"/.../Durante muchos años habíamos compartido el Dr.Rosenblueth y yo la convicción de que los campos más fructíferos para el desarrollo de las ciencias eran aquellos que habían quedado desatendidos como tierra de nadie entre las distintas especialidades establecidas. Desde tiempos de Leibniz no ha existido probablemente nadie con semejante dominio sobre la actividad intelectual de una época. Desde entonces la competencia científica se ha ido restringiendo cada vez más a los especialistas, circunscritos a unos campos con progresiva tendencia a estrecharse./.../ Puede haber topólogos, acústicos o coleopteristas que dominen la jerga de su especialidad y conozcan toda la literatura de su especialidad y ramificaciones, pero la mayoría de las veces considerarán cualquier otra disciplina como algo propio de un colega/.../y creerán que cualquier interés por su parte hacia el tema es una injustificable violación de una exclusiva./.../" N. Wiener.
VER DE calambur que señala, desde lo implícito en el subtítulo, hacia la
lógica del lenguaje. ¿Ambientalismo/Industrialismo o problema de
información en in-forma-ción e in-formá-tica?
De formación y deformación en la información: trans-forma-ción.
Se clama y re-clama de un lado y se llama a clamar y reclamar del otro con más énfasis.
Vida anímica de lados opuestos. Forma, in-formación y de-formación versus forma,
in-formación y de-formación. Par de forma y formas de re-clamar. Pero se aprecia con
claridad que se trata primero de un problema par de valor y valor-es. Par de pares de
opuestos. ¿Una cuestión dialéctica? Me refiero a lo que la cultura humana supo expresar
desde lo milenario de Salomón y Heráclito y lo centenario de Smith, Ricardo, Fichte,
Hegel, Feuerbach, Darwin, L.Strümpell, Marx, Engels, Menger, Breuer, Freud y Ortega,
lectura de Freud de Lacan y lectura en lo más reciente en la historia de ambas márgenes
del Río de la Plata, es decir, lectura de eso que sería Das Kapital de "la
plata". Me refiero a lo que Lacan y Bleger recogen de Reich y éste de Freud y Marx,
eso que por Kojève la cultura francesa toma de la filosofía alemana hasta el refinado
extremo de llamar a las cosas por su nombre: "dialéctica". Porque si se habla
del ánimo y de la animación para clamar y re-clamar, Lacan dice que se trata de la
dialéctica de Freud y tiene razón aunque copie a Reich con el cual, francamente,
discrepo en casi todo, casi todo, pero en casi todo menos en que lo de Freud se trata,
casi sólo, de: "dialéctica". Dialéctica que Reich y Lacan al hacer cierta
lectura de Freud llevan hacia un extremo energético sexual uno y formal fálico-sexual el
otro y que sin embargo, si se hiciera otra lectura del fundador de la dialéctica anímica
podría quizá surgir otra manera más abierta al intercambio de información con otras
disciplinas por la propia etimología latina de lo que es capital en das Kapital
por Capitalis según Vicente Salvá desde Cicerón:
"/.../lo que pertenece á la cabeza, aquello en que va la vida ó la muerte/.../".
En este punto se trataría de una intención muy similar a la de Lacan pero algo distinta
porque prefiero subrayar el teorizar
bio-lógico-lingüístico-semiótico-semiológico-analítico-anímico del joven Freud
(1888-1899) y articular dicho teorizar con el de Inhibición, síntoma y angustia
de 1926 que al parecer fuera leído por Ortega y Gasset en 1927. Quiero recordar que
Ortega fue quien ideara el castellano "vivencia" para traducir el alemán "Erlebnis"
y quien posibilita articular el concepto de "salvación" con el de
"peligro","Gefahr", de Freud; "peligro" que este
último supone como aquello que sería lo más similar a lo que "valora"
el recién nacido en cuanto "vivencia" al venir a este mundo aéreo,
mundo trans-forma-do por el lenguaje humano. Lenguaje que a su vez sería
para el homo sapiens como tal o más bien para homínidos más o menos inmediatos
anteriores, en primer lugar, un producto de la in-forma-ción genética como fundamento
fundamental del "clamar", "Schreien" o "schreien"
(Freud: 1895-99) asociado a la primera ventilación respiratoria refleja vagal que
descubrieran Hering y Breuer en 1868. (ver texto)
En síntesis: análisis-Silbenchemie. Análisis en el sentido
químico de elementos y compuesto o síntesis. Dialéctica de la razón ante dialéctica
de la pasión. Diálogo dialéctico entre disciplinas. Diálogo entre ciencias políticas
y ciencias analíticas de lo anímico: ¿diálogo de "sordos"? ¿no hay más
sordo que quien no quiere oír? Antiquísimas frases hechas o dichos que señalan hacia lo
categórico de la lógica de lenguaje. Un diálogo no oral, sino gestual o de actos
gestuales, también es la expresión de un "dialecto". Dialecto "corporal".
