
Mujeres |
Porcentaje |
1902 | 5 |
5 |
- |
- |
1906 |
17 |
17 |
- |
- |
1909 |
23 |
23 |
- |
- |
1910 |
43 |
42 |
1 |
2,3 |
1911 |
34 |
32 |
2 |
6,3 |
1914 |
34 |
31 |
3 |
8,8 |
1918 |
31 |
26 |
5 |
16,1 |
1921 |
37 |
32 |
5 |
13,5 |
1925 |
41 |
33 |
8 |
19,5 |
1926 |
50 |
37 |
13 |
26 |
1929 |
55 |
39 |
16 |
29,1 |
1931 |
58 |
39 |
19 |
32,8 |
1934 |
65 |
43 |
22 |
33,8 |
1937 |
68 |
37 |
31 |
45,6 |
Hasta el año 1925 cuando se constituyó la formación organizada en la Asociación Psicoanalítica Vienesa se votaron 14 mujeres como miembros regulares del grupo; de 1925 a 1937 fueron 29 más. A pesar del aumento de la participación de mujeres la relacion entre mujeres y hombres permaneció despareja hasta la lista de miembros publicada en el último Korrespondenzblatt de la Revista Internacional de Psicoanálisis (1937). Por esta razón en el próximo capítulo quisiera trabajar el incremento de las mujeres dentro de la Asociación Vienesa con una comparación de los años 1914, 1921, 1929 y 1937 y con ello elaborarlo en relación a las modificadas condiciones organizativas así como político-culturales. Cinco grupos regionales de la IPA (Berlín, Budapest, Londres, Nueva York, Zurich) sirven para la comparación.
La evolución entre 1914 y 1938.
1914
Hermine Hug-Hellmuth (1871-1924) fue de las tres psicoanalistas mujeres hasta 1918 la que ganó influencia en Viena (Graf-Nold 1988, Huber 1980). (3) Provenía de una familia católica-burguesa, su padre pertenecía a la Armada K. K. Hug-Hellmuth trabajaba como maestra, estudiaba en la Facultad de Filosofía de Viena y egresó en 1909 de la especialidad de Física. Como analizante y alumna de Isidor Sadger fue admitida en 1913, luego adquirió fama como pionera del Psicoanálisis de niños. Otras dos miembras de la A.P.V de 1914 fueron las médicas rusas Sabina Spielrein (1885-1941) y Tatiana Rosenthal (1885-1921). En 1911 ambas estuvieron por pocos meses en Viena y participaron en las sesiones. Spielrein y Rosenthal habían completado su formación médica en Zurich, Sabina Spielrein fue analizante de C.G. Jung en Zurich (Carotenuto 1986, Kerr 1993). Ambas analistas en 1914 ya no vivían en Viena. Rosenthal habitaba nuevamente en su ciudad natal St. Petersburgo, Spielrein en Berlín, en 1923 se mudó a su ciudad originaria Rostow en el Don. Ambas mujeres son pioneras del Psicoanálisis ruso (Etkind 1996). En este punto debe ser mencionada también la escritora rusa Lou Andreas Salomé (1861-1937). Llego a Viena en 1912 para conocer el Psicoanálisis con Sigmund Freud. Participó en las sesiones de la Sociedad Vienesa y en las reuniones de los Psicólogos Individuales en torno a Alfred Adler. Desde 1913 trabajo como psicoanalista en su consulta privada en Göttingen, oficialmente fue elegida como miembro de la APV en 1922.
1921
De 1914 a 1921 la cifra de miembros aumentó en total sólo con tres
personas y cinco de 37 eran mujeres (4)
Junto a Hermine Hug-Hellmuth, Helene Deutsch (1884-1982) pasó a ser miembro activo en
Viena. Sabina Spielrein en 1921 vivía y trabajaba en Ginebra. La polaca Eugenia
Sokolnicka (1884-1934) que ya en 1914 había participado en las sesiones de la
Asociación, en 1916 viviendo en Varsovia fue electa como miembro y practicaba en Paris
(Bertin 1989). Frida Teller (1889-19xx) hija de un librero formada literaria y
filosóficamente, vino por unas pocas sesiones a Viena. Vivía en Praga y era alli
colaboradora de la revista literaria Euphorion, en 1926 se retiró de la APV.
Tatiana Rosenthal ese año se quitó la vida en Rusia.
Helene Deutsch era la hija de un abogado judío reconocido en Galitzia y se había
recibido en la Facultad de Medicina de Viena. Durante la Primera Guerra Mundial trabajó
desde una posición directriz en la Clínica Universitaria de Psiquiatría. Terminó su
análisis con Sigmund Freud y fue miembro de la APV desde 1918. Deutsch se comprometió en
la organización de la formación psicoanalítica y se le confirió a fines de 1924 la
dirección del recientemente fundado Instituto de Enseñanza. Esta posición influyente la
acompañó hasta su emigración en el año 1934. A pesar de su traslado a Boston
permaneció siendo miembro de la A.P.V. hasta 1938 y con ello da cuenta de la membrecía
más extensa entre todas las mujeres. (Deutsch 1973, Roazen 1989).
Los breves esquemas biográficos de las primeras analistas ya dejan en claro la diversidad y amplitud de sus antecedentes profesionales, geográficos y familiares; además reflejan los diversos motivos para ocuparse profesionalmente del Psicoanálisis. Las mujeres representan en contraposición a sus colegas hombres en esta temprana fase, el carácter internacional del Psicoanálisis. Sólo dos de ellas habían nacido en Viena, las demás provenían de Rusia, Polonia, Galitzia, Hungría. Seis mujeres provenían de familias judías, una de familia católica y una protestante. La cuestión de si las vienesas originarias se sentían menos atraídas por el Psicoanálisis como posibilidad profesional o si eran excluídas por los hombres de allí, no se puede responder, pero la postura del Centro Vienés podría haber tenido efectos contraproducentes. De modo diverso que las mujeres, los visitantes del extranjero masculinos parecían preocuparse menos por una membrecía en Viena; mas bien se comprometían con la dirección de nuevos grupos regionales. Mujeres (como Spielrein, Sokolnicka, Rosenthal) organizaron grupos de discusión informales, hombres (como Jung, Ferenczi, Abraham) formaron en cambio grupos regionales oficiales de la IPA establecida en 1910. La opinión generalizada por la cual las primeras analistas fueron primero pacientes, sólo puede ser constatada en parte para las "vienesas". Las cuatro mujeres que en 1914 eran miembras, habían hecho experiencias prácticas analíticas como interesadas en el Psicoanálisis, dos de ellas confirmadas como pacientes. Esto se diferencia de los primeros analistas, de los cuales sólo pocos habían transcurrido por un análisis propio. La situación y posición de las mujeres se modificó desde que en 1925 se instaló una formación regulada en el instituto de enseñanza.
1929
Entre 1921 y 1929 la cifra de miembros aumentó de 37 a 55, la
participación de las mujeres se triplicó a 16 (5). Este incremento tiene diversos
motivos: el interés y la participación de las mujeres pueden estar en directa relación
con la creación del Instituto de Enseñanza en el cuál una mujer pudo obtener la
dirección especialmente destacable para la APV. Después de la emigración de Helene
Deutsch en el año 1934 se le confió esta función a Ana Freud (1895-1982), con lo que
el Instituto de Enseñanza desde su creación en 1924, hasta su disolución en el año
1938, estuvo permanentemente bajo dirección femenina.
El movimiento de formación y el ejercicio del Psicoanálisis estaban regulados
ampliamente en los estatutos y valían de modo igualitario para ambos géneros. El cambio
total político y cultural posterior a la Primera Guerra Mundial impulsó también una
reforma en el ámbito de las relaciones entre géneros y desde el punto de vista de las
normas y conductas sexuales que fueron llevadas adelante en Viena modélicamente por el
Movimiento Juvenil. La segunda generación de psicoanalistas mujeres y hombres que en gran
medida habían llegado al Psicoanálisis a través del movimiento juvenil, se sentían
comprometidos con estos cambios, es decir, los promovían ellos mismos. Por ello las
analistas mas jóvenes podían contar con el apoyo de los movimientos femeninos; en ello
se diferencian de las primeras pioneras del Psicoanálisis que tuvieron que organizar
mayormente sus caminos de formación como caminantes solitarias. El ascenso de las mujeres
en la participación profesional luego de la Primera Guerra Mundial se muestra de similar
manera en otras disciplinas y ramas profesionales (psicología, medicina, investigación
social). Chodorow resume esta fase del siguiente modo: "las Psicoanalistas de la
segunda generación pudieron devenir psicoanalistas porque el Psicoanálisis todavía
estaba en la fase de construcción, buscaba adeptos independientemente del género y
porque era una zona marginal, es decir, una disciplina menos respetada en ciencias
limítrofes como la Medicina. La Primera Guerra Mundial dirigió la mirada hacia la
psiquiatría justo en el momento en que esta rama disciplinaria abría posibilidades
profesionales a las mujeres" (Chodorow, 1987, 827).
1937
En la ultima lista de miembros publicada de la APV encontramos 31 mujeres y 37 hombres como miembros ordinarios y extraordinarios. (6) La participación de las mujeres constituyó por ello el 45 %. Si se toma en cuenta que de las 68 personas solo 49 vivían en Viena, el cuadro se modifica mínimamente (28 hombres y 21 mujeres = casi 43 %). Solamente en el año laboral de 1937 fueron admitidas siete mujeres y un hombre como miembros extraordinarios aparece la interrogante de en qué medida estas admisiones fueron codeterminadas por la arriesgada situación política que hacía pensar en una previsible disolución de la APV.
Chodorow en su visión panorámica sobre varios grupos psicoanalíticos llega a la siguiente conclusión: "Si bien las mujeres nunca llegaron a la mitad del total de los profesionales, sin embargo en el período entre 1920 y 1980 en los EE.UU. el 17% de los miembros eran mujeres, en Europa alrededor del 27% .Entre 1910 y 1920 en las asociaciones de Budapest, Berlín, Londres, New York y Boston había como mucho una o dos mujeres. Un segundo capítulo comienza alrededor de 1920 con el permanente incremento de mujeres en el Psicoanálisis tanto en Europa como en EE.UU. De ambos lados del Atlántico constituyen en los tardíos años treinta y los tempranos cuarenta alrededor del 30% de los miembros; en Inglaterra en los años de la Segunda Guerra Mundial se alcanza el máximo de 40%" (Chodorow, 1987, 803 y sig.). En los por mi elegidos años claves aparece un cuadro mas exacto: así por ejemplo en 1929 en Viena el 29% de los miembros eran mujeres pero en Londres casi el 40%. Mientras que el porcentaje londinense con el correr de los años disminuyó, la participación de las mujeres aumentó dentro de los grupos vienés, berlinés y de Budapest. Este último muestra con el 48% un máximo en la comparación internacional, seguido por la A.P.V. con una participación de mujeres de un 45%.
Tradición familiar, religión y procedencia de las mujeres.
De forma similar a los colegas masculinos, las psicoanalistas vienesas
provenían de la burguesía culta. De 31 mujeres cuyos datos familiares son conocidos se
puede concretar esto de la siguiente manera: once de ellas eran hijas de académicos y
maestros (entre ellas seis hijas de médicos), nueve hijas de comerciantes. Cinco mujeres
venían de familias de industriales y hacendados y tres analistas eran hijas de empleados
y miembros de la armada.
Dos tercios de las mujeres provenía de familias judías (74%), seis analistas tenían
procedencia protestante, cuatro mujeres católicas y una americana venía de una familia
cuáquera.
Tabla 2
Viena | Monarquía KK | Extranjeros | Total | |
Hombres | 42 (39,3%) | 45 (42,1%) | 20 (18,7%) | 107 |
Mujeres | 11 (25,6%) | 13 (30,2%) | 19 (44,2%) | 43 |
Total | 53 (35.3%) | 58 (38,6%) | 39 (26%) | 150 |
La procedencia no austríaca de las primeras psicoanalistas permaneció
como característica notoria. Sólo once analistas nacieron en Viena, un tercio (13) en
otros países de la monarquía Austrohúngara (seis en Galitzia, cuatro en Hungría, tres
en Bohemia), y casi la mitad de las mujeres provenía del resto del extranjero. Siete
norteamericanas que en los años veinte y treinta viajaron a Viena para su formación
psicoanalítica constituían el grupo más numeroso. Cinco mujeres nacieron en Rusia, tres
en Polonia, dos en Alemania, una provenía de Holanda y una de Suecia.