Pero el análisis del campo de lo anímico de la teoría psico-analítica para el caso de
esto que escribo y el análisis desde otras teorías en sus diversos campos, como diálogo
interdisciplinario en la Universidad podría no ser "corporativo"
gestual o de "sordos". Cada disciplina en su propio campo abierto por sus parciales
sinónimos parciales informativos a los campos ajenos abiertos de otras
disciplinas. Diálogo-intercambio: dialéctica.. Diálogo-Intercambio de
"parcialidades" y "todo". Desde Wiener-Rosenbluth y
Prigogine, entre campos dinámico-complejo-no-lineales a investigar sólo como una suerte
de escucha de la naturaleza. Cuerpo común no corporativo. Freud fundó y
precisó desde Fichte, L.Strümpell y el análisis de su propio primer sueño con
fórmula química que soñara en Bellevue cerca de Viena, la teoría
de la dinámica compleja no-lineal de lo anímico. Este análisis lo llevó al
método de investigación dialéctico isomorfo con el análisis de las imágenes,
figuras o representaciones anímicas en su dinámica de invertir, concentrar, descentrar y
figurar tanto forma como valor según espacio y tiempo para
forjar cambio y ahorro, ganancia o economía anímicas. Método similar a
ese que propone después la físico-química por Prigogine desde Heisenberg, Einstein y
aún otros, antes.
El método psicoanalítico o anímico-analítico tiene tres pilares que por ello me gusta
llamar trípode en homenaje al del oráculo de Delfos al cual consultara ese
mitológico Edipo que recoge primero Sófocles y a partir de éste luego Freud desde su
lapsus "13" del 17 de marzo de 1873.
Abrimos pues por nuestra parte el trípode como quien muestra las cartas antes de jugar
serio. Ganancia, ahorro o economía anímica de todos: naturaleza,
argentinos, uruguayos, extranjeros, investigadores psicoanalíticos, investigadores con
métodos distintos al del psicoanálisis y al similar de Prigogine: métodos desiderativos
para el desear y cognitivos para el conocer.
El trípode freudiano consta de un hablar espontáneo del analizante y una
atención pareja flotante del analista que sólo se fija por momentos para seguir su
flotar y poder así volver a fijarse. Pero entre hablar y atender tercia lo
que es la transferencia de "forma" y valor entre ambas partes.
Formas del "lenguaje" y valores de vivencia. La atención sólo se fija
en lo que la llama desde una de-forma-ción de la forma en la in-forma-ción, ya sea por
iteración o acto fallido oral en una cierta forma. Es decir, cambio o repetición formal
en la forma del in-formar espontáneo del lenguaje oral no gestual. No gestual porque la
"atención" del analista se opera vía escucha para evitar que por
transferencia devenga en su contrario de "llamar" que sería:
"llamar la atención".
Freud descubre que esta in-forma-ción por "asociación libre" no es en realidad
libre por la posición teórica y práctica de quien presta atención y lo descubre por
referencia a los orígenes biológicos del lenguaje en el recién nacido quién, al
clamar, llama la atención auxiliadora.
El recién nacido según Freud: "llama la atención del individuo auxiliador".