No se mostraban por lo tanto desde el punto de vista de la tradición familiar y religiosa
diferencias fundamentales de género, así estas indefectiblemente caen por su peso en
cuanto a la procedencia geográfica. El frecuentemente rígido y restrictivo sistema de
Enseñanza en sus países de orígen exigía de las mujeres una mayor flexibilidad y
movilidad. Las primeras analistas fueron simultaneamente pioneras en el estudio de la
mujer, así como también en el movimiento psicoanalítico. En los años veinte y treinta
ya no son de peso las condiciones limitantes, en lugar de ello se hacían notar las
diferentes exigencias de admisión de los distintos grupos regionales de la IPA en cuanto
a la relación entre géneros.
Gimnasios de chicas y estudios de mujeres. Egresos, elección de Estudios y Oficios de analistas mujeres.
En 1892 se instalo como formación permanente la "Sociedad para la
formación ampliada de mujeres" en Viena, el primer liceo para chicas, la
"Escuela liceal de chicas" establecida con seis años; desde 1896 las mujeres
podían llegar al Bachillerato. "La cifra de liceos para chicas aumentó al principio
de nuestro siglo de un salto. Mientras que en el año 1803 había solo un liceo para
chicas (con reconocimiento oficial) con 45 estudiantes en Zisleithanien, la cifra del año
1912/13 ya aumentó a 32 y 4.997 estudiantes. Sorprendentemente en la baja Austria
(inclusive en la capital y ciudad residencial de Viena) se encuentran en este año solo
tres liceos para chicas y 548 estudiantes, en Bohemia 4 y 843 estudiantes, en Galitzia
incluso 21 y 306 estudiantes" (Heindl 1990, 24).
Del total de 43 mujeres, que conforman la base de mi análisis, 23 habían concluido el
liceo. Catorce de ellas concluyeron el liceo (liceo de chicas) en Viena, nueve en los
países de la monarquía austro-húngara. Diecinueve mujeres visitaron un College o una
escuela media en los EE.UU., es decir en los otros países nombrados (la terminación del
liceo de Flora Klaus no es seguro). Sobre esta base buscaban una mayor calificación. Sin
embargo las mujeres en Viena recién pudieron inscribirse desde 1897 en la Facultad de
Filosofia, la Facultad de Medicina recién fue accesible para mujeres en 1900. Quienes
terminaban los liceos o instituciones de formación obtenían un derecho extraordinario de
oyentes en la Facultad de Filosofía. En el semestre de invierno 1897-98 en la Facultad de
Filosofía había inscriptas 37 oyentes ordinarias y extraordinarias. Todas las
estudiantes (en total 11), que se matricularon en 1900 en la Facultad de Medicina, habían
realizado antes otras experiencias de estudios (como por ejemplo Margarethe Hilferding
quien antes de sus estudios de Medicina había estudiado en la Facultad de Filosofía).
En comparación con ello las condiciones de admisión en la Universidad de Zurich eran mas
liberales. Aquí las mujeres (como Sabina Spielrein y Tatiana Rosenthal) podían ya
terminar sus estudios universitarios desde 1864. Desde marzo de 1896 en Viena se concedió
por parte del Ministerio de Cultura una autorizacion, que permitía la
"validación" de los títulos doctorales de Medicina en el extranjero de las
mujeres. A diferencia de los hombres sin embargo debían volver a presentar todas sus
"rigorosen" y a diferencia de ellos, incluso presentar un aval sobre su
"anterior vida moral y pura" (Comp. Heindl y Tichy 1990, Simon 1993).
Con la Primera Guerra Mundial y la caída de la monarquía en Europa en general se
modifico la perspectiva e imágen de las profesiones de las mujeres, lo que se expresó en
el incremento de su inscripción en las universidades así como en su profesionalización
en diversas carreras. (Comp. Anderson y Zinsser 1995). Helene Deutsch describe en su
autobiografía que a partir de la ausencia de hombres durante la Primera Guerra Mundial
pudo obtener una posición directiva en la clínica psiquiátrica (Deutsch 1973).
Mas de la mitad, es decir, 24 mujeres, habían terminado un estudio de Medicina y cinco
mujeres estudios en la Facultad de Filosofía (Filosofía, Historia, Física). De las 14
mujeres que no habían terminado estudios, por lo menos 3 estuvieron inscriptas por
algunos semestres en la Universidad, seis mujeres habían concurrido a una institución
magisterial, tres trabajaban en el ámbito de la Pedagogía Sanitaria y del Trabajo
Social.
Es interesante que Sigmund Freud en comparación con sus colegas no alentó a su hija a
estudiar en una Universidad, en esto el se diferencia de sus compañeros y amigos como por
ejemplo Ludwig Rosenberg y Oscar Rie que les posibilitaron a sus hijas Annie Angel-Katan y
Marianne Kris el estudio de la Medicina.
Quince psicoanalistas mujeres habían terminado sus estudios en Viena (10 en la Facultad
de Medicina y 5 en la de Filosofía).
La relacion con la base profesional médica es establecida por Chodorow en su estudio: "Prácticamente
el 100% de los analistas y un 90-100% de las analistas en los EE.UU. son médicos. En
Europa, donde la participación de las analistas es mucho mas alta, alrededor del 80% de
los analistas, pero solo el 50% de las analistas son médicos, es decir, medicas"
(Chodorow 1987, 826). Para los psicoanalistas de la Asociación Psicoanalítica Vienesa
entre 1902 y 1938 las relaciones en este aspecto eran las siguientes: casi un 56 % de las
psicoanalistas eran médicas y alrededor de un 71% de los/las psicoanalistas eran
médicos, es decir en Viena habia mas mujeres y menos hombres formados en Medicina.
Inclinación al psicoanalisis, experiencias psicoanalíticas propias
En el correr de la primera guerra mundial se ampliaron las
posibilidades de llevar una vida fuera de casa y familia, las mujeres querían tomar parte
activa en la vida profesional y se esforzaban por obtener una ampliación de sus roles
sociales. La Psicología y el Psicoanálisis obtenían una posición fundamental en la
cultura de la cambiante sociedad de la "Viena Roja" (1918-1934). La incrementada
experiencia profesional, el influjo del movimiento juvenil pero también los logros
políticos como la obtención del derecho (pasivo) al voto, jugaban en ello un rol
determinante. La represión nuevamente instalada de los oficios tradicionalmente
"masculinos" luego de los años de guerra, motivó que se orientaran a ciencias
mas libres e innovadoras (Comp. Anderson y Zinsser 1995).
La joven, todavía poco respetada, pero en general comprometida y creciente ciencia del
Psicoanálisis ofrecía a las mujeres perspectivas de oficio y posibilidades de carrera.
Sigmund Freud era para hombres y mujeres por igual una figura carismática que enaltecía
el interés en la "Ciencia de lo Inconciente" en Viena. Freud impresionaba menos
a las mujeres como profesor universitario que como analista practico. De los 258 oyentes
en total (48 mujeres) en sus conferencias en la Universidad de Viena (1886/7-1918/19)
fueron admitidos 28 como miembros en la Asociación Psicoanalítica Vienesa, entre ellos
Margarethe Hilferding, Hermine Hugh-Hellmuth, Helene Deutsch (Comp. Gicklhorn 1960). En
contraposición 10 de las 43 miembros femeninos de la APV hacían experiencias
psicoanalíticas personales con Sigmund Freud, es decir Dorothy Burlingham, Helene
Deutsch, Edith Jackson, Jeanne Lampl-de Groot, Ruth Mack-Brunswick, Caroline Newton,
Erzebet Révész, Eugenie Sokolnicka, Sabina Spielrein. Cuatro de ellas eligieron a Ana
Freud como analista pero Helene Deutsch sorprendentemente no fue una elección para las
"vienesas". Menos cinco mujeres de las que no se pudo encontrar testimonios mas
exactos, todas las psicoanalistas habían realizado un análisis propio.
A diferencia de sus colegas hombres casi todas las mujeres después de su formación
psicoanalítica fueron activas en sus propias practicas. El hecho de que las mujeres se
sometían mas que los hombres a un análisis propio podría ser co-determinante de la
posterior actividad práctica y con ello de las imágenes profesionales vinculadas. La
mayoría de los socios hombres no habían hecho una experiencia analítica y tampoco eran
activos en la practica analítica propia, mas bien introdujeron al psicoanálisis en su
actividad profesional o la aplicaron en otros campos.
El hecho de que la mayoría de las mujeres fuera admitida luego de la apertura del
Instituto de Enseñanza, que el propio análisis por lo tanto fuera obligatorio en la
formación, determinó su siguiente posibilidad y elección profesional.
Duración media de la Afiliación de las mujeres, sus funciones y
campos de acción.
Tabla 3
Duración de la afiliación.
0-1 año | 1-3 años | 3-5 años | 5-15 años | 15-20 años |
J. Deming | E. Heilpern | B. Bornstein | A. Angel-Katan | L. Andreas- Salomé |
R. Eissler-Selke | S. Kempner | S. Bornstein | G. Bibring | H. Deutsch |
B. Grünspan | F. Deri | D. Burlingham | A. Freud | |
M. Hawkins | F. Kraus | E. Buxbaum | B. Rank | |
M. Hilferding | J. Lampl-de Groot | S. Gutmann | ||
E. Jackson | M. Mahler | M. Herz | ||
A. Mänchen | L. Roubiczek | H. Hoffer | ||
E. Révész | R. Walk | H. Hug-Hellmuth | ||
J. Stross | M. Kris | |||
E. Levy | ||||
R. M-Brunswick | ||||
C. Newton | ||||
A. Reich | ||||
T. Rosenthal | ||||
E. Sokolnicka | ||||
S. Spielrein | ||||
E. Sterba | ||||
A. Tamm | ||||
F. Teller | ||||
J. Wälder |
La psicoanalista húngara Erzsebet Révész en 1918 fue miembro de la
A.P.V solamente durante unos pocos meses. En total 9 mujeres fueron aceptadas como
miembros por menos de un año, salvo Hilferding y Révész en 1937 un año antes de la
disolución de la Asociación. Cuatro mujeres estuvieron más de 15 años en la
Asociación Vienesa. Lou Andreas Salomé (de 1922 hasta su muerte en el año 1937), Helene
Deutsch (de 1918 a 1938), Ana Freud (de 1922 a 1938) y Beate Rank (de 1923 a 1938). Helene
Deutsch y Beate Rank abandonaron Viena ya antes de 1938; Deutsch emigró en 1934 a Boston,
Rank ya en 1926 se había mudado a Paris y fue igualmente a Boston en 1936. La edad
promedio de las mujeres en su ingreso en la Asociación Psicoanalítica Vienesa era
alrededor de los 37 años, la más joven al momento de su admisión tenía 26 años, la
mayor 61. Si se tomara en cuenta el hecho de que algunas mujeres fueron incluídas como
miembros de asociaciones psicoanalíticas filiales la edad promedio podría variar en
relación. En lo que respecta al momento de la admisión llama la atención que a
diferencia de los hombres ninguna mujer fue miembro de la Asociación Vienesa durante sus
estudios universitarios.
Catorce psicoanalistas vienesas estaban casadas con psicoanalistas. En contra de la
opinión generalizada por la cual en los matrimonios de psicoanalistas el marido aparecía
como teórico o como directivo dentro de la organización, la esposa por otra parte como
buena clínica o formadora (comp. Chodorow 1987), las relaciones vienesas muestran otra
imagen. Por ejemplo Helene Deutsch era tanto teórica como también directiva del
Instituto de Enseñanza y por ello en una posición directiva, la bibliografía de Grethe
Bibring-Lehner es el doble de abarcativa que la de su marido, Edita Sterba dirigía un
lugar de orientación para niños, y Jeanne Lampl de Groot publicó más y realizó
trabajos más influyentes que su esposo. En el exilio norteamericano Marianne Kris fue la
primera presidenta de la "Asociación Psicoanalítica de Niños". Las mujeres
sin embargo se ocupaban fundamentalmente de la clínica y de su práctica psicoanalítica.
Sus perfiles profesionales y sus trabajos teóricos se basaban sobre todo en su
experiencia practica. El modelo creciente que se delineaba en los colegas médicos en
cuanto a institucionalización y profesionalización se ve también en las mujeres; las
diferencias son menos marcadas de lo que se suponía hasta el momento. Sus listas de
publicaciones son por una parte mas cortas en promedio pero las casi 90% mujeres
estudiadas por mí, publicaban sus trabajos científicos y solamente de cinco mujeres
psicoanalistas no se pudieron rastrear publicaciones.