Por mi parte agrego que lo hace por in-forma-ción genética. La genética es quien lo
enseña. La anatomía comparada por su parte es por ejemplo la que se encarga de estudiar
el trayecto de la rama recurrente del par nervioso craneal vagus o neumogástrico
que inerva las cuerdas vocales, siendo el vagus a su vez el par nervioso del
automatismo respiratorio que descubriera Breuer con la orientación de Hering. La
anatomía comparada y la etología nos podrían quizás indicar que no sería casual la
topografía barroca de la rama recurrente del vagus y sería esto lo
que podría fundamentar la importancia fundamental del "clamar"
al nacer. Pero de esto nos deberían enseñar también la antropología, la arqueología,
las sociologías animales específicas incluyendo la humana, la lingüística y otras
disciplinas. Por ejemplo la matemática, la historia y la filosofía y todas, éstas y
aquéllas, en relación quizás a la biología que trata de los seres vivos
y esto, por lo menos entre los homo sapiens, no debiera excluir las
representaciones anímicas cuya dinámica no lineal puede hacer al efecto dialéctico de
hacer devenir "todo" lo que sólo es en sí nada más que "parte"
pues este subjetivo o anímico "todo" podría devenir eso "total"
que desembocaría según la lógica del lenguaje en "totalitarismo" por
"parcialidad".
El problema es complejo. La solución, por lo tanto, podría no ser simple. Y no lo es no
sólo por lo que ya sucedió, sino también porque los homo sapiens mas que sapiens
seríamos quizá: reclamâtrix y reclamâtor y además, como si fuera poco: ingannatrix
e ingannâtor. Por supuesto que entonces primero solicitaría auxilio léxico por
parte de la etimología castellana y la gramática latina académicas incluso para
articular los tildes y sufijos de manera adecuada y saber hasta dónde ir con las
especulaciones teóricas que permitiría el uso de la lógica del lenguaje,
heredera a su vez quizá de una supuesta logística de supervivencia de los
homínidos prehumanos. Porque si bien no ignoro que según el DRAE nada tendría que ver engañar
con ganar desde el punto de vista etimológico, mi afán de salvación (Ortega)
como investigador me llevaría al error de pensar que quizá sí tendría algo que ver al
margen del germano waidanjan, cosechar, por el latín ingannare, engañar.
Esto, sin creer y con el auxilio de la ficción que me permitiría ensayar
construir la teoría anímica freudiana, desde su dinámica económica no-lineal orientada
por mi deseo inconsciente y su representación-meta-o-fin como cifra formal
textual del "valor" de mi primera vivencia de satisfacción. Cifra ella,
cifrada como esperanza que es lo primero que se gana, digo con humor. Cifrada
también digo, cifrada insisto, por el contexto del registro mnémico del acontecer
simultáneo y de la primera vivencia de necesidad y el registro mnémico del primer
"clamar" junto a la posterior querencia** de poder esperar repetir
aquella vivencia de satisfacción. Esperar repetir aquella cifra de valor por haber
auto-estimado (el centro censor de autoestima-censura de deseo-meta-inconsciente y
conciencia circunstancial) que dicha cifra Haya sido de un mayor
"valor" que la siguiente vivencia de satisfacción que ya no sería respiratoria,
sino, más bien: digestiva. Quiero decir en síntesis que el análisis
anímico llevaría a pensar que se "clama" o "reclama" por una
dimensión de valor que se cifra como esperanza que es lo último que se pierde y
que dicha cifra es inconsciente y que por tanto no es muy fácil descifrar ni esperar
descifrar por lo menos en poco tiempo. Y no es fácil descifrar por muchos motivos. En
primer lugar porque los homo reclamâtor y homo reclamâtrix serían en
primer lugar también ingannâtor e ingannâtrix ya que no nos olvidamos que
primero fue la caza con señuelo y la pesca con anzuelo y que primates
"prehomínidos" de alguna manera lo hacen y que eso se adquiere por
"copia", "mimetismo" o "identificación" y se hace cada vez
más complejo de generación en generación, y que hay otros animales que no sólo
engañan sino que también copian por su censor de atención -articulador de censo y
censura- "formas" -que tienen el "valor" de engañar a potenciales
depredadores específicos. Sólo una excepción: Dios no engaña. Quiero decir que
finalmente se trataría de diálogo animado por lo anímico entre por lo menos dos grupos
humanos que reclaman en forma opuesta por "vivenciar" cada uno de los
integrantes de cada uno de los dos grupos del par, como que pertenece sólo a su grupo
como "propio" y que el "ajeno" es el "opuesto" de dicho par,
cuando lo que se supone que sucede es que habría un monopolio de la animación de los
representantes formales de ciertas representaciones anímicas por importancias de copia,
mímesis o identificación sólo por circunstancias que hacen devenir forma en valor
en relación con el tiempo, el espacio y el cambio hacia lo que se vivencia como
ahorro-ganancia. Par contra-dictorio. Equi-vale a decir/contra-decir. Dicción contra
dicción.