Influjo y jerarquía, campos temáticos y elementos de trabajo fundamentales de las mujeres
El éxito y la influencia de un psicoanalista son difíciles de medir.
¿Es más importante la función y el influjo del presidente o vicepresidente que la del
director de un instituto de enseñanza? ¿Es mas exitoso el analista con una cantidad de
libros de texto, que el que publica para un ámbito de lectores mas amplio y es recibido
por ellos? ¿O no es ante todo el analista de formación o el supervisor el que influye a
sus estudiantes en el encuentro diario o semanal?
Los campos de conocimiento en los que las mujeres tuvieron influencia fundamental y por
los que siempre se destacaron, abarcan el desarrollo teórico y práctico del
Psicoanálisis de Niños, así como de la Psicologia de la Mujer y la Femineidad. Desde el
principio las mujeres y los niños estuvieron en el centro de la teoría y de la práctica
psicoanalítica, y a las mujeres mas allá de ello se les adjudica una especial capacidad
de comprender empáticamente estos campos. Ya en 1911 C. G. Jung había hablado en una
conferencia en Bruselas sobre la problemática del análisis de niños: "...con
niños un poco mayores se aplica como se ha dicho el análisis casi como con los adultos.
Para el médico por otra parte es un deber amargo, porque los niños a menudo tienen ante
él, demasiado respeto y miedo. Tales análisis pueden ser mejor llevados a cabo por
mujeres. Yo ya he formado a algunas damas, fundamentalmente con el objetivo del
tratamiento de niños. Parece que esto para las mujeres se convierte en un nuevo y muy
hermoso oficio. Yo hago que mis análisis de niños sean llevados a cabo por una asistente
mujer y he llegado a través de larga experiencia a la conclusión que las mujeres deben a
su empatía psicológica natural el ser mucho más adecuadas para este trabajo que los
hombres" (Jung, 1911).
Al mismo tiempo con esta adjudicación y destaque unilateral, hay que subrayar que muchos
de los desarrollos teóricos concebidos por mujeres que no pueden de ninguna manera
alinearse de modo parcial a estos campos, fueron recepcionados tardíamente (por ejemplo
los trabajos de Lou Andrea Salomé, Sabina Spielrein, Ruth Mack Brunswick, Annie Reich);
este hecho seguramente llevó a distorsiones.
Helene Deutsch realizo dentro de la Asociación Psicoanalítica Vienesa en la
Investigación de la Psicologia de la Mujer y de la Sexualidad Femenina, trabajo de
pionera, pero temas específicos de mujeres también se encuentran en las bibliografías
de casi todos los demás analistas. El que del lado de las analistas vienesas no se haya
llegado a ninguna crítica fundamental en las visiones de Freud, en cuanto al desarrollo
psicosexual de la mujer y la femineidad es criticado fuertemente desde la visión de hoy:
"Referido a las mujeres, la Psicología repetía, así como tantos otros movimientos
progresistas intelectuales, las limitaciones mas antiguas y estrechas de su rol en la
vida. Fundamentaban viejísimas tradiciones de dominancia masculina con la autoridad que
brinda la novedad de una joven ciencia. La Psicología que se instauraba como comprensión
científica de la psique humana y sus motivos, confrontaba a sus críticos, mas allá de
sí mismos, con un sistema cerrado. Quien no estaba de acuerdo con sus axiomas, debía
permitir que se le dijera que no comprendía sus motivos inconscientes personales"
(Anderson y Zinsser 1995, 252).
Helene Deutsch y Ana Freud se comportaban conformes frente a las concepciones teóricas de
Freud con quien ambas habían realizado su análisis. Por otra parte Jeanne Lampl de Groot
se cuenta entre las analizandas de Freud autora de trabajos específicos sobre mujeres
influyentes. Siempre se ha subrayado que Freud respetaba y estimaba a las mujeres, la
divergencia, a la competencia y a las escisiones se llegó ante todo a través de los
hombres. La distancia geográfica les permitió a algunas psicoanalistas formular sus
reconocimientos divergentes más fácilmente (así Karen Horney en Berlín y Nueva York y
Melanie Klein en Berlín y Londres. Karen Horney, quien desde los años 20 publicara sus
trabajos discrepantes con Freud, recién en 1941 después de muchos años de conflicto se
separará de la "New York Psycoanalytic Society". Fue la primera vez que una
mujer se vio necesitada de un semejante paso.
La especial atención de las y los analistas de Viena fue hacia la Pedagogía
psicoanalítica, la Psicología y el Tratamiento Terapéutico del Niño; muchos de tales
proyectos fueron hechos realidad por mujeres, luego de la Primera Guerra Mundial, en la
"Viena Roja" gobernada por la social-democracia hasta 1934. Lo mismo vale por
otra parte para los Psicólogos de la escuela Bühler en la Universidad de Viena, los
Psicólogos Individuales en torno a Alfred Adler y los Investigadores Sociales Empíricos
alrededor de Marie Jahoda y Paul Lazarsfeld. En 1923, un año después de la apertura se
le unió al Ambulatorio de la Asociación Psicoanalítica Vienesa la primera Asesoría
para problemas del Aprendizaje, cuya dirección fue asumida desde el inicio por Hermine
Hugh-Hellmuth. A su muerte la siguieron Flora Kraus y después Edita Sterba. En 1932
abrió una nueva Asesoría del Aprendizaje bajo la dirección de August Aichhorn.
Margarethe Mahler-Schönberger inició un primer modelo de Consulta Asistencial para
niños así como su colega Edita Sterba colaboró con el Instituto Asistencial de August
Aichhorn perteneciente a los Circuitos Regionales Vieneses (comp. Kerbel 1992).
La formación psicoanalítica en niños fue sistematizada por Ana Freud y ante todo por
los miembros femeninos de la Asociación y ejercía una gran fuerza de atracción en
Viena. En su denominado "Seminario de Niños" se discutía y seguía el
análisis de niños durante largos períodos. A las mujeres les fueron confiadas funciones
directivas en la materia del análisis de niños en teoría y práctica así como en los
programas de formación para Pedagogos, Maestros y Maestras Especializadas en
Preescolares, sin embargo había también hombres que participaron muy particularmente
(por ejemplo August Aichhorn, Siegfried Bernfeld, Willi Hoffer). Por iniciativa de la
norteamericana
Dorothy Burlingham se fundó en 1927 la primera "Escuela psicoanalítica", que
construyó para sus 4 hijos como forma alternativa de Enseñanza. En la escuela
Burlingham-Rosenfeld en Wien-Hietzing participaron miembros de la Asociación Vienesa en
una pedagogía orientada psicoanaliticamente. (Göpper 1991, Heller 1994).
En 1936 Edith Jackson también proveniente de los EE.UU. otorgó los medios para el
establecimiento de un grupo de niños pequeños (Jackson-Day-Nursery). El Hogar Diurno fue
instalado en la "Casa de los Niños" en el Rudolfsplatz de Viena. La fundadora
de la casa fue Lili Roubiczek representante máxima de la Pedagogía Montessori en Viena;
de 1931 a 1935 fue miembro de la Asociación Psicoanalítica de Viena. La Jackson-Nursery
fue "la primera institución que estuvo en el centro del interés de la
observación sistemática extra analítica de lactantes y niños pequeños en su
desarrollo y adaptación social paulatina y con ello fue la antecesora de aquel trabajo,
que (en el exilio) se realizó en el marco de la Clínica Hampstead de Ana Freud y sus
colaboradores" (Huber 1979, pág. 395). Cuando en 1926 Heinrich Meng y Ernst
Schneider fundan el Periódico de Pedagogía psicoanalítica, este foro se ofreció
a los trabajos temáticos específicos de las mujeres. La redacción de la dirección sin
embargo permaneció en los años de inicio en manos de hombres. Las iniciativas de las
mujeres, su participación personal y creativa en el movimiento psicoanalítico pero
también sus fuentes financieras (Burlingham y Jackson pusieron a disposición dinero para
proyectos) ayudaron a ampliar las posibilidades de investigación y a traer nuevos
candidatos para la formación psicoanalítica.
En la enseñanza y formación que se puede documentar sistemáticamente desde la apertura
del ambulatorio (en el cual también se daban los primeros cursos de enseñanza), solo
estaba nominada Helene Deutsch como analista de formación en el año laboral de 1923/24.
Pero en 1936 la distribución con ocho mujeres y 9 hombres como analistas de formación y
de control, practicamente se empareja.
Emigración y exilio de las analistas vienesas; sus países de exilio preferidos y destinos posteriores
Ya antes de la toma del poder del partido nazi en Alemania se llegó en
el caso de las analistas vienesas a algunos cambios regionales, quienes estaban en
formación (fundamentalmente en Berlín) aquí no serán consideradas. Las dos
norteamericanas Caroline Newton y Estelle Levy volvieron en 1924 y 1932 a los EEUU. Ambas
siguieron inscriptas como miembros de la Asociacion Psicoanalitica vienesa, ya que como
"analistas de formación" encontraron dificultades de admisión en las filiales
norteamericanas. Beate Rank con su marido Otto Rank se mudó en 1926 a Paris, en 1936 a
Boston y se mantuvo miembro del grupo vienés hasta 1938.
En 1933/34 cinco mujeres de la Asociación Psicoanalítica Alemana fueron admitidas en la
Asociación Psicoanalítica Vienesa. Berta Bornstein y Jeanne Lampl de Groot emigraron a
Viena, Annie Reich, ya desde 1918 a 1930 miembro del grupo vienes, asi como Steff
Bornstein y Franziska Deri a Praga. En Praga en 1933 se pudo establecer la filial de
trabajo psicoanalítico de Praga unida a la Asociación Psicoanalítica Vienesa, cuya
dirección fue asumida por Deri hasta 1935. Entre 1934, luego del triunfo del
austrofascismo y el establecimiento del Standestaat en Austria y el Anschluss en marzo de
1938 emigraron en total siete mujeres: Lili Rubischek, Edith Buxbaum, Helene Deutsch,
Beate Rank, Annie Angel-Katan, Edith Jakson, Franziska Deri. En casi todos estos casos fue
la situación política la que dio el impulso y decisión para la emigración. Helene
Deutsch abandonó Austria luego que su hijo se unió a un grupo de resistencia contra el
régimen clerical y fascista de Dollfuss y fue encarcelado, Edith Buxbaum se vió obligada
a su emigración luego de su prisión en el año 1935; Annie Angel-Katan y Rubischek se
comprometieron igualmente con los socialistas compelidos a la ilegalidad y por ello fueron
amenazadas y perseguidas políticamente. Deri aceptó en 1935 una invitación a Los
Angeles.
La norteamericana Edith Jackson volvió en 1937 a su patria.
Después del Anschluss el éxodo de los psicoanalistas y las psicoanalistas vieneses se
concretó (comp. Mühlleitner, Reichmayr 1995).
De las 31 mujeres que en la última lista publicada de los miembros de la Asociación
Vienesa aparecían como miembros ordinarios y extraordinarios, en este momento 21 mujeres
aún tenían su residencia en Viena.
Lou Andreas-Salomé y Erzsebet Révész murieron en 1938 de muerte natural (?***). Hugh
Hellmuth en 1924 había sido asesinada por su sobrino, Rosenthal y Sokolnika se habían
suicidado en 1921 y 1924 respectivamente
Solo 5 mujeres no emigraron: Alfhild Tamm que ejercía en Suecia no sufrió persecuciones
de los nacionalsocialistas. Steff Bornstein-Windholzova murió en Praga en 1939 antes de
su huída planeada a los EE.UU. Margarethe Hilferding fue deportada de Viena a
Theresienstadt y murió en 1942 durante un nuevo transporte a un Campo de Exterminio.
Salomea Kempner probablemente perdió la vida en el Gheto de Varsovia y Sabina Spielrein
en 1941 durante un Progrom de los nacionalsocialistas en su ciudad rusa de orïgen:
Rostok. El destino de Frida Teller luego de su deserción de la Asociación
Psicoanalítica Vienesa es desconocido.
Como para muchos colegas en Viena, el lugar de orígen del movimiento psicoanalítico
luego de la Segunda Guerra Mundial no resultó atractivo para un retorno: Flora Kraus fue
una de las poquísimas personas que resolvió su reemigración a Austria en 1947. En 1939
había huído a Inglaterra y desde allí había proseguido hacia los EE.UU. Ya que en 1928
se había retirado de la Asociación Psicoanalítica Vienesa también quedó sin aclarar
si continuó practicando como analista.