Pura lógica del lenguaje. Pero "pura" es sólo un decir. Porque lo que
anima la animación del reclamar en cada grupo no es sólo la sumatoria lineal de los
reclamos de los individuos que los integran. Hay copia entre cada uno de ellos y cada uno
de ellos en conjunto puede copiar una forma o valor a reclamar según cada circunstancia y
según cifra también cifrada por terceros.
No es fácil. Insisto: no es fácil. Y quizá algo peor sea pensar que es fácil. Pero,
¡ojo, cuidado, porque se trataría siempre de humanos, animales dispuestos a engañar
pero también a creer y esto último, creer, si bien salva, puede ser más peligroso que
engañar! Porque el engaño es una adquisición posterior, racional y el creer es
anterior, más básico, pasional, porque esperar es creer que se repetirá la mayor
cifra en vivencia de satisfacción: fe o creencia. Humanos con marca
registrada por la arcaica dialéctica del nacer aéreo, arcaica como la del creer o fe
que, a la vez de ser lo mejor deviene lo peor. Sería la dialéctica entre peligro
y salvación. Por lo tanto, habría que respetar la milenaria lógica del lenguaje.humano:
sólo diálogo para dicha dialéctica como se lee en Moisés, Buda, Jesús, Mahoma, Freud,
Gandhi y por aquí incluso en un par de homo sapiens opuestos: Monseñor Partelli y
Rodney Arismendi. Diálogo sobre forma y valor, espacio y tiempo, cambio y ganancia,
ahorro o economía anímicas. Seis categorías anímicas que conducen hacia las ciencias
económicas y jurídicas porque forma deviene valor y valor deviene forma
por el propio origen anímico del ánima humana (según ciencia) que deviene en sí
inconsciente y puede hacer al acto fallido. Porque se trata del suceso de Prigogine o como
se llame ahora desde la física cuántica. El suceso de nacer y el suceso de desear. No
son lo mismo porque el primero es más antiguo. El suceso de nacer se integra por dos
formas equivalentes: necesidad-satisfacción. Como ambas se anulan entre
sí, deviene un valor, un valor equivalente. Es decir, dos formas que tienen el mismo
valor: "peligro" y "salvación". ¡Cuidado! Hace años hubo una guerra
por un partido de fútbol entre Honduras y El Salvador, guerra cuyo precedente nos podría
"salvar" de esfuerzos inútiles en clamar y "re-clamar" con el
"peligro" de cometer actos o gestos fallidos como el de ese cliente bancario
montevideano que iba armado un trece. Se trata pues del Derecho.
Distribución equitativa y equivalente en los más infinitos sentidos y todo el tiempo que
sea necesario para dicho diálogo aunque no sea suficiente y entonces se deba prolongar
hasta el infinito. ¡Que se prolongue hasta el infinito como diálogo y sólo como
diálogo oral y no gestual act-ual! No habría ni podría haber fin de
análisis. El fin de análisis no existe como tal y si existiera no sería fin de
análisis sino fin institucional. En lo inmediato quizá lo más sensato sea un paso o
acto gestual atrás equivalente por parte de las dos partes opuestas en contra-dicción.