Trayectoria profesional y carreras de los analistas "vieneses" en el exilio
La edad promedio de las mujeres en el momento de la emigración estuvo
en torno a los 42 años y medio. Un estudio terminado, una formación disciplinaria
finalizada, la experiencia propia teórica y practica en Psicoanálisis así como bases
materiales medianamente seguras, facilitaron la admisión e integración en los países
del exilio. La I.P.A. organizó una red de ayuda efectiva para miembros y sus familias.
Dieciocho analistas mujeres emigraron a los EE.UU. hasta fines de 1939, 8 a Inglaterra (de
estas 8 mujeres hasta 1942, cinco siguieron a EE.UU.. 6 mujeres huyeron a otros países
del exilio (Palestina, Holanda, Suiza, Francia); 3 de ellas fueron a los EE.UU.. Rosa Walk
que pudo llegar a Francia fue apresada por la Gestapo y se suicidó en Paris en 1942.
En total 26 de las 33 emigrantes "vienesas" se establecieron en EE.UU. (Newton y
Levy incluidas).
"En este tiempo ante todo en los EE.UU., el prestigio del Psicoanálisis en la cultura general estaba creciendo a ojos vistas y la demanda de Psicoanalistas y analistas de formación era casi un exceso. Muchas de las mujeres estaban formadas antes de la guerra en Europa Central, donde la discriminación profesional sobre todo en el ámbito de la Medicina no era tan marcada. Llegaron en un momento oportuno a norteamerica y así asumieron posiciones de responsabilidad en hospitales y en los institutos que casi no podían cumplir con los requerimientos, como formadoras y supervisoras". (Chodorow 1987, 813).
Los EE.UU. e Inglaterra devinieron, también por la cantidad de
emigrantes los nuevos centros del Psicoanálisis (comp. Mühlleitner y Reichmayr 1995;
Halle 1995).
Ana Freud fundó durante la Segunda Guerra Mundial las War-Nursery, después el Hampstead
Child Therapy Course y la Clinica Psicoanalítica asociada a él. Esta institución
permitió a algunos pocos psicoanalistas exiliados (pero también a algunas colegas mas
jóvenes, candidatas de la APV) la prosecución de su trabajo. Ana Freud contribuyó con
su compromiso y su trabajo en forma muy importante a la salvación del Psicoanálisis
luego de la expulsión de los países centroeuropeos (comp. Fenichel 1998).
De las 8 vienesas luego del ingreso de Inglaterra a la Segunda Guerra Mundial, 3 en
Londres: Ana Freud, Hedwig Hoffer-Schaxel y Josefine Stross. Las demás emigraron a los
EE.UU. Junto a la situación política precaria las tensiones teóricas dentro de la
British Psychoanalytical Society con Melanie Klein (King, Steiner 1994), pero también la
muerte de Sigmund Freud en setiembre de 1939 fueron motivos importantes para abandonar el
país.
A pesar de las líneas directrices internacionales fijadas para la formación
psicoanalítica desde el año 1925 (Comisión de Enseñanza Internacional) se llegó sin
embargo a controversias ante todo en relación con la admisión de no médicos. La
American Ps.A. siempre intentó impedir la formación de "legos" americanos en
Europa y rechazó la formación de no médicos en forma oficial desde 1938. Los
desarrollos de este tipo ya habían llevado a que en los años anteriores las
norteamericanas Newton y Levy y siguieran apareciendo como miembros en Viena, desde 1938
Newton no aparecía en ninguna filial norteamericana. Else Heilpern y Estelle Levy -por
corto tiempo aparecieron como "Listed Lay Analist" en Los Angeles- ejercieron
todavía por corto tiempo; los destinos profesionales posteriores de las tres mujeres
hasta ahora no se han podido reconstruir ya que no pertenecieron mas a ningún grupo
psicoanalítico.
Hombres y mujeres que no pudieron demostrar la finalización de una carrera de Medicina,
contaron con dificultades en la admisión en las filiales norteamericanas. Algunos
psicoanalistas prominentes como Berta Bornstein, Frances Deri y Ana Mänchen fueron
admitidas por la American P.A. con un status especial y pudieron continuar con la
designación de "Associate member" "Listed lay-analist" o
"Special member" en su actividad de enseñanza y formación con limitaciones.
Las discusiones críticas en relación con estas medidas restrictivas permanecieron sobre
la base de la adaptación necesaria a las condiciones institucionales del país de exilio,
junto a ello hubo que adquirir una nueva lengua profesional y cotidiana y la necesidad de
realizar diversas pruebas disciplinarias. Como las mujeres también tenían que ocuparse
de la formación y cuidados de sus hijos y parientes en principio no estuvieron tan
presentes en las As. Psicoanalíticas como sus colegas hombres (comp. Jacoby 1985).
Algunos pocos exiliados se esforzaron por crear mejores condiciones para los analistas
legos intentando así continuar con una de las "tradiciones vienesas". Marianne
Kris fundó por ejemplo en 1965 la "Association for Child Psychoanalysis" y pudo
con esta creación instaurar también una formación psicoanalítica en niños para
no-médicos.
Catorce de las 26 emigrantes en las EE.UU. eran médicas; podían trabajar en
investigación y docencia y asumir puestos importantes en las Asociaciones. En
contraposición a las mujeres en otras profesiones se puede decir que en el caso de las
psicoanalistas había más posibilidades de diversificación de carreras. Seguramente
habían solicitado ya antes de la emigración el reconocimiento de sus carreras, ya que
eran formadoras y supervisoras de estudiantes americanos en Viena. Trabajos importantes
habían sido traducidos al inglés, Revistas como el International Journal of
Psycho-Analysis habían sido dadas a conocer en el ámbito anglo-americano al principio de
los años 20 con las psicoanalistas vienesas como autoras.
Nueve de las emigrantes vienesas devinieron presidentes o vicepresidentes de las
Asociaciones psicoanalíticas arribaron por tanto a posiciones que en Europa raramente
eran ocupadas por mujeres. Del mismo modo encontraron en el exilio anglo-americano mejores
oportunidades de ascenso académico que en las Universidades vienesas o de otras
universidades europeas. Por lo menos siete de las emigrantes vienesas devinieron
profesoras en universidades americanas, doce trabajaban en posiciones de relieve en
Hospitales. Aparte de las limitaciones más arriba mencionadas casi todas las
psicoanalistas emigradas hicieron carrera en los institutos de enseñanza de las
Asociaciones filiales.