Paso o acto gestual atrás equivalente que a su vez equivalga al diálogo, diálogo oral y
no gestual salvo sí el escrito porque, si no, no sería equivalente. Lo que podría
aportar este ensayo al cual sólo le ha dado vida la Universidad de la República como
resguardo para el libre uso de sinónimos en la lectura del método de la práctica
psicoanalítica, sería tener presente la "transferencia" de formas y
valores de ambas partes en su dialéctica de oposición entre tiempo presente y tiempo
futuro en ambos espacios en relación al cambio y, sobre todo, en relación a la pérdida
o "no-ganancia" o "no-economía" anímica debido al "peligro
caósgeno" de la mímesis, copia o "identificación". Tener
pues en cuenta la dialéctica "peligro-salvación" como fundamento
fundamental fundamentalista que funda lo anímico del propio deseo, aún antes de la
resignificación de éste por copia de la función erógena de la glotis, el oído y el
pabellón de la oreja por parte del resto de las zonas somáticas. Porque esta función
erógena (de dar satisfacción a cifra de valor de una necesidad) quizá se determine por
el propio lenguaje en cuanto "in-formación" genética que hace a la
"in-formación" de dichas zonas y al "valor" diverso de sus funciones
en el "espacio" somático y el "tiempo" de desarrollo del registro de
"sincinesias"-auto-mimético-zonal-erógenas del resonar del soma como
"eco" por el timbre del "clamar". Pero no es este lugar ni momento de
hablar de su par clamar-o-llamar-la-atención-somático, sino de esperar que cuerpos y
almas que lo viven, puedan reclamar de modo equivalente para que Haya justicia
distributiva entre nuestro propio Estado y el ajeno y entre nuestros dos sectores sociales
propios aunque ajenos entre ellos según no sustancias, sino importancias (Ortega y
Gasset) mutuas por las circunstancias comunes que hacen al Derecho y a lo
co-activo. Pero también aquí, cuidado. Porque el gesto o acto que hace a lo
activo y co-activo puede llegar a ser también acto fallido o sumatoria de actos fallidos:
ver "Berzayes" y el Capitalis de la plata que hizo al águila de nuestro
Río de la Plata. Pero esto ya no le compete teorizar al psicoanálisis sino a las
Ciencias Jurídicas y Económicas adjuntas a la Filosofía del Derecho como esa de la cual
no sé nada pero que diría -desde lo de hoy de Prigogine del cual pienso que tampoco sé
nada- algo así como que los homo sapiens desde un primer suceso de intercambio
sexual, transitaron hacia el momento anterior al primordial suceso del intercambio de
mercancías en cuanto gesto enajenante del trabajo propio y llegaron quizá así al
momento anterior al segundo primordial suceso que le llevara desde trabajar y producir
hacia el suceso de acumular como acto enajenante social de su propio quehacer natural no
sé si anterior o no al de la pesca y al de la caza. Pero pediría por favor auxilio
porque tampoco sé si esto le habría sucedido al homínido prehumano, al cavernícola o
al propio homínido ya cavernícola, a quien todavía no le hubiera llamado la atención
la brillantez del hornero como para sentirse por lo menos identificado con los actos o
gestos constructivos de su lenguaje solidario por in-formación genética sin
de-formación. Es decir, sin eso que por que sobrara del cazar-pescar-cultivar hiciera al
intercambio ya no de gestos sexuales sino biológico-sociales por esa misma in-formación
genética que no cesa hasta hoy en insistir in-formarle para formarle, al pro-clamar en
forma literal la pro-clama de su primordial "clamar" al nacer. Clamar o llamar,
llamar la atención, reclamar. Más oral que gestual pero ya ahora no de recién nacido,
sino gestual de adulto: gestual escrito. Si algo de cierto hubiera en este ensayo-ficción
que aquí finalizo, yo desearía que fuera el hecho anátomo-fisiológico de nuestra
glotis, su inervación, su relación con la primera ventilación, el primer clamar, el
volver a clamar o re-clamar y la relación de estos con lo equi-valente entre la primera
necesidad y la primera satisfacción y con el desarrollo del lenguaje propio como
información desde el hecho de la información genética propia y la cultura todavía
"ajena" en la cual nos introducimos al nacer. ¿Acaso Wiener no hubo de haber
pensado alguna vez que el aparato psíquico de Freud fuera un aparato de alto grado de
especificidad o un proceso menos específico y más primario que el de los somáticos,
consistente en centrar, invertir, descentrar, figurar, desfigurar, identificar, copiar y
transferir la información, es decir, un aparato como efecto figurado por
re-presentación en la auto-multiplicación de la máquina somática, a su vez
auto-replicación o auto-copia de la in-forma-ción genética?
.
* Wiener; N. Cibernética, Tusquets, pág 24. (Instituto Nal. de Cardiología, México, 1947). **Término propuesto por el investigador argentino José Luis Etcheverry (Cartas de Freud, 1994) para traducir Trieb o pulsion.