En cuanto a los puntos de mayor interés, ocurrió de modo similar. Las mujeres
continuaron en el exilio sus proyectos iniciados en Viena. Estos se concentraban ante todo
al Psicoanálisis de Niños, la investigación de la relación Madre-Niño en
instituciones sociales como escuelas, hogares y jardines de infantes.
"Pese a las posiciones dirigentes y significativas de las mujeres dentro del Psicoanálisis y la mayoría de mujeres en centros como Boston, Chicago y Washingon-Baltimore la exclusión de las mujeres de las Escuelas Superiores de Medicina llevó a una desventaja para aquellas que querían devenir psicoanalistas Es posible, a pesar de no haber documentos concretos que lo demuestren, que las psicoanalistas de la segunda generación, quienes precisamente cuando la admisión de las mujeres descendió, justo tenían gran influencia en la formación, no pudieron aceptar este retroceso en base a su historia de vida e identidad diversa. No eran conscientes de no estar luchando por la presencia de mujeres en el Psicoanálisis, en la medida que en sus seminarios de formación la mayoría casi exclusiva de concurrentes eran hombres" (Chodorow 1987,826 y sig.).
A pesar de que con la emigración de las psicoanalistas de Europa (y de las norteamericanas formadas en Europa) el porcentaje de las mujeres practicantes en principio creció en los EE.UU., a partir de 1950 la cifra de Afiliadas mujeres de las Asociaciones filiales americanas descendió. Recién en los últimos 20 años se encuentra nuevamente mayor participación femenina en el Psicoanálisis norteamericano; un efecto que probablemente hay que suponer derivado de la pérdida de prestigio que ha experimentado el Psicoanálisis en los EE.UU.
Resúmen
El estudio precedente pretendió a través del análisis de datos empíricos, responder a las preguntas de por qué, en qué momentos y en cuáles ramas, las mujeres se hacen visibles en un campo profesional. El resultado es que la presencia e influjo de las mujeres en el movimiento psicoanalítico no parece ser un fenómeno extraordinario, sino que se hace comprensible sólo dentro del contexto socio-político y en comparación entre grupos regionales de la Asociación Psicoanalítica. Las influencias externas, ante todos los cambios políticos durante y después de la Primera Guerra Mundial con las exigencias de una nueva generación que provenía de los principios de la igualdad de derechos, favorecieron la participación femenina. Desde el punto de vista de las mujeres esto era natural y no dirigido o acompañado necesariamente por reclamos feministas (?****). Desde el punto de vista científico o profesional no resulta en una relación directa entre Psicoanálisis y Feminismo, las pacientes eran desde el principio para la teoría y práctica del Psicoanálisis codeterminantes y la primera colaboradora profesional de Freud fue una mujer. Desde el momento en que las Facultades de Medicina, pero también otros campos profesionales dominados por hombres, abrieron sus puertas a las mujeres, se puede observar un aumento de ellas y el Psicoanálisis no fue una excepción. En sus comienzos también se puede tomar en cuenta que las mujeres pudieron incluirse en ámbitos de menor prestigio y allí también de modo más duradero establecieron "nichos" que a través de un muy difundido prejuicio fueron vistos como específicos de género.
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Young-Bruehl, E. (1995): Anna Freud. Eine Biographie. 2 Bde, Wien (Wiener Frauenverlag).
Notas:
* Este trabajo apareción en: Psyche 54 (2000) Pág. 642-668.
Se trata , en este estudio de un recorte dentro de un análisis abarcativo, el cuál evalúa los datos de todos los miembros de la Asociación Psicoanalítica de Viena (Mühlleitner 1992), y continúa trabajos ya publicados (Mühlleitner & Reichmayr 1995,1997). Brita Kerbi reunió ya la primera documentación en relación a los miembros femeninos de la A.P.V de 1937 (Kerbi 1992). Quisiera agradecer por la discusión y estímulo con Traudi Evers, Claus Leggewie, Johannes Reichmayr y Aleksandra Wagner.2
Nancy Chodorow (1987,1989) investigó el significado de las mujeres en el Psicoanálisis y apoyó su trabajo socio-histórico en Entrevistas, que pudo llevar adelante con psicoanalistas en los EE.UU. Algunas de sus preguntas fueron tomadas en cuenta por mí en la presente evaluación y revisadas. La psicoanalista norteamericana Nellie Thompson (1987) está realizando una investigación histórica muy abarcativa en estos momentos.3 En 1914 encontramos la siguiente distribución: Berlín (4 Mujeres, 17 Hombres); Budapest (7 Hombres); Londres (15 Hombres); New York (1 Mujer, 10 Hombres); Zurich (6 Mujeres, 31 Hombres).
4 Berlín (4 Mujeres, 16 Hombres); Budapest (2 Mujeres, 16 Hombres); Londres (8 Mujeres, 32 Hombres); New York (4 Mujeres, 25 Hombres); Zurich (3 Mujeres, 33 Hombres).
5 Berlín (14 Mujeres, 29 Hombres); Budapoest (5 Mujeres, 12 Hombres); Londres (22 Mujeres, 36 Hombres); New York (8 Mujeres, 42 Hombres); Zurich ( 4 Mujeres, 29 Hombres)
6 Berlín ( 10 Mujeres, 17 Hombres); Budapest (12 Mujeres, 13 Hombres); Londres (24 Mujeres, 48 Hombres); New York (14 Mujeres, 57 Hombres); Zurich (4 Mujeres, 20 Hombres).
(**) La presente bibliografía es textual del trabajo publicado en alemán.
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) El signo de interrogación es de la traductora, nos sorprende la falta de análisis de estas muertes ocurridas precisamente en el año de la Anexión de Austria al nazismo. Tal vez sea un exceso dudar de la "naturalidad de la muerte" en este año preciso y tratándose de personajes tan especiales como Lou y Erzsebet Révész. (D. H.)(****
) La traductora inserta este signo de interrogación en relación a la afirmación de la autora "no dirigido o acompañado necesariamente por reclamos feministas" dado que esta "nueva generación ...provenía de los principios de la igualdad de derechos..." Pensamos que los reclamos feministas eran parte del pensamiento de estas mujeres y que como tales se deberían considerar importantes e imposible descartar la "relación directa entre Psicoanálisis y Feminismo..." pues ya sea en forma directa o indirecta tanto sus actitudes como lo determinantes que fueron en el surgimiento del psicoanálisis no se puede pensar sin esta vinculación